El desabasto y la tardanza motivan a pacientes de VIH/sida a buscar intermediarios
Gestores cobran $300 por surtir recetas en un hospital del IMSS
El instituto busca eliminar que terceros recojan medicamentos; quejas de enfermos que no pueden ir al Gabriel Mancera por padecer males avanzados
Espera de hasta 2 horas en la farmacia
Ampliar la imagen Examen coproparasitológico que se realiza en pacientes con VIH/sida. El IMSS asegura que el abasto de medicamentos antirretrovirales está al cien por ciento Foto: Roberto García Ortiz
Alrededor de dos horas es el tiempo promedio que invierten las personas que viven con VIH/sida para surtir sus recetas en el hospital Gabriel Mancera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y aunque, según autoridades y pacientes, se ha mejorado la eficiencia, el dilatado trámite, junto con el recurrente desabasto de medicamentos, promovió el surgimiento de "gestores" o representantes de pacientes, cuya actividad en algunos casos se convirtió en una fuente potencial de abusos y de actos de corrupción.
La existencia de los gestores, que cobran alrededor de 300 pesos por receta surtida, ha representado para varios de los derechohabientes del hospital, la alternativa para evitar faltar a sus trabajos o salidas difíciles de justificar, principalmente si sus patrones desconocen que son portadores del VIH/sida. En otros casos, el intermediario reduce el riesgo de que los seropositivos sean identificados, así como la posibilidad del estigma y la discriminación.
Aunque durante varios años se había dado esta práctica de surtir las recetas médicas de antirretrovirales mediante gestores, de un par de meses a la fecha las autoridades del hospital se percataron de que se estaba violando la normatividad -el Reglamento de Prestaciones Médicas y el Manual de Procedimientos de la Farmacia- que establece que para todos los trámites en el IMSS debe acudir el derechohabiente personalmente.
Acuerdos con los medicamentos
José Luis Aranza, director del hospital Gabriel Mancera, explicó que su obligación es hacer que se cumplan las reglas institucionales, pues de comprobarse alguna irregularidad, él tendría que asumir la responsabilidad, aunque directamente no sea culpable de nada. Por ello, a partir del pasado 31 de julio, los pacientes deben acudir de manera personal por sus medicamentos.
A decir de algunos de los pacientes, en ocasiones se llegaba a ver a los gestores con bolsas de medicamentos que sacaban de la farmacia. Aunque se supone que no existe ningún acto ilegal porque cada caja debe estar respaldada por una receta médica, "quién sabe", dijeron las autoridades.
También comentaron que en los momentos más críticos de desabasto de medicamentos se tuvo conocimiento que los gestores tenían algún tipo de acuerdo con los encargados de la farmacia, de tal manera que les "apartaban" las medicinas de sus "clientes", mientras que a los pacientes que acudían personalmente a recoger sus terapias les negaban los fármacos.
Este problema no existe ya, pues desde noviembre de 2006 el abasto de antirretrovirales es de cien por ciento, señaló Aranza y lo corroboraron los pacientes. De la misma forma, comentaron que ha mejorado la eficiencia del proceso para el surtimiento de las recetas. Aún así, sigue siendo un trámite pesado, según pudo constatar La Jornada el día de ayer.
Desde que los pacientes llegan a la Clínica de VIH/sida a entregar su carnet de citas y la receta anterior hasta que salen con sus medicinas transcurren dos horas. Algunos de los seropositivos comentaron que "antes era peor, las filas en la farmacia eran de por lo menos 150 personas, siempre, y ahora cuando mucho llegan a ser de 50, y con un poco de suerte, es bastante menos".
Sin embargo, también está la situación que viven los pacientes que a causa del VIH/sida presentan un severo deterioro en su salud que les impide moverse con independencia y para quienes la nueva disposición de las autoridades del Gabriel Mancera representa un grave problema porque normalmente quienes los han ayudado son familiares, parejas o amigos. Algunos de estos casos se vieron ayer en la clínica de VIH/sida y se encontraron con la novedad de que no podrían surtir la receta.
Al respecto, Aranza aseguró que para estos casos especiales el hospital ya ha empezado a enviar a trabajadoras sociales a los domicilios de los pacientes, para verificar su estado de salud, y que puedan tener sus medicamentos por medio de un representante.
Aunque la determinación de prohibir la actuación de gestores en el surtimiento de recetas fue planteada con antelación a los representantes de los derechohabientes en las reuniones que se llevan a cabo mensualmente, ayer un grupo de ellos llegó a la clínica de VIH/sida para convocar a una movilización de protesta para el próximo jueves 9 de agosto.