Viaje (etílico) a las estrellas
Sacude a la NASA el escándalo por abuso de consumo de alcohol entre astronautas
Washington, 27 de julio. Una computadora del transbordador Endeavour saboteada, astronautas ebrios autorizados a volar en misiones espaciales: más complicaciones para la NASA, que acumula sinsabores desde principios de año.
La agencia espacial estadunidense denunció el jueves que una computadora que iba a ser instalada en el transbordador espacial Endeavour, cuyo lanzamiento está previsto para el 7 de agosto próximo, había sufrido "daño intencional".
"Uno de nuestros subcontratistas notó que una computadora para el transbordador parecía haber sido forzada", dijo Catherine Trinidad, portavoz de la agencia.
Informó que una investigación oficial está en curso, pero no precisó el nombre del subcontratista ni el lugar donde se produjo el sabotaje. La computadora, que tenía como destino la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), está siendo reparada, aseguró Trinidad. Durante su misión, los siete miembros de la tripulación, entre ellos un canadiense, continuarán la construcción del puesto orbital con la entrega e instalación de una sección del módulo Spacelab y de una plataforma adicional de carga.
La investigación oficial también reveló un importante consumo de alcohol entre los astronautas, incluso dentro de las 12 horas previas a un vuelo, cuando la norma lo prohíbe totalmente a los miembros de una tripulación.
"Si este reporte resulta exacto, pienso que la agencia tendrá que dar explicaciones", declaró, por su parte, el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Representantes, Bart Gordon.
También el jueves, la revista especializada Aviation Week and Space Technology reveló -citando un informe interno de la NASA- que a astronautas estadunidenses les fue permitido iniciar misiones alcoholizados en "al menos dos ocasiones", afirma la publicación, sin dar más detalles.
El escándalo socava la imagen de la NASA, donde se supone que sus elementos son duramente entrenados y sometidos a situaciones extremas para demostrar una sangre fría a toda prueba.
Por la tarde se dio a conocer que acabó el "todo vale", después de que un reporte independiente confirmara que varios tripulantes subieron ebrios en al menos dos ocasiones a sus naves. La NASA anunció hoy una serie de medidas que incluyen la prohibición de tomar bebidas embriagantes al menos 12 horas antes de una misión.
El informe detectó "algunos episodios de fuerte uso del alcohol por astronautas en el periodo inmediato antes del vuelo", lo que llevó a preocupaciones por la seguridad de la misión. El licor se usa libremente en la residencia de las tripulaciones.
"Dos ocasiones específicas -continúa el informe de 12 páginas- fueron descritas, en las cuales los astronautas estaban tan intoxicados antes del vuelo que los médicos y/o compañeros manifestaron su preocupación a los jefes que estaban presentes. Sin embargo, a los individuos se les permitió volar."
El informe, elaborado por médicos ajenos a la NASA, agrega que entre las pruebas que se realizan a los navegantes no hay ninguna que detecte si los tripulantes están ebrios.
La vicejefa de la agencia espacial estadounidense, Shana Dale, reconoció diplomáticamente que existen "aspectos que generan preocupación", y anunció una investigación interna y un endurecimiento de las normas para los astronautas.
El informe recomienda "severos correctivos" y Dale aseguró que la agencia se toma "muy seriamente" la advertencia, aunque no quiso aventurar posibles sanciones hasta que no se averigüen todos los detalles de los hechos.
Dale sólo concretó una medida: nada de alcohol doce horas antes de cualquier misión de la NASA. La prohibición entrará en vigor de inmediato, y se aplicará a los tripulantes del transbordador Endeavour.
En los medios estadunidenses, el asunto acaparó la atención en dos vertientes. La primera humorística, ante la imagen virtual de los astronautas con traje y escafandra y una botella en la mano. La segunda, mucho más seria: la NASA es una agencia gubernamental con un presupuesto de 17 mil millones de dólares y cada lanzamiento de un transbordador le cuesta a los contribuyentes entre 400 y 500 millones de dólares.
De hecho, desde hace años hay numerosas voces críticas que cuestionan el beneficio de tan enorme inversión. "Existen malas ideas y existen desastres de dimensiones históricas. Pongan la estación espacial internacional en la segunda categoría", escribió hace poco más de un mes Time.
El caso, al Congreso
Las revelaciones sobre astronautas que volaron borrachos llevaron al Congreso estadunidense este viernes a convocar a audiencias especiales para analizar el tema, mientras un legislador estimó que beber y conducir era una mala idea -especialmente en un trasbordador espacial.
El Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Representantes citó a una primera audiencia para septiembre, luego que la agencia espacial confirmó un informe de que hubo astronautas que volaron ebrios.
El presidente del Comité de Ciencia y Aeronáutica de la Cámara, Mark Udall, advirtió que el informe era un llamado de alerta.
"Tenemos que entender lo que ocurrió y por qué; si alguien será responsabilizado y lo que está haciendo la agencia para solucionar estos problemas, aparentemente profundamente arraigados", indicó.
Aunque la agencia no precisó los detalles de los incidentes ni su fecha, el médico Richard Bachmann, que presidió el comité de expertos que redactó el informe, dijo a la prensa que un incidente involucró los preparativos para una misión de transbordador, que fue postergada.
Un segundo caso involucró a una misión rusa Soyuz, que debía viajar a la ISS. A estos sinsabores se agrega el escándalo desatado meses atrás, cuando una astronauta, Lisa Nowak, fue arrestada y acusada de intento de asesinato en un drama pasional, perjudicando la imagen de su cuerpo de elite.
A principios de febrero, la ex astronauta del transbordador Discovery viajó mil 500 kilmómetros en automóvil desde Texas a Florida para agredir a Colleen Shipman, una funcionaria de la Fuerza Aérea estadunidense, de 30 años, que según ella mantenía una relación con el astronauta William Oefelein, de quien Nowak estaba enamorada.
Además, en abril, un asesor de la NASA mató a un empleado de la agencia antes de suicidarse en el centro espacial en Houston.
Hasta las condiciones climáticas le jugaron una mala pasada a la NASA. En febrero, el granizo dañó seriamente el tanque externo del transbordador Atlantis, forzando a la NASA a llevar a la nave espacial a su hangar para efectuar las reparaciones.