Acelerarán juicios contra ex represores en Argentina
Buenos Aires, 27 de julio. La Corte Suprema de Justicia dio un paso para acelerar los juicios a los responsables de delitos de lesa humanidad de la dictadura militar argentina (1976-1983), al crear una "unidad de asistencia y seguimiento" en las causas sobre la desaparición forzada de personas en ese periodo.
Esta oficina se dedicará especialmente al requerimiento de los tribunales competentes, realizará el seguimiento de los procesos para tomar inmediato conocimiento de las situaciones que se presentan, y agilizar así la respuesta a denuncias.
En uno de esos juicios, el seguido contra el sacerdote Christian Federico Von Wernich, ex capellán de la policía bonaerense, por su participación en homicidios, torturas y secuestros, salió a la luz por primera vez la complicidad de civiles y el papel de la Iglesia católica, incluyendo al Vaticano.
Según el testimonio de Vicente Romero Ramírez, corresponsal del diario español El Mundo, durante una entrevista en 1983 con el jefe de policía de la privincia de Buenos Aires, el general Camps, pudo ver sobre el escritorio del militar un informe enviado al Papa por la nunciatura apostólica de Argentina, que hablaba sobre los muertos y desaparecidos en la dictadura. Esto lo llevó a concluir que el Vaticano sabía lo que ocurría en el país y el papel que la Iglesia jugaba.
La participación de ex funcionarios civiles en la represión ilegal también salió a flote durante el juicio con la lectura de una carta enviada por el asistente del comisario Miguel Etchecolatz, Norberto Cozzani.
Cozzani, detenido en el Penal de Marcos Paz junto con su ex jefe, señaló como cómplices de la dictadura al abogado Roberto Durrieu, asesor del candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Juan Carlos Blumberg, y a Alberto Rodríguez Varela, ministro de Justicia durante el gobierno del ex dictador Jorge Videla.
El papel de los civiles quedó claro durante la comparecencia, este jueves, del ex secretario de prensa de la ex presidenta María Estela Isabelita Martínez de Perón, Osvaldo Papaleo, que acusó al sacerdote Von Wernich de formar parte de la "patota" que torturaba a los detenidos.
Papaleo fue detenido y torturado en el centro Puesto Vasco y relató que en medio de una sesión de torturas, cuando le quitaron la venda, vio al general Camps; recordó que Von Wernich siempre aparecía cuando llegaba "la patota" a torturar, y acusó a las revistas Somos, de circulación nacional, y Cabildo, de orientación nazi, de participar en los interrogatorios.