Usted está aquí: miércoles 25 de julio de 2007 Ciencias Una verdad incómoda deslinda al capitalismo del calentamiento global

El problema son las administraciones como la de Bush, se asevera en el libro Al Gore

Una verdad incómoda deslinda al capitalismo del calentamiento global

Propone sumar los costos ambientales de los productos al precio final de la mercancía

TANIA MOLINA RAMIREZ

Ampliar la imagen En los años recientes el derretimiento de las zonas heladas del planeta se ha acelerado peligrosamente. En 1992, los científicos midieron esta cantidad de deshielo en Groenlandia, que se indica en tono gris en el mapa. Diez años después el derretimiento había empeorado. En 2005 se aceleró enormemente una vez más En los años recientes el derretimiento de las zonas heladas del planeta se ha acelerado peligrosamente. En 1992, los científicos midieron esta cantidad de deshielo en Groenlandia, que se indica en tono gris en el mapa. Diez años después el derretimiento había empeorado. En 2005 se aceleró enormemente una vez más Foto: Imagen tomada del libro Una verdad incómoda, editado por Gedisa

Hojeado al azar, el libro queda abierto en una foto que abarca dos páginas: es el muelle de Schweizerhof, en Lucerna, agosto de 2005. Mujeres, niños y ancianos caminan, algunos al parecer sin rumbo, con los zapatos en la mano y los pantalones arremangados. El agua les llega hasta las rodillas. Quizá el muelle ya lleva rato inundado, porque los habitantes no muestran gran asombro. A la foto la acompaña una leyenda: "Fue casi como una excursión por el libro del Apocalipsis".

La publicación en la que está la imagen es Una verdad incómoda, la crisis planetaria del calentamiento global y cómo afrontarla (editorial Gedisa, 2007), de Al Gore, el nuevo gurú del cambio climático y a quien sus críticos reclaman que mientras fue vicepresidente de Estados Unidos (1992 a 2000) hizo poco por el medio ambiente.

Si uno opta por leer el libro de adelante hacia atrás, se encuentra, en las primeras páginas, con la foto de una joven pareja que pasea en lancha, en Tennessee: él sostiene unos remos y ella, embarazada, tiene las manos sobre su abultado vientre. No están uno frente al otro, pero la cámara capta que ambos comparten una expresión de felicidad. Se trata de Al Gore en 1973, junto con su entonces novia y ahora esposa Tipper.

Ambas fotos ilustran cómo Gore teje su vida privada con su gran misión de intentar salvar el planeta.

Gore dice que este entreverarse de lo personal con lo público comenzó cuando su hijo por poco perdió la vida al ser atropellado a los seis años de edad. Sus detractores, en cambio, lo acusan de usar anécdotas personales como una especie de chantaje sentimental.

Imágenes para conmover

La publicación es un proyecto separado del documental Una verdad inconveniente, que obtuvo un Oscar. De hecho, explica Gore, la idea del escrito surgió antes de la cinta. "Tipper sugirió que hiciera un libro" con fotografías, gráficas y diagramas, "que combinara muchos elementos de mi presentación con el material nuevo que había recopilado en los años recientes". Se refiere a la exposición de diapositivas sobre el cambio climático que durante años ha presentado en Estados Unidos.

Sí, el libro está lleno de fotografías y gráficas, acompañadas de textos sencillos, didácticos, que buscan conmover, en los cuales (como en el documental) intercala recuerdos personales (hasta una sección de la muerte de su hermana por cáncer de pulmón) y capítulos con información científica.

Esta última versa sobre los trastornos climáticos (con una buena parte dedicada al deshielo en la Antártida, el Artico y los glaciares), las olas de calor, y cómo las tormentas, los tornados y los huracanes se han vuelto inusualmente intensos y frecuentes, y azotan lugares donde antes no surgían. Y también habla sobre la contraparte: las sequías.

Además toca el tema de las especies en extinción y, en contraste, el florecimiento de vectores de enfermedades infecciosas (como las relacionadas con mosquitos).

El libro sigue pintando un catastrófico panorama y habla sobre el crecimiento demográfico, la deforestación (hay dos fotos aéreas muy impresionantes comparando Rondônia, Brasil, en 1975 y 2001) y los efectos negativos de la tecnología.

A pesar de que, como el mismo Gore señala, su país contribuye en 30.3 por ciento al calentamiento global, sigue teniendo fe en su sistema político y económico: "La democracia constitucional de Estados Unidos todavía tiene el potencial de dar al ciudadano medio la dignidad y la majestad del autogobierno".

Mercado del ambiente

Para Gore, el problema no es el sistema, sino administraciones en particular, como la de George W. Bush. "La verdad acerca del calentamiento global es especialmente incómoda e inconveniente para algunas personas y empresas poderosas, que ganan enormes sumas de dinero con actividades que saben muy bien que tendrán que modificar drásticamente a fin de garantizar la habitabilidad del planeta", se lee. Y acusa a la administración de Bush de recibir "apoyo de esta coalición" y de "estar haciendo todo lo posible por satisfacer sus intereses".

A diferencia de la creencia compartida por muchos, de que el capitalismo en sí fomenta el calentamiento global (por estar basado en elevados niveles de consumo), Al Gore sostiene que "una de las claves para resolver la crisis climática es hallar maneras de utilizar la poderosa fuerza del capitalismo de mercado como aliado". Se refiere a que se contabilicen los efectos sobre el medio ambiente, que se incorporen a los precios, y que se fomente el mercado de intercambio de dióxido de carbono (grosso modo consiste en que quienes consumen más dióxido de carbono se lo compren a quienes consumen menos), intercambio considerado por muchos como absurdo.

Sugiere "propuestas de energía renovable", como coches híbridos, plantas geotérmicas, paneles solares, azoteas verdes, focos de bajo consumo y energía eólica.

Al final, incluye una sección parecida a la del documental sobre soluciones individuales: ahorrar energía en el hogar, cambiar modos de transportación, consumir menos, reciclar y comprar productos locales, entre otros. Lo más social a lo que llega es a sugerir informar a otros, promover la reducción de contaminantes en el negocio propio o en la escuela, presionar a los gobernantes electos y apoyar un grupo ambiental (sugiere www.nrdc.org, www.sierraclub.org y www.environmentaldefense.org).

Tras habernos pintado tal emergencia, uno se queda con la duda: ¿acaso usar focos de bajo consumo revertirá el proceso?

Cabe mencionar que Gore impartirá en la ciudad de México su conferencia Una verdad incómoda , una advertencia global, el 31 de julio en el Teatro Metropólitan, acto por el cual cobrará 175 mil dólares. El exvicepresidente de Estados Unidos llega invitado por el Gobierno capitalino y una alianza de empresarios.

 
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