Usted está aquí: miércoles 25 de julio de 2007 Capital Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Angel Velázquez

La otra cara de las expropiaciones

El destino de los sobrevivientes a esa medida

Falta de espacios o falta de previsión, la duda

¡Cuidado! El éxito que en su momento significó la expropiación de los inmuebles convertidos en centro de distribución y escondite de delincuentes puede revertirse por el abuso de la medida en un pretexto infame para desalojar edificios que son el único techo para muchas familias que viven en extrema pobreza.

Hasta ahora el gobierno de la ciudad no ha dado una respuesta adecuada a los desalojados de las vecindades expropiadas. Saben las autoridades que buena parte de los habitantes de esos predios son familias sin alternativas de vida, por lo que no podrán conseguir un lugar en donde vivir.

Todo el mundo sabe, por cierto, que el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, tiene como compromiso ineludible limpiar de ambulantes el centro de la ciudad, y que para ello es necesario ofrecerles un lugar en donde puedan proseguir con la única alternativa de sobrevivencia que les ha dejado el neoliberalismo: el comercio llamado informal, pero no podrá ser una buena acción la que va elaborando el gobierno, si para tapar ese hoyo, hace otro más.

Los refugiados de los desalojos han ido a parar a accesorias o cuartos sin servicios, los que han tenido más suerte, pero una buena parte se sumaron a los habitantes de las calles porque no consiguen en donde vivir. No sólo eso, hay quienes hacen peregrinajes casi a diario en búsqueda de predios desocupados para pasar la noche.

Las autoridades del gobierno aseguran que están listos los departamentos en donde pueden vivir esos desalojados, pero que no es posible otorgarles ese beneficios porque carecen de documentos en los que se asegure que ellos vivían en las vecindades desalojadas.

Estas mismas autoridades están conscientes de que no todos, tal vez los menos, son quienes tienen papeles para demostrar que sí habitaban en esos lugares, pero la mayoría llegó a las vecindades mediante tratos de palabra, por lo que no les será posible cumplir con los requerimientos que les pide el gobierno.

Esa situación debe tener ahora al gobierno de la capital en un verdadero apuro porque el problema que ahora tratan de solucionar mediante las expropiaciones se les podría revertir en tanto que las familias sin casa tendrán que buscar los medios para conseguir un techo para vivir.

Resulta difícil criticar la expropiación si se sabe que en los lugares que el gobierno ha arrebatado a la delincuencia significaban focos de violencia e ilegalidad, pero ya son muchos los que a partir de la medida se quedaron prácticamente sin nada, y así serán fáciles presas, por ejemplo, del narcomenudeo.

En fin, está muy bien que se limpie el centro de la ciudad de narcomenudistas y delincuentes de todo tipo, pero antes de ejecutar las expropiaciones se debería tener el lugar donde llevarlos, así, la medida sería un poco justa y no tendría como consecuencia el aumento de quienes por sobrevivencia se ven obligados a delinquir.

Por lo pronto Ebrard camina en el filo de la navaja. O agiliza y aligera los trámites que permitan recuperar el techo a los desalojados, o muy pronto habrá otro ejército de narcomenudistas en las calles.

De pasadita

La construcción de la torre panzona que se edificará para las fiestas del bicentenario ha entrado en un enorme aprieto, y lo más importante es que los vecinos están inconformes con tal construcción, y eso es el resultado de la falta del respeto que el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Arturo Aispuru, mostró por los habitantes de la zona que se vería afectada.

En necesario entender que si la gente está bien informada y sabe a conciencia cuáles pueden ser los beneficios de una obra, se conviertan, eventualmente, en aliados del proyecto, pero si lo que se quiere es sorprender, lo más probable es que sin estar totalmente enterados, los vecinos rechacen, a botepronto cualquier proyecto que les represente una amenaza. A ver si aprende el secretario.

[email protected] * [email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.