Desaparecieron 2 millones de puestos en el sector rural
Negligencia oficial causó pérdida de rentabilidad en el agro: experto
La pérdida de rentabilidad en el agro no es a causa de negligencia de los productores, sino por decisiones políticas de los gobiernos, que han dejado en manos de trasnacionales -como Cargill y Monsanto- la comercialización y el almacenamiento de semillas, señaló el vicepresidente ejecutivo del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, Alberto Montoya Martín del Campo, y subrayó que han desaparecido 2 millones de empleos en el sector rural.
"La estructura de comercialización, el abasto, el financiamiento, los seguros, la industrialización, las inversiones y el desarrollo han quedado en manos de extranjeros, y eso no es casualidad, sino una imposición política.
"Las transformaciones más profundas se iniciaron con el cambio al artículo 27 constitucional, que pretendía convertir en farmers (granjeros) a los campesinos para que cada uno, al estilo estadunidense, estuviera en su rancho, pero las consecuencias fueron muy diferentes a las que se pretendían, y allí está un agro, desmantelado", abundó el especialista.
Al hablar sobre "el desarrollo económico de las organizaciones campesinas como vía de su fortalecimiento", ante integrantes del Congreso Agrario Permanente (CAP), Montoya Martín del Campo añadió que la alimentación y la producción de agrocombustibles son asuntos de seguridad nacional, al igual que recuperar la riqueza del Estado, que está "en bancarrota sistemática, y por eso no tiene fuerza para crear riqueza, menos para distribuirla con equidad."
En ese periodo, el crecimiento del producto interno bruto ha sido de 2 por ciento, y sigue el estancamiento debido a que "el modelo de globalización es intrínsecamente inmoral, porque no se han globalizado los derechos para todos, sino sólo para favorecer a las grandes empresas. La economía nacional ya no se sostiene por sí misma; la dependencia de la venta de petróleo es muy alta, y se ha descuidado la aportación fiscal de las empresas."
Vigente, defensa de soberanía alimentaria
Aseguró que los planteamientos de las organizaciones campesinas sobre defender la soberanía alimentaria y exigir el respaldo gubernamental para el desarrollo rural, así como las tesis vertidas en el Acuerdo Nacional para el Campo "siguen vigentes y aún son estratégicas".
Descartó que las agrupaciones rurales sean obsoletas, y sostuvo que tienen mayor capacidad de organización y han creado un espacio tripartita al aliarse con organizaciones sindicales y sociales, lo cual es la base de su fortalecimiento, social, económico y político.
El investigador pidió al CAP y a las organizaciones campesinas que no pertenecen a este grupo financiar sus propias agrupaciones para evitar depender de los recursos de los programas gubernamentales en sus estrategias de planeación.
"Es importante que las organizaciones piensen cómo financiarse, para que dejen de ser presionadas y se les condicione su voluntad política; este es el momento de que jueguen un papel más destacado y logren un papel, en materia comercial, similar al de Wal-Mart, para que puedan garantizar la soberanía alimentaria y la economía del país".
A su postura se sumó Silvia Gómez Tagle, investigadora de El Colegio de México, y convocó a los campesinos a defender la soberanía.
"La democracia no es un asunto sólo de los partidos políticos sino de todos; hay que hacer valer las libertades políticas pero también comprender cuál es el papel del campesinado en este régimen democrático, en cuyo terreno se gana pero también se pierde si se deja de participar", agregó.
Consideró que hubo resignación ciudadana cuando Acción Nacional ganó por primera vez la Presidencia.
"Nos conformamos con sacar al PRI de Los Pinos, pero no se discutió hacia dónde queríamos que se dirigiera el país; entre el gobierno de Ernesto Zedillo y el de Vicente Fox no hubo cambios de fondo; incluso en las finanzas nacionales continúa el mismo equipo de 1980."
En el contexto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pidió a los campesinos convertirse en guardianes de la soberanía alimentaria y obligar al gobierno a considerarlos interlocutores, sobre todo en la discusión de los cultivos transgénicos y la producción de agrocombustibles.
Advirtió a los campesinos que no pueden jugar a la neutralidad política. "Deben ver qué partido está dispuesto a firmar una estrategia de largo plazo."
Los instó a "mantener una acción vigilante y denunciar las acciones del mal gobierno; no deben dar un cheque en blanco ni tener un papel subordinado con los partidos políticos. Deben tener un programa y negociarlo".