La familia demanda un porcentaje de las entradas a la zona arqueológica maya
Estudia el INAH dar otros terrenos a los Barbachano a cambio de Chichén Itzá
Los herederos son dueños de 60 hectáreas del sitio turístico, incluido el hotel Mayaland
Las autoridades ofrecieron el año pasado $8 millones, pero la propuesta fue rechazada
Piste, Yuc., 15 de julio. El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso de María y Campos, aseguró que no existe "problema mayor" con la familia Barbachano, propietaria de 60 hectáreas de la zona arqueológica de Chichén Itzá, que mantiene un litigio con las autoridades federales y estatales por los derechos de cobro en esa parte del sitio prehispánico.
Entrevistado en esta comunidad yucateca (ubicada a 150 kilómetros al oriente del estado) a raíz de la visita de los presidentes de México, Felipe Calderón Hinojosa, y de España, José Luis Rodríguez Zapatero, el funcionario afirmó que mantiene pláticas con los herederos de la propiedad donde se asienta la ciudad maya de Chichén Itzá, y destacó que en este momento se analizan varias posibilidades para dar fin al problema, que ha adquirido relevancia nacional.
De María y Campos argumentó que en su momento (hace más de un año) las autoridades del INAH propusieron al empresario Fernando Barbachano Gó-mez-Rul comprarle los terrenos en 8 millones de pesos, pero reveló que el dueño respondió lacónico: "sí o no". Sin embargo, al paso de los meses el instituto tomó el mensaje como una negativa.
Conflictos heredados
Barbachano Gómez-Rul falleció en diciembre de 2006 y heredó a su nieto Hans Jurgen Thies Barbachano la propiedad donde se localiza Chichén Itzá, concretamente 60 hectáreas en las que se asientan el castillo de Kukulcán (nombrada "nueva maravilla del mundo moderno" el pasado 7 de julio) y el espacio que alberga al juego de pelota, dos símbolos que forjaron los antiguos mayas.
No obstante, desde antes de que falleciera Barbachano-Gómez Rul su apoderado legal, Gabriel Abdalá Berzunza, entabló una demanda ministerial para reclamar 470 millones de pesos que, según el empresario, le corresponden por derecho de entrada de turistas en la parte norte de la zona arqueológica. En esa zona está construido el hotel Mayaland, propiedad de la familia que disputa ahora la legalidad de sus terrenos.
Sobre el particular, De María y Campos señaló que existe la posibilidad de que, a cambio de los terrenos reclamados por la familia Barbachano, ésta reciba en compensación otras tierras, aunque especificó que en el trato tendrán que intervenir las dependencias federales encargadas de la tramitología de fundos legales.
"Estamos en la mejor disposición de acabar con el problema suscitado con la familia Barbachano, pero siempre que haya diálogo y condiciones para que la Federación tenga, finalmente, la propiedad de las 60 hectáreas en disputa", aclaró el director general del INAH.
Puntualizó que estos problemas no se presentan sólo en la ciudad maya de Chichén Itzá, ya que en cientos de sitios prehispánicos del país la tierra es propiedad ejidal y de empresarios.