Balance de la Jornada
El Tri juvenil repitió los errores de la mayor
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Robinho, jugador del Real Madrid y campeón goleador de la Copa América, es claro ejemplo de la calidad de exportación brasileña a Europa
Foto: Ap
El futbol mexicano siempre ha mirado con envidia a Sudamérica, que cada año coloca a decenas de sus representantes en el balompié europeo.
En algún tiempo se mencionó que el llamado síndrome del Jamaicón Villegas -extrañar en demasía el terruño- afectaba a los nacionales para quedarse cómodamente instalados en el futbol local y no jugarse su futuro en el exterior.
Se les llegó a llamar deportistas pijama, porque sólo sirven para estar en casa.
La situación, finalmente, parece estar cambiando. Más allá del tercer lugar del Tri en la Copa América -todos sabemos que está debajo de Argentina y Brasil pero nos esperanzamos en ubicarnos arriba del resto-, el torneo continental, así como la Libertadores y el Mundial, sirvió de vitrina para los nacionales.
Los llamados Hijos de Sánchez llegaron con tres bajas a Venezuela (Pável Pardo, Ricardo Osorio y, la más censurable, Carlos Salcido) y para el último duelo se les unió Rafael Márquez.
Los cuatro argumentaron cansancio, pero el tema propicia otras lecturas: que se les subieron los humos europeos, que siguen siendo incondicionales del anterior técnico y hasta se llegó a bromear que el grave error de Oswaldo Sánchez ante Argentina fue para perjudicar al Pentapichichi.
El yerro del arquero de Santos Laguna, a fin de cuentas, sólo dio a Hugo un argumento sólido para lo que miles de voces piden: la titularidad absoluta para Guillermo Ochoa.
Precisamente el arquero del América es de los elementos que podían emigrar. Se menciona al Ajax de Holanda como posibilidad, lo que sin duda daría una experiencia enorme a un joven que desde sus inicios mostró tamaños para quedarse con una portería tan complicada.
Otra posibilidad que se maneja es la de Omar Bravo, quien emigraría al campeón alemán Stuttgart, donde se encontraría con los ahora considerados desertores Pardo y Osorio.
Sin embargo, el que aprovechó más el escaparate del torneo fue Nery Castillo, quien mostró tamaños de un jugador de clase mundial, aunque en un futbol exigente deberá evitar su individualismo. Se habla que es pretendido por el Manchester City, aunque la Liga Premier parece de mucha fuerza para el delgado potosino.
Las copas América y Oro definieron no sólo la despedida de Cuauhtémoc Blanco para los partidos grandes con la selección, sino el declive de elementos del chiverío como Maza Rodríguez, Ramón Morales, Alberto Medina, Gonzalo Pineda y el Bofo Bautista, quien ya tiene otra playera pero conserva la apatía de siempre.
Ayer fue un domingo de contrastes. Por la tarde, la derrota de Argentina ante Brasil en Copa América provocó sonrisas revanchistas, pero por la noche los juveniles mexicanos cometieron las mismas fallas que los mayores: erráticos al recibir el gol y falta de creatividad para empatar.
No se trata de hacer leña de estos jóvenes que ganaron el título de Perú 2005, pero se esperaba mucho más de ellos luego de la hazaña conseguida. Quizá les pesaron tantas esperanzas de todo un país.