Telescopio
La leche de la clemencia": Las dictaduras militares argentinas proclamaron que "se había acabado la leche de la clemencia". Los ex presidentes Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, liberal, y Carlos S. Menem, peronista, amnistiaron a los responsables de crímenes de lesa humanidad (tortura, asesinatos, desapariciones de decenas de millares de personas) y les dieron una buena dosis de esa leche que ellos negaban a sus víctimas. Pero, dicen La Nación, Página 12 y también el venezolano Tal Cual, la Corte Suprema de Argentina acaba de anular el indulto que beneficiaba a uno de esos asesinos, el general Santiago Omar Riveros, sentando así un precedente para hacerlo con todos los cómplices y mandantes del mismo. Hasta ahora ninguno de los altos jefes de las fuerzas armadas había podido ser juzgado por sus crímenes, y sólo existían procesos contra un jefe policial y el capellán general del Ejército, el cura torturador Von Wernich. Una reflexión: es notable el bajo perfil informativo sobre ese tema en la prensa escrita de países que, como Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil, tienen aún pendiente la cuenta de los horrores cometidos por las dictaduras militares.
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Hablando de silencio: La prensa latinoamericana, entre los Juegos Panamericanos, la Copa América en Venezuela y las peleas locales, está demasiado ocupada como para ver las ominosas señales de la política mundial, como la caída del dólar, el consiguiente fortalecimiento del euro y, sobre todo, la resolución del gobierno de Vladimir Putin de suspender la aplicación del tratado sobre las fuerzas convencionales (TFC) en Europa, tal como había amenazado con hacerlo durante la más reciente entrevista con el mandatario de Estados Unidos, George W. Bush. Los diarios europeos, como Le Monde o el italiano La Repubblica, destacan naturalmente ambos hechos. El TFC ponía un techo a los armamentos convencionales de cada país, y establecía el derecho de todos a controlar los movimientos de tropas de sus vecinos. En 1999 había sido "adaptado" en Estambul a la nueva situación, pero los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dirigida por Estados Unidos, se niegan a ratificarlo porque, dicen, Rusia tiene tropas en Transnistria, al lado de Moldavia, y en Abjazia, junto a Georgia.
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La pelea en Bolivia: Mientras en la Constituyente se produce tensión entre las fuerzas armadas y la policía (que teme ser dividida en diversas unidades controladas por las primeras), y se plantea el espinoso problema del cambio de la capital de La Paz a Sucre, como informan El Diario y La Razón, aparece un nuevo conflicto con Brasil. Según el boliviano Los Tiempos y el brasileño O Estado de Sao Paulo, Brasil está dispuesto a seguir construyendo dos usinas hidroeléctricas en la Amazonia, sobre el río Madeira, en Juraí y Santo Antonio, aunque Bolivia se oponga y plantee la edificación de otra usina binacional en la frontera. El pez grande, por lo visto, no respeta al chico.