Califican de ''un poco exagerado'' lo que dice Conagua
Podría haber inundaciones, pero no un desastre: expertos
La ciudad de México estará sujeta a inundaciones locales, pero será difícil que ocurra un gran desastre a causa del estado del drenaje profundo, como ha señalado el gobierno federal, expresaron especialistas en infraestructura hidráulica. Aunque el drenaje ya no es suficiente, se trata de una situación que no es nueva y se debe al crecimiento desordenado de la ciudad, advirtieron.
Félix Hernández Gamundi, consultor del sector agua, aseveró que en la medida en que se ha presentado el hundimiento de la ciudad como consecuencia de la extracción del agua, se ha modificado la estructura del drenaje profundo, lo cual, entre otros factores, ha llevado a que pierda su capacidad de desagüe.
Admitió que existe un riesgo real por esto, pero ''lo que dice la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es un poco exagerado; el problema ya es conocido y ha habido una serie de medidas que se han tomado desde hace cuatro o cinco años''. En los últimos días el gobierno federal ha señalado que la ciudad de México estaría en riesgo de sufrir una gran inundación por la falta de mantenimiento del emisor central del drenaje profundo.
Hernández Gamundi explicó que hay zonas donde ese drenaje está a una distancia de 120 metros del suelo y ahí no hay problema por el hundimiento de la ciudad, las dificultades se presentan cuando ''la infraestructura de arriba funciona con baja eficiencia''.
Señaló que existiría un riesgo serio al momento de presentarse una lluvia de gran intensidad, como la ocurrida en 1999, que fue de 150 milímetros, la quinta parte de lo que llueve en la ciudad de México al año, que es de 790 milímetros en promedio, y que provocó el desbordamiento de varios ríos. ''Estas lluvias extraordinarias ponen en peligro la infraestructura de drenaje de la ciudad''.
A su vez, Leopoldo Rodarte, experto en acuíferos, aseveró en entrevista que ''no es cierto que pueda ocurrir una inundación catastrófica como la de 1920; eso no va a ocurrir nunca, la ciudad de México no está expuesta a un evento así''. Detalló que la última inundación importante en la urbe fue la ocurrida en 1951, cuando el centro quedó anegado durante tres meses e inclusive se utilizaron lanchas para transportarse de un lado a otro.
Explicó que fue en esa época cuando el gobierno federal decidió construir el drenaje profundo, el cual fue inaugurado en 1976, lo que ''liberó a la ciudad del peligro de inundaciones generales; pueden ocurrir anegaciones locales y eso lo estamos viendo; de ello la ciudad no está liberada''.
Puntualizó que ante una eventual anegación ''hay una serie de defensas'' entre las que están los ''fusibles'', que funcionan como salidas de emergencia, y se trata de los lagos de Texcoco y Xochimilco, entre otros. En cuanto al estado actual del drenaje profundo, dijo que está construido de concreto y que puede tener descascaramientos, aunque ''no tan graves como para colapsarlo'', y que requiere un mantenimiento correctivo.
Sin embargo, mientras el Gran Canal tenía capacidad, la cual se ha perdido precisamente por el hundimiento de la ciudad, las compuertas del drenaje profundo se podían cerrar, pero desde hace diez años eso no es posible y no se ha podido entrar para inspeccionarlo. Dijo que el diseño original de esta obra considera esta situación, por lo que no es posible que pueda colapsar. Además, consideró el especialista, ''es un problema metropolitano''.
Hernández Gamundi sostuvo que en la ciudad de México existe la gran paradoja de la escasez de agua y el riesgo de inundaciones, por lo que en este momento los gobiernos se deben plantear si quieren mantener esta política de desalojar el agua o establecer mecanismos para recargar el acuífero, lo que implicaría el establecimiento de varias plantas de tratamiento en la ciudad para reutilizar el líquido y para recarga, con lo cual se podrían evitar las anegaciones, el hundimiento de la ciudad y se daría abasto de agua potable.