Piden que actúe Calderón en el caso del Helénico
La comunidad artística entregó este jueves en Presidencia una carta dirigida al mandatario Felipe Calderón en la que le solicitan que suprima el decreto de 1979 que enajena “a título gratuito” el inmueble en el que se desarrollan las actividades del Centro Cultural Helénico. En el documento, firmado ya por unas mil 200 personas, piden que “se revoque dicho decreto para devolver el inmueble a sus dueños legítimos: los mexicanos”.
La carta se dio a conocer en la conferencia de prensa donde se anunció que las comisiones de Cultura de las dos cámaras del Congreso de la Unión aprobaron un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de la Función Pública a dictaminar sobre la conveniencia de que sea revocado el decreto, como se informó en estas páginas. El punto de acuerdo será discutido el próximo martes.
El presidente de la Sociedad General de Escritores de México, Víctor Hugo Rascón Banda; el diputado Alfonso Suárez del Real; los actores Héctor Bonilla y Vanessa Bauche, así como el presidente de la Academia Mexicana de Teatro, Gabriel Pascal, coincidieron en destacar la necesidad de defender ese centro cultural.
Cabe recordar que el Centro Cultural Helénico paga una renta por el uso de las instalaciones al Instituto Cultural Helénico, AC, que desde el decreto de 1979 pertenece a la iniciativa privada y rechaza registrarse ante el Instituto Nacional de Desarrollo Social, que regula a las asociaciones civiles que reciben recursos públicos.
Para quienes deseen sumarse a la carta de apoyo, ésta se encuentra disponible en la página http://salvemosalhelenico.blogspot.com
Por la importancia, prevalencia y complejidad del “espectro autista” se impone la necesidad de poseer más información al respecto. Por ello me permitiré hacer una cita textual de Carolina Campos, experta en el tema, de su libro que se encuentra en prensa.
Campos escribe: “ pesar de que existe cierto consenso en cuanto a los trastornos que comprometen el espectro autista, aún no se han resuelto controversias importantes en cuanto a la precisión de las definiciones de estos trastornos y los límites entre las manifestaciones menos graves. Lo anterior no ha encontrado una resolución satisfactoria en vista de que aún se desconocen las causas biológicas, así como tampoco se han encontrado marcadores biológicos ni sicológicos consistentes”.
Las controversias actuales incluyen aspectos tan básicos como el hecho de aclarar si el espectro autista es predominantemente una entidad unitaria o si se trata de una variedad de fenotipos con múltiples y diversas etiologías. A esto se debe que la prioridad a largo plazo en el terreno de un diagnóstico definitivo sea la búsqueda de un marcador o marcadores biológicos, para el autismo y los trastornos relacionados dentro del espectro autista.
En vista de la ausencia de una prueba médica que inequívocamente diagnostique al autismo, sus definiciones, así como las definiciones de los trastornos relacionados, se basan únicamente en manifestaciones conductuales. Lo anterior aún ahora genera desconcierto y desconfianza, en vista de que entraña un problema central dentro de los sistemas actuales de clasificación, y es el hecho de que los límites entre los diferentes trastornos aún no se encuentran claramente definidos (Swinkels SH, Buitelaar JK, 2002).
Por otro lado, se encuentra presente la tendencia a pensar que no es posible hablar únicamente de una causa sino de muchas causas interrelacionadas entre sí, por lo que a la fecha ninguna teoría convincente sobre la naturaleza del espectro autista ha sido presentada. La puerta, en lo referente a esta cuestión, permanece abierta. Por ello se continuará hablando de hipótesis etiológicas más que de teorías etiológicas, en vista de que algunas de estas hipótesis son comunes a los postulados de diversas líneas de trabajo.
Cabe mencionar que en la actualidad son cinco los trastornos o síndromes incluidos dentro de la clasificación general de Trastornos Generalizados de Desarrollo o Espectro Autista: el trastorno autista, el trastorno de Asperger, y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (incluyendo el autismo atípico), como los ejemplos más típicos del espectro autista; el trastorno de Rett y el trastorno desintegrativo infantil como otros componentes.
El reconocimiento y la descripción de sus cuadros clínicos, así como de otras patologías de la infancia no incluidas en esta categoría diagnóstica general, constituyen un avance producto de más de 50 años de investigación continua. Sin embargo, no todas las investigaciones y teorías pueden ser aplicadas a cada uno de los trastornos específicos. Lo mismo sucede con los abordajes terapéuticos. Lo anterior también constituye una problemática actual en este tema.
Los trastornos generalizados del desarrollo se caracterizan por la afección nuclear de determinadas funciones neurofisiológicas y neurosicológicas, las cuales se expresan en tres grandes grupos de alteraciones: a) alteración del desarrollo de la interacción social recíproca; b) alteración de la comunicación verbal y no verbal, y c) repertorio restringido de intereses y comportamientos.
Estas alteraciones básicas deben encontrarse necesariamente presentes en todos y cada uno de los trastornos específicos. Sin embargo, se expresan de forma diferente en cada entidad patológica, así como en cada persona. Dada esta situación, no sólo debe realizarse un diagnóstico general, sino que debe establecerse uno específico para cada paciente, así como un programa terapéutico también específico.