Usted está aquí: viernes 6 de julio de 2007 Cultura Después de aproximarse al mundo íntimo de Frida, sigue el de Rivera

Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard inauguraron Tesoros de la Casa Azul

Después de aproximarse al mundo íntimo de Frida, sigue el de Rivera

La artista fue una mujer de profundas convicciones solidarias, expresó el rector de la UNAM

Tenemos que poner en orden el archivo de Dolores Olmedo y hacerlo público, dice su hijo

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Juan Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard, Mariagna Pratts, Elena Cepeda y Ricardo Pérez Escamilla, anoche, al inaugurar la muestra Tesoros de la Casa Azul, en Coyoacán Juan Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard, Mariagna Pratts, Elena Cepeda y Ricardo Pérez Escamilla, anoche, al inaugurar la muestra Tesoros de la Casa Azul, en Coyoacán Foto: Francisco Olvera

Ampliar la imagen Carlos Phillips Olmedo, ayer, durante la entrevista con La Jornada Carlos Phillips Olmedo, ayer, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

En cuanto concluya la exposición Tesoros de la Casa Azul, que está orientada a mostrar algunas de las pertenencias de los archivos íntimos de Frida Kahlo –y que ayer se inauguró con la presencia del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard y el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, podría presentarse una muestra dedicada a la presencia de Diego Rivera en la casona de Coyoacán, para celebrar la fecha de nacimiento del pintor, que es el 8 de diciembre.

Anoche, en una tumultuosa ceremonia, De la Fuente reconoció la labor de todos los participantes en la organización de esa muestra dedicada a “una mujer de profundas convicciones solidarias, que se reflejaban en sus compromisos políticos y sociales”.

Estos conceptos acerca de Frida Kahlo a cargo del rector de la UNAM contrastaron con lo dicho por el presidente Felipe Calderón, cuando inauguró la muestra dedicada a la pintora en Bellas Artes, donde la redujo a “ejemplo para vencer la adversidad”.

De la Fuente añadió, ayer: “Es un honor participar en este reconocimiento a una de las primeras mujeres universitarias del país, quien fue alumna de la Escuela Nacional Preparatoria, donde conoció a dos personas fundamentales en su vida: Alejandro Gómez Arias y Diego Rivera”.

Acervo espulgado

En entrevista con La Jornada Carlos Phillips Olmedo, principal artífice de los homenajes que este año se rinden a los dos artistas, dijo que aún hay mucho por conocer de ellos. Por ejemplo, las cartas que Rivera escribió a María Félix (entre 40 o 50 misivas), que forman parte del archivo privado de Dolores Olmedo, resguardado en el museo que la promotora cultural erigió en La Noria, Xochimilco.

Este acervo todavía no está listo para hacerse público, explica el hijo de la también empresaria, a quien Rivera dejó al frente del fideicomiso mediante el cual cedió, en beneficio del pueblo de México, todos sus bienes.

“Tenemos que poner en orden el archivo de doña Lola Olmedo. No ha habido tiempo, pero sí hay que darlo a conocer, aunque debo decir que si bien ella lo ordenó antes de morir, sí lo espulgó.

“Es un acervo espulgado, pero aún así, hay cosas muy interesantes. María Félix le regaló a mi madre las cartas que Diego le mandó. Las tenemos guardadas. Dénme tiempo para organizarlo bien, con cuidado, y las mostraremos.”

–La crítica de arte Raquel Tibol comentó hace unas semanas que el acervo dado a conocer en la Casa Azul no estaría completo, que Dolores Olmedo lo abrió sin la presencia de un notario a los 10 años de la muerte de Diego y que, textual, “si se atrevió a destruir 19 páginas del diario de Frida, qué no haría con las cajas cinchadas”, ¿es cierto?

–No, porque los sellos originales de las cajas con documentos, que el Banco de México puso en 1957, los rompieron ellos mismo en 2003. Lo que sí se pudo haber visto o abierto antes serían los clósets o el contenido de los baños, cuyas puertas no estaban tapiadas, aquí no había nada parecido a una tumba de Tutankamón. Estaban cerradas con llave y se les ponía una cinta con firmas cada vez que se abrían.

“No dudo que mi mamá haya acompañado a Raquel Tibol (quien por cierto, ayer por la tarde, visitó de manera privada la muestra Tesoros de la Casa Azul), a ver algunas cosas. En los baños estaban la ropa de Frida, sus muletas, algunos corsés. En su ropero estaban algunos juguetes, y dirán lo que quieran, pero cuando lo abrimos, en 2003, tenía polvo de 50 años, tuvimos que ponernos máscaras. Se hizo un inventario, se fotografió, había chácharas a pasto.

“En los cajones de las cómodas, en los baúles había papeles, fotografías, periódicos, revistas, textos de conferencias, bocetos, dibujos. Cuando abrimos todo estaba un notario, un representante del Banco de México, uno del comité técnico del fideicomiso y gente de la administración del museo. Poner en orden todo y hacer un primer inventario nos llevó un año.

Imposibilidad legal

–¿En el museo Diego Rivera-Anahuacalli también existe acervo “secreto”?

–No. Sólo está guardada una parte de los archivos de Eulalia Guzmán y de su biblioteca, todo inventariado ya por el Instituto Nacional de Bellas Artes. De Diego está la colección prehispánica, algunos papeles, pero no un archivo como el que se encuentra aquí. Queremos volver a hacer la museografía del Anahuacalli tratando de respetar la original de Carlos Pellicer y Juan O’Gorman, basándonos en las ideas que dejó Rivera en cuánto a cómo debía ser este museo. Ese es el siguiente reto.

–Muchas personas se preguntan si habría la posibilidad de que el fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo cambiara la cláusula que impide que los tesoros de la Casa Azul salgan del recinto, con el fin de organizar exposiciones internacionales con ese acervo.

–Expertos nos han dicho que legalmente no es posible, porque Diego dejó como beneficiario de su legado al pueblo de México, y esta es una figura que, en las leyes, es amorfa, rara, que prácticamente no existe, y no tiene representación. En vista de que quien hizo la donación ya murió, no hay quien pueda modificar el estatuto que dice que nada de lo que se encuentre en la Casa Azul o en el Anahuacalli puede salir de esos recintos, ni siquiera para trasladar los objetos entre ambos museos.

“El comité técnico no tiene la posibilidad legal de cambiar ninguna de las cláusulas del fideicomiso. Ni siquiera se podría hacer por medio de un referéndum, porque no hay una estructura legal que diga ‘yo represento al pueblo’. Si alguien encuentra una forma legal para cambiar esto y que no ponga en peligro la existencia del fideicomiso, sería maravilloso.

“ mí me gustaría que se pudiera exhibir este acervo en el mundo, nos permitiría adquirir recursos para el museo, pero cuando Diego hizo esa cláusula fue muy puntual, él no tenía confianza en que si dejaba este legado al Estado, la obra se preservaría.

“Una opción para ampliar el espacio de la Casa Azul, para abrir más salas y crear una biblioteca, una sala de consulta, sería que alguno de los vecinos donara su propiedad al fideicomiso, que no cuenta con recursos para adquirirla. Pero no he encontrado, hasta la fecha, a ningún vecino que quiera donar su casa para sumarla a este recinto, donde tendremos el cuidado de preservar, por muchos años, los bienes que Frida y Diego legaron al país.”

 
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