"La decisión del pueblo es no claudicar ante el terrorismo", dice el presidente Uribe
Movilizaciones en Colombia contra los secuestros y los rescates militares
Santafé de Bogotá, 5 de julio. Cientos de miles de ciudadanos protestaron hoy en Colombia contra el secuestro de personas y exigieron a la guerrilla la liberación de todos los rehenes en su poder, así como la entrega de los cuerpos de 11 ex diputados recientemente muertos en cautiverio, y demandaron que los cautivos no sean rescatados en operativos militares.
Las manifestaciones se realizaron en las principales ciudades del país, catalogado como la capital mundial del secuestro con más de 23 mil víctimas en la última década, de las cuales mil 268 han muerto en cautiverio, según diversas estadísticas.
Multitudinarias marchas en repudio al secuestro de las guerrillas y los paramilitares de extrema derecha tuvieron lugar en esta capital, Cali y Medellín, convocadas por el gobierno, medios de comunicación y los familiares de los plagiados
"Libérenlos", tituló el principal diario del país El Tiempo, en medio de miles de nombres de personas secuestradas, cuya mayoría de rehenes son atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más grande y antigua insurgencia del país con aproximadamente 17 mil combatientes.
En la Plaza de Bolívar, en Bogotá, miles de personas con camisetas blancas hicieron sonar silbatos y levantaron pancartas con frases como "no al rescate a sangre y fuego", "no más violencia, acuerdo humanitario ya" y "FARC-asesinos".
"Esta es la dignidad del pueblo colombiano, su carácter, su justa decisión de no claudicar ante el terrorismo, de superar esta tragedia de tantos años", declaró a la prensa el presidente Alvaro Uribe tras asistir a una misa en esta capital, mientras vestía una camiseta con la leyenda "libertad sin condiciones ya".
Mientras las banderas se izaban a media asta, algunas personas caminaban encadenadas frente a las réplicas de 11 lápidas con cruces con los nombres de los diputados fallecidos en junio mientras estaban secuestrados por la insurgencia durante un "fuego cruzado", según informaron las propias FARC.
En Cali, donde marcharon unos 150 mil manifestantes, hubo un incidente entre los dolientes y el gobierno, cuando la hija de uno de los diputados asesinados, Carolina Charry, afirmó que las FARC y el presidente Uribe fueron "indolentes", lo que algunos sectores apoyaron, mientras otros lanzaron "vivas" al mandatario.
El ministro del Interior Carlos Holguín, presente en el acto, salió en defensa de Uribe al afirmar que respetaba a los familiares pero que se intentaron salidas para buscar una liberación. Rechazó que el gobierno haya sido cómplice en esas muertes y concluyó con un no a un acuerdo humanitario.
Las FARC mantienen secuestrados, además de cientos de civiles, a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, así como a tres estadunidenses, policías y militares, algunos de ellos con más de nueve años en cautiverio, y que la guerrilla quiere intercambiar por rebeldes presos.
En paralelo, hubo diversos actos de solidaridad en países de América Latina y el Caribe, de Europa y de Estados Unidos. Venezuela transmitió sus condolencias a Colombia por la reciente muerte de los 11 diputados. El argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, pidió a las guerrillas liberar a los secuestrados y a Bogotá que ponga límites a los paramilitares.
En otro orden, el desmovilizado jefe paramilitar Rodrigo Tovar provocó la indignación de organizaciones de derechos humanos y de víctimas, al calificar como "actos de guerra" las matanzas de sectores civiles cometidas por los grupos de ultraderecha.