Usted está aquí: miércoles 4 de julio de 2007 Política Critican la ley de ahorro y crédito popular por absurda

Deja a 90% de productores sin posibilidad de acceder a créditos, señala la AMUCSS

Critican la ley de ahorro y crédito popular por absurda

MATILDE PEREZ U.

La ley de ahorro y crédito popular es absurda, excluyente y discriminatoria de la economía campesina, pues deja a 90 por ciento de los productores -los más pobres- sin posibilidad de integrar una cooperativa o cualquier otra pequeña institución financiera con la que acceder a los créditos de los Fideicomisos Integrados en Relación con la Agricultura o la Financiera Rural.

Dicha ley promueve la concentración de los créditos en productores medianos y grandes y otorga a las organizaciones pequeñas que ya existían un plazo de dos años para cubrir el requisito de tener 20 millones de pesos en activos, monto que, por ejemplo, un grupo de ocho micro bancos en Oaxaca han tardado 5 años en reunir, y otras como la Unión Regional de Apoyo Campesino, 20 años, dijo la directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), Isabel Cruz Hernández.

Esta ley estrangula el desarrollo y consolidación de las pequeñas instituciones financieras y "casi criminaliza a los pobres" que con el requisito de tener un monto mínimo de capital activo les impide saltar la barrera. "Es evidente que no quieren que en el mercado financiero haya pequeñas instituciones, sólo medianas y grandes, las cuales pueden acceder a los créditos con tasas de 8.5 a 10 por ciento máximo, mientras los campesinos más pobres, si tienen un crédito deberán pagar tasas de 12 a 20 por ciento".

Lejos de lo que piensan quienes aprobaron esta ley, en el campo sí hay inquietud por crear microfinanzas mediante cajas solidarias o cooperativas. De las 400 cajas solidarias que el pasado gobierno impulsó, sólo de 100 a 150 tienen posibilidad de crecer e insertarse en los lineamientos que marca la ley. Ahora lo que se promueve es integrar a las que no tienen posibilidad de crecimiento en una sola entidad, pero "eso es distorsionar la situación y no toman en cuenta si tienen algún interés común, por lo que no habrá fortaleza ni identidad para que funcionen bien; esta fusión masiva no tendrá buenos resultados", advirtió.

La ley, aprobada sin el conocimiento de la mayoría de los legisladores del sector rural, cierra las alternativas de ahorro de los más pequeños y los hace más dependientes de recursos externos o de instituciones de crédito. No se consideró que los campesinos pequeños y pobres están interesados en el ahorro porque eso les da estabilidad familiar y seguridad alimentaria. Ahora lo que se hace es profundizar la de por sí sesgada intermediación financiera rural, pues de un lado estarán los medianos y grandes y de otro los pobres. Lo lamentable es que dicho esquema se establece también en el Fondo Nacional Mutualista para Productores de Maíz y Frijol. "Los campesinos cada vez están más lejos de acceder a créditos a tasas bajas porque los dispersores de éstos son los intermediarios financieros que adquieren, por ejemplo, los agroquímicos y los venden a los campesinos a precios elevados", acotó.

 
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