Cuenta con dibujos de la artista, fotos de Pablo Ortiz y textos de Salvador Elizondo

La muestra Oda a Eiffel, expedición por la arqueología personal de Carmen Parra

Las obras que componen el montaje permanecen poco conocidas en el país

MERRY MACMASTERS

Hace 30 años la pintora Carmen Parra realizó una intervención urbana en torno a la Torre Eiffel. Ahora, la artista ha escarbado en su arqueología personal con la finalidad de recrear ese momento como parte de Visión del extranjero de los mexicanos, programa organizado por el Museo Nacional de las Culturas, ubicado en Moneda 13, Centro Histórico.

La muestra Oda a Eiffel comprende 10 dibujos que Parra hizo, primero, para una exposición en el Centro Municipal de Artes Plásticas, en París; 10 fotografías tomadas por Pablo Ortiz Monasterio de la intervención urbana, y textos de Salvador Elizondo.

Carmen, casada con el pintor Alberto Gironella, relata que la pareja y su pequeño hijo, Emiliano, se mudaron a París: "Vivíamos en un departamento de la rue Visconti, que pertenecía a Jean Malaquais, escritor que había sido secretario de André Gide. A Emiliano le compré un pez dorado que daba vueltas en su pecera alrededor de una efigie de la Torre Eiffel. A raíz de este juego poético investigué acerca de la construcción de la Torre Eiffel para la Feria Mundial de París".

En esa época Gironella le regaló un libro sobre la construcción de la Torre Eiffel, que contiene planos originales y anotaciones del mismo arquitecto, que se incluye en la muestra del Museo Nacional de las Culturas.

La obra emblemática del francés, un toro en el eje de Trocadero y un rinoceronte que pasó a la entrada del Museo de Arte del Siglo XIX le sirvieron a Parra para preparar una exposición tras recibir una invitación de Sergio Pitol, entonces agregado cultural de la embajada de México en Francia. En un impreso de época se aprecia una imagen de un recipiente en el que se lee "Torre Eiffel, alimento principal para peces de ornamento".

El Centro Municipal de Artes Plásticas, en Sarcelles, era un espacio muy grande que Parra compartió con el pintor Rodolfo Nieto, con el título de Forum, que duró del 13 al 28 de noviembre de 1976. Parra hizo muchos dibujos y preparó una especie de escenografía sobre la Torre Eiffel. Parra invitó a Fernando Gamboa a ver la exposición, quien a su vez le ofreció exponer en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México.

Después, Pablo Ortiz Monasterio, quien "ha sido un amigo de toda la vida", pasó por París, "e hicimos esta oda a Eiffel, instalación callejera, o arte efímero". La torre fue el pretexto para hacer un ritual, una ofrenda en París a la manera de los antiguos mexicanos, escribe Parra. Fue una acción artística donde "la torre es sacrificada hundiéndose en el Sena para resurgir en las memoriosas fotos de Pablo Ortiz Monasterio".

A su regreso a México, Parra enseñó el material a Salvador Elizondo e hicieron el libro La grafostática u oda a Eiffel, de unos cuantos ejemplares, impreso en los Talleres Gráficos de la Nación. También se hizo una exposición en El Juglar, de algunos de los dibujos que quedaban. Se trata de un material que casi no se conoció en México. La entrevistada se refiere a la edición del libro como "un acto secreto", que la entusiasma porque no tiene repercusión alguna. A Elizondo le hizo un retrato como "Torre Eiffel, partiendo de la idea de que es una torre de Babel".

Para la artista la Torre Eiffel representa una visión del mundo a finales de 1900. Hoy día, todo el mundo lleva su efigie en un llavero: "En esencia simboliza lo que uno se imagina".

Si Fernando Gamboa hizo "la versión de los extranjeros en México, ahora resulta de interés hacer una visión de los mexicanos de otros países".