Viajó a Bielorrusia para charlar con Lukashenko
Chávez adelanta segunda escala de su gira, ante desdén de Putin
Moscú, 29 de junio. Tras reunirse con diputados y empresarios rusos hoy por la mañana, y a falta de otros interlocutores en la capital rusa, el presidente venezolano, Hugo Chávez, viajó a Bielorrusia para conversar con su colega Aleksandr Lukashenko, pero regresará este sábado a Rusia para conocer la fábrica de helicópteros de Rostov del Don y asistir en esa ciudad sureña a la carrera de caballos que se va celebrar en honor del mandatario ruso Vladimir Putin.
Inicialmente, Chávez tenía programado viajar a Rostov esta tarde para coincidir ahí con Putin, quien convocó un encuentro con los gobernadores de las distintas regiones de la Federación Rusa, también invitados al acto hípico.
No obstante, sin mediar explicación oficial alguna -que por otro lado se intuye por el bajo perfil que el Kremlin da a esta visita del presidente venezolano en vísperas del viaje de Putin a Estados Unidos a partir de este mismo sábado-, Chávez prefirió adelantar la que iba a ser la segunda escala de su gira.
Su reunión con un grupo de diputados de la Duma -negada la tribuna de la sesión plenaria por la mayoría oficialista en una decisión que calificó de "vergonzosa" el legislador comunista Nikolai Jaritonov- estuvo precedida por un despliegue de seguridad sin precedentes.
El operativo no tuvo otro propósito que asegurar que no se colara ningún periodista en la pequeña sala, dado que la Duma quiso que Chávez interviniera a "puerta cerrada". Ni falta hizo, pues varios diputados se encargaron de comentar en detalle a la prensa todo lo que se habló dentro.
Chávez confirmó que Venezuela negocia la adquisición de al menos cinco submarinos de propulsión diesel y sistemas de misiles tierra-aire, lo cual anunció paralelamente -y en estos casos tan delicados no caben las casualidades- en San Petersburgo, donde se celebra un salón militar naval, Inokenti Naletov, asesor del director general de Rosoboronexport, el monopolio estatal de venta de armas.
"Estados Unidos nos amenaza constantemente y tenemos que defender nuestra revolución", expresó Chávez ante los diputados, según la cita textual proporcionada a los periodistas por Elena Drapeko, de la bancada de la pro gubernamental Rusia Justa.
Venezuela está interesada en comprar submarinos del llamado proyecto 636, muy silenciosos y capaces de disparar hasta cuatro misiles de 220 kilómetros de alcance, cada uno, dotados asimismo de 18 torpedos y 24 minas, y que pueden navegar sin salir a superficie durante 45 días.
En la otra actividad del día, el foro organizado por la Cámara de Comercio e Industria de Rusia, Chávez invitó a los empresarios locales a invertir en el país latinoamericano, aunque bajo reglas distintas.
"Venezuela abre sus puertas a los empresarios para que vayamos delineando estrategias de inversión, de formación de empresas mixtas. Una inversión que tiene que ser distinta a esa inversión neoliberal que desfiguró a América Latina", afirmó el visitante.
También reveló que, durante la cena privada con Putin, se examinó la posibilidad de establecer un "fondo binacional de inversiones" para apuntalar proyectos en áreas como procesamiento de materias primas, refinación de petróleo, petroquímica, industria alimentaria, transporte, pesca y construcción.
En septiembre y octubre siguientes se celebrarán consultas ministeriales en Caracas y Moscú, que deben concretar iniciativas para poner en marcha dicho fondo.
Pese a las nuevas condiciones impuestas por el gobierno venezolano a las compañías extranjeras, que provocó esta misma semana la salida de las estadunidenses Conoco Phillips y Exxon Mobil, la petrolera rusa LukOil, que tiene un acuerdo de exploración y mantenimiento de pozos en el bloque de Junín-3, en la región de la Faja del río Orinoco, desea ampliar su presencia en Venezuela.
Chávez se reunió por separado con Vaguit Alekperov, número uno de LukOil, para explorar nuevas oportunidades de negocios, dado el interés de esa petrolera por sustituir su actual acuerdo con un contrato de explotación de recursos.
El presidente de Venezuela no desperdició la ocasión de arremeter contra "el imperio" (estadunidense): "Creo que se está cumpliendo la profecía de Mao Zedong, el imperio terminará siendo un tigre de papel o, parafraseando a Bolívar, terminará siendo el loco aquel de la tragedia griega que montado en una roca quería dirigir el mundo, sin darse cuenta que su poder era una sombra", dijo Chávez ante los hombres de negocios rusos.