Deben ser "unilaterales" los cambios en la política de EU, dice el mandatario cubano
Fidel Castro acusa a Bush de ordenar asesinarlo
La Habana, 25 de junio. El fin de casi medio siglo de enfrentamiento entre Cuba y Estados Unidos dependerá de cambios "unilaterales" en la Casa Blanca, escribió el convaleciente líder Fidel Castro en un editorial publicado el lunes.
En sus vigésimas "reflexiones" en tres meses, Castro, de 80 años, acusó al presidente estadunidense George W. Bush de haber ordenado asesinarlo.
En un editorial publicado en el diario Granma, el gobernante, que dice haberse librado por el azar o la acción de sus servicios de seguridad de unos 640 planes de asesinato, señaló a varias administraciones estadunidenses, pero exoneró al ex presidente Jimmy Carter (1977-1981), de quien destacó que abrió la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Según Granma, los documentos desclasificados por la Agencia Central de Intelgencia (CIA) que serán revelados esta semana confirmarán que "por órdenes de la Casa Blanca, la CIA intentó asesinar" a Castro. "Lo que ya se presumía y denunciaba será corroborado", afirmó.
La CIA informó la semana pasada que desclasificará la mayor parte de un extenso archivo de 1973 que detalla algunas de sus operaciones más notorias de la agencia.
En cuanto a las relaciones con Washington señaló, al citar un discurso suyo de 2000: "Los cambios en la política del gobierno de Estados Unidos con relación a Cuba tienen que ser unilaterales, pues el bloqueo y la guerra económica contra Cuba por los que dirigen ese país son unilaterales".
Su hermano Raúl, que preside interinamente el país desde que Castro enfermó hace 11 meses, dijo en diciembre pasado que Cuba estaba dispuesta a resolver la disputa con Estados Unidos en la "mesa de negociaciones" sobre una base de mutuo respeto. Pero su oferta de diálogo fue rechazada por la Casa Blanca, que repuso que no negociaría con un "dictador en espera". Sin embargo, despejó el camino para la visita, dos semanas después, de la mayor delegación de congresistas estadunidenses desde el triunfo de la revolución en 1959.
Legisladores de los partidos Demócrata y Republicano hablaron en Cuba de una "nueva era" en las relaciones entre ambos países. De regreso a Washington, presentaron en el Congreso proyectos de ley para flexibilizar el embargo comercial con el que Estados Unidos busca asfixiar desde hace más de cuatro décadas al sistema socialista de Castro.