Usted está aquí: lunes 25 de junio de 2007 Opinión Salón Palacio

Salón Palacio

CARLOS MARTÍNEZ RENETRÍA

Anthar López, nuevo director de la red de Faros

El pasado sabado se conmemoró el séptimo aniversario de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente, una de las propuestas culturales más sugerentes e innovadoras que ha desarrollado el gobierno de la ciudad de México, por su iniciativa para descentralizar la promoción cultural en el Distrito Federal y su carácter autogestivo y de vinculación comunitaria. Sin embargo, el camino no ha sido fácil, por el reducido presupuesto con el que ha contado desde su fundación. Debe reconocerse el entusiasmo y el trabajo desinteresado de prestigiados maestros y jóvenes creadores que han compartido su tiempo y conocimientos en ese espacio. Al comienzo de la actual administración capitalina y con la llegada de la nueva secretaria de Cultura, Elena Cepeda, se advirtió otra problemática en el Faro: la imposibilidad de nombrar, tan normalmente como se acostumbra en cualquier otra dirección o jefatura gubernamental, a un nuevo titular. De entrada, la propuesta de la secretaría fue rechazada, lo cual podría ser justificable, pero en el interior del Faro se dio una pugna feroz para designar al sucesor de Benjamín González. Como si se tratara de un coto privado, se sabe que cabildearon diversos grupos perredistas y hasta un senador movió sus influencias, pero finalmente quedó Agustín Estrada, El Cali, también fundador del Faro de Oriente y poseedor de la experiencia y la legitimidad acumulada durante siete años. Para intentar una coordinación entre los Faros que ya existen (Milpa Alta y Tláhuac) se ha nombrado al experimentado administrador cultural y músico Anthar López.

Milpa Alta y Tláhuac

Se han mencionado varios proyectos para crear Faros en otras zonas de la ciudad; los que ya funcionan son los de Milpa Alta y Tláhuac, cuyas dinámicas son similares a las del de Oriente. Una de las condiciones más delicadas para que ambos pudieran abrir es ganar la aceptación de las comunidades organizadas en ese híbrido entre lo rural y lo urbano, la tradición antigua y la modernidad. Este trabajo, inclusive previo a la instalación de los Faros, lo ha hecho Martín González, también del equipo del Faro de Oriente y con una sólida formación académica en artes visuales. Es el responsable del Faro de Tláhuac, donde se imparten 12 talleres con más de 250 alumnos, y ahora ha tenido que asumir temporalmente también el lugar que dejó Nancy Luna Castro en Milpa Alta, quien no supo conciliar con la comunidad de esa delegación y ahora también se opone a su destitución. Nancy Luna llegó al Faro de Oriente para realizar su servicio social en informática y fue administradora de ese recinto. Su nombramiento en Milpa Alta se sabe que no fue consensuado.

Las revistas Oficio, Luna Zeta, Revés y Replicante

La semana pasada, también en el contexto del Festival de Revistas Alternativas, en el Centro Cultural España, se celebró una mesa con la participación de editores que hacen publicaciones de este tipo en diversas ciudades del país. Estuvo Arnulfo Vigil, de la ya legendaria revista contracultural (así se define sin ningún prejuicio) Oficio. Por cierto que Arnulfo está de fiesta celebrando ser el ganador del Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2007. De Oaxaca estuvo representada la revista Luna Zeta. Quizá la más joven de todas es Revés, que se publica en Morelia, y también ahí estuvo el histórico editor de revistas contraculturales Rogelio Villarreal, quien en Guadalajara dirige la revista Replicante. El también fundador de La Regla Rota y La Pus Moderna acaba de publicar su libro El periodismo cultural en tiempos de la globalifobia (Ediciones sin nombre, CNCA), en donde nos dedica un cariñoso ensayo. Finalmente, como última actividad de este festival, se espera la presentación del número 69 de la revista Generación, en el que se publicará un breve recorrido por esta parafernalia de las revistas alternativas.

Cosas que hacen bum, de Kiko Amat

Nos hemos esforzado porque el escritor Kiko Amat se lleve una buena impresión de la noche mexicana, y desde que llegó al Distrito Federal, hace una semana, no ha dejado de amanecerse en los lugares más decadentes, como la vieja cantina-putero Las dos naciones, las piqueras de la Glorieta de Insurgentes e inclusive el Covadonguita (redacción Charles Bukowski) de la revista Generación. Kiko es uno de los más jóvenes autores de la editorial Anagrama y promueve su más reciente novela Cosas que hacen bum, que cuenta la historia de un adolescente que se enrola con una banda de viejos anarquistas. Kiko promete ser un incorrecto de su época, hasta un tatuaje se hizo y ya conoció las pizzas Riki.

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