Incumple legislaciones ambientales y avala la excesiva cifra de captura

ONG demandarán hoy al gobierno canadiense por cacería de focas arpas

Cemda y Comarino presentarán la denuncia ciudadana ante la CCAAN

ANGELICA ENCISO L.

Ante la cacería de focas arpas que se realiza cada año en el golfo de San Lorenzo y fuera de la costa de Terranova y Labrador, Canadá, con lo cual se viola la legislación ambiental, además del maltrato hacia esta especie, las organizaciones Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Conservación de Mamíferos Marinos (Comarino) presentarán este lunes una denuncia ciudadana contra el gobierno canadiense ante la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN).

Entre la legislación no aplicada están la ley canadiense de protección ambiental, la Canadian Enviromental Protection Act, el reglamento de mamíferos marinos emitido bajo la Ley Canadiense de Pesca y cláusulas de protección de animales del código criminal de esa nación.

Esas organizaciones argumentan que en las autorizaciones de caza falta la aplicación del principio precautorio, como instruyen las leyes canadiense de protección ambiental y de océanos. Además, refieren que la petición se formula en respuesta a las omisiones en las que ha incurrido el gobierno de Canadá, en particular el Departamento de Pesca y Océanos, por la falta de aplicación efectiva de la ley en la materia.

También se incumplen los procedimientos legales para la cacería, como que los cazadores deben corroborar la muerte de la foca antes de quitarle la piel y de matar otra, la cuota total de captura permitida se ha fijado en niveles mayores.

El "enfoque de Canadá respecto del manejo de esta cacería no es precautorio, como se estipula en las leyes. Hay creciente inquietud de que la falta de instrumentación del principio precautorio pueda causar una merma alarmante en la población de focas en el futuro cercano y causar daños serios o irreversibles al medio ambiente", aseguran.

Alta cuota de captura

Detallan que entre 2003 y 2005 el gobierno fijó una cuota de captura para tres años de 975 mil focas arpa, pero en total en ese periodo se capturaron 985 mil ejemplares. Los científicos del gobierno canadiense estimaron que la cifra debía ser de alrededor de 250 mil ejemplares al año, 750 mil durante los tres años; es decir, 235 mil menos de las que en total se mataron.

Para 2006 el gobierno de Canadá fijó una tasa de captura de 335 mil ejemplares, de nuevo muy por encima del rendimiento sustentable calculado en 250 mil. Las autoridades permitieron que se excediera la cuota, "con 354 mil 344 focas matadas ese año".

En 2007 ese gobierno detectó que la población de focas estaba disminuyendo, sobre todo por el alza en las capturas, y calculó que la cifra de restitución para 2007 era de 165 mil focas y matar más resultaría en una significativa merma. Sin embargo, violando el principio precautorio, las autoridades permitieron una cuota mucho mayor: 270 mil ejemplares.

La denuncia ciudadana argumenta que dentro de los enfoques preventivos modernos, las remociones totales de una población silvestre están vinculadas en forma directa al grado de incertidumbre científica y ambiental. No obstante, en el plan de manejo de la cacería de focas de Canadá no hay mecanismos que vinculen las cuotas totales de captura permitida con la actual incertidumbre científica y ambiental.

El gobierno canadiense no toma en cuenta esta incertidumbre científica, sustenta sus cálculos y decisiones adicionales en el estimado medio de 5.8 millones de animales. Por tanto, en 2005, calcularon la cuota de remplazo en 250 mil ejemplares sin reconocer que el número "verdadero" tenía una probabilidad de 50 por ciento de estar por debajo o por encima de este cálculo "mejor".

Al seguir haciendo caso omiso de la incertidumbre en los datos disponibles, Canadá da la espalda a la actual premisa de la conservación, que dice que los "mejores" cálculos no siempre conducen a las "mejores" decisiones de manejo. Resulta claro que su enfoque para el manejo de la cacería comercial de focas arpas no satisface los criterios modernos de manejo precautorio, señalan las organizaciones.