Usted está aquí: lunes 25 de junio de 2007 Capital Realizan primera peregrinación en tributo a la Santa Muerte

Decenas de creyentes marcharon de la Pensil a Tepito

Realizan primera peregrinación en tributo a la Santa Muerte

MIRNA SERVIN VEGA

Ampliar la imagen Encabezados por la misma Consuelito, vecinos de la Pensil partieron desde Lago San Pedro hacia la colonia Morelos para rendir tributo a la Sanra Muerte Encabezados por la misma Consuelito, vecinos de la Pensil partieron desde Lago San Pedro hacia la colonia Morelos para rendir tributo a la Sanra Muerte Foto: Cristina Rodríguez

En silencio, sin banderines ni globos, a paso rápido, lejos del andador del peregrino en la Calzada de Guadalupe, "Consuelito" preside la marcha de alrededor de 100 personas que sostienen versiones más pequeñas de su figura. Ella mide aproximadamente 1.80 metros, lleva la cabeza cubierta y una guadaña en la mano. Es la primera peregrinación en tributo a la Santa Muerte, que ayer culminó con una misa en el barrio de Tepito.

La marcha partió de las calles Lago Colín y Lago San Pedro, en la colonia Pensil, delegación Miguel Hidalgo, lugar donde se encuentra el altar de la figura principal de la Santa Muerte, bautizada como "Consuelito". Además, cuentan los vecinos, en cada calle de la colonia y zonas aledañas, hay una casa donde esta figura tiene su propio santuario.

En la casa de Raúl Alvarez, ubicada en la colonia Francisco I. Madero, contigua a la Pensil, hay un muro completo de la casa con un altar construido de tablaroca, para seis efigies grandes y ocho pequeñas de la misma deidad.

"Dicen que si le prometes algo y no lo cumples, ella se lleva algo o alguien que quieras. Pero no es verdad. Ella es buena. Mi papá está en el reclusorio y de ahí salió al hospital donde el doctor nos dijo que ya sólo hacía falta esperar el momento. Mi mamá le pidió a la Santa Muerte por él y no se murió. Es muy milagrosa", cuenta Raúl mientras camina hacia el barrio bravo, en la colonia Morelos.

Este joven, explica que muchos vecinos de colonias como Doctores, Morelos, Santa Julia, Anáhuac, Obrera y la Guerrero, entre otras, se han convertido en sus devotos porque cuando "uno ve que al vecino le está yendo bien, quiere saber cómo".

En su casa, la devoción inició con su mamá, que al principio no externaba su creencia en esta figura, porque a algunos de sus hijos les daba miedo "es que siempre se le relaciona con cosas malas".

Raúl reconoce que hay que ofrecerle en la medida de sus posibilidades, porque si no ''te puede poner algunos obstáculos en caso de que no le cumplas, pero nada mas".

Algunas de las efigies que son cargadas en el trayecto a Tepito lucen dijes, cadenas, pequeños estandartes e inclusive alhajas de oro, que son entregadas como muestra de fe a cambio de un milagro, explican los caminantes.

"La gente le pide y se da cuenta que no es la que se lleva a la gente, sino como cualquier otro santo. Si no, ¿porqué cada vez somos más devotos".

Las figuras ya se consiguen en más lugares, por ejemplo, explican los peregrinos, en el mercado de Sonora siempre hay, "aunque es mejor si te la regalan". Después, afirman, hay que curarlas con la luz de la noche y ya está.

Raúl le ha pedido trabajo cuando se queda desempleado y, relata, tras su petición, hasta le van a tocar a su casa por qué lo necesitan.

Sin embargo, al paso de la peregrinación, la opinión que se genera entre los que observan es distinta a la de los creyentes.

"Eso de llevar a la muerte es sólo para los delincuentes. Por que le piden cosas malas contra las personas o para que les ayuden en sus fechorías", advierte una señora mientras compra en un mercado sobre ruedas ubicado en la calle de Sullivan, colonia San Rafael y ve pasar la peregrinación.

 
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