"Se enfrentan a redes criminales, explotación y violación de los derechos humanos"

PNUD: graves riesgos para migrantes centroamericanos al cruzar a México

Trato preferencial a ciudadanos estadunidenses o canadienses, resalta reporte del organismo

ALMA E. MUÑOZ

En su más reciente informe sobre movimientos migratorios, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que México carece de un tratado bilateral con países de Centroamérica para organizar, de manera coordinada, el flujo de personas que arriban a su territorio en calidad de refugiados o como trabajadores temporales, y así asegurar la protección de sus derechos y de sus familias.

El organismo internacional calcula, con base en información oficial mexicana, que cada año entre 45 mil y 75 mil trabajadores cruzan a México y, al igual que otros inmigrantes -aquellos que buscan llegar a Estados Unidos- se enfrentan a redes criminales, explotación económica, accidentes y diversas violaciones a sus derechos humanos.

También alerta sobre un "incremento sin precedente" de deportaciones de centroamericanos a través de la frontera sur mexicana. En 2005, sostiene, se detuvo a más de 240 mil inmigrantes de la región, provenientes principalmente de Guatemala, El Salvador y Honduras, cifra que, comparada con los datos de 10 años atrás (casi 106 mil), se duplicó.

Según el reporte Informe sobre desarrollo humano México 2006-2007, las personas nacidas en el exterior que viven en el país representan 0.5 por ciento del total de la población y 0.3 por ciento del mercado laboral mexicano. La mayoría son originarias de Estados Unidos y Guatemala, pero el trato entre ambos grupos es diferente.

Para cada uno se diseñaron "instrumentos legales especiales. Los ciudadanos de Estados Unidos y Canadá pueden obtener (del gobierno mexicano) una forma migratoria para turistas, transmigrantes, visitantes personas de negocios y visitantes consejeros". Principalmente son menores de edad y, tratándose de adultos, registran altos índices de escolaridad, habitan en áreas urbanas y laboran en actividades del sector terciario de la economía.

En cambio los centroamericanos, preponderantemente en edad de trabajar, con bajos niveles de instrucción y con viviendas en zonas rurales, deben tramitar la "forma migratoria para visitante agrícola, que tiene ciertas peculiaridades: puede ser tramitada por el propio trabajador, tiene vigencia de un año (renovable) y permite múltiples entradas y salidas, pero es sólo para desempeñarse en actividades agrícolas en Chiapas".

De acuerdo con el PNUD, es posible identificar tres tipos de población centroamericana en México: la que huyó de los "graves conflictos armados en la región durante los años ochenta"; los trabajadores temporales que se emplean en cultivo de café, de caña de azúcar y plátano, entre otros, aunque también en el sector servicios y la economía informal, como fuentes de ingresos complementarias a su actividad económica irregular en su lugar de origen", y los que atraviesan territorio mexicano para llegar a Estados Unidos o Canadá.

Dentro de este último bloque se han formado -continúa el reporte- algunos grupos criminales trasnacionales, como la Mara Salvatrucha y Barrio 18, que "constituyen un factor de riesgo" y un "aumento de la inseguridad pública en comunidades de su país de origen y en algunas otras de la región sur-sureste de México".

El organismo de la Organización de Naciones Unidas resalta que, junto con las violaciones a los derechos humanos, cometidas tanto por individuos como por autoridades, los migrantes indocumentados pueden ser objeto de tráfico de personas, extorsión, robo o asesinato a manos del crimen organizado y trato humillante o discriminatorio.

Se citan, por ejemplo, las instalaciones y el servicio médico precarios en ciertas estaciones migratorias, así como "la inspección arbitraria de vehículos de pasajeros y la identificación de personas en puntos estratégicos de tránsito de inmigrantes", con el propósito de frenar la internación de indocumentados a territorio nacional.

Para el PNUD, medidas de este tipo, en lugar de desalentar la migración, "parecen haber empezado a llevar a los inmigrantes hacia rutas más riesgosas para cruzar la frontera de México con Guatemala, lo que aumenta la probabilidad de que encuentren condiciones todavía más complejas y se vean expuestos a una peor explotación económica, mayores riesgos para su integridad física y continuo abuso a sus derechos humanos".