Dañadas, 2,700 hectáreas del Gran Bosque de Agua
El Ajusco, la segunda zona más afectada por la tala: Greenpeace
Ampliar la imagen Héctor Magallón, coordinador de la campaña bosques y selvas de Greenpeace, durante la conferencia de prensa en la Casa Universitaria del Libro Foto: Guillermo Sologuren
El Ajusco, que forma parte del corredor biológico Ajusco-Chichinautzin, es la segunda zona más afectada por la tala ilegal en el Gran Bosque de Agua, y las bandas de talamontes han dañado 2 mil 700 hectáreas de cubierta forestal, en las cuales existen 55 puntos de tala, señaló Greenpeace.
La organización informó que, luego de realizar sobrevuelos y recorridos por tierra entre febrero y mayo de este año, fueron detectados los puntos de tala ilegal, en los cuales se encontraron evidencias, como uno o más árboles tirados, tablas, aserrín y pedazos de madera.
La zona del Ajusco, después del Parque Nacional Lagunas de Zempoala, en dicho corredor biológico, es la zona más devastada por esa actividad, revelan imágenes que la organización presentó y en las que se observa que la zona sur de la carretera Ajusco-Xalatlaco es más afectada, donde se ha desatado un conflicto agrario entre las comunidades de Xalatlaco y Santo Tomás Ajusco.
Héctor Magallón, coordinador de la campaña bosques y selvas de la organización, manifestó que en dicha zona la tala ilegal está fuera de control, ya que "durante nuestros recorridos escuchamos las motosierras y observamos los camiones cargados de madera para llevarla a aserraderos y lugares de distribución, a plena luz del día".
Indicó: parece que tanto aquí como en las lagunas de Zempoala las bandas de talamontes aprovechan los conflictos de tierras y la falta de definición de las autoridades para actuar con total impunidad.
Apuntó que, además del paraje mencionado, también se encontraron severos daños en Santo Tomás y San Miguel Ajusco, delegación Tlalpan, en las zonas de bosques del volcán Quepil, volcán Malacatepec, Casa Blanca y las faldas del Ajusco.
Agregó que la madera ilegal generalmente es transportada a aserraderos ubicados en San Miguel y Santo Tomás Ajusco, en camiones con capacidad de carga hasta de tres toneladas. Aunque también, añadió, parte de ella es llevada a otros que están en Tres Marías y Huitzilac, Morelos.
Magallón explicó que la dicha actividad en la zona afecta los ecosistemas, como bosques de pino, oyamel y con vegetación secundaria. "Pero si eso fuera poco, se da en zonas catalogadas como de alta y moderada importancia para la recarga hidrológica, por lo que se pone en riesgo la principal fuente de agua de la ciudad de México".
Destacó: a pesar de la anunciada política de "cero tolerancia" del presidente Felipe Calderón, las bandas de talamontes continúan operando en la zona, por lo que Greenpeace le hizo un llamado para que encabece una estrategia integral de combate a la tala ilegal en toda la zona, en coordinación con los gobiernos del Distrito Federal, Morelos y estado de México.