Películas mexicanas sin espacio en la cartelera comercial
Cuando se le pregunta al director de cine Ignacio Ortiz cuál fue el mayor escollo que tuvo con Mezcal, su más reciente cinta, ganadora de seis premios Ariel (el Oscar mexicano) en 2006, incluido mejor película, contesta sin titubeos: "estrenarla".
Ortiz tardó tres años en lograr que el filme fuera programado para ser estrenado. Finalmente, gracias a su labor y la de sus socios productores de Malayerba (el cineasta Carlos Carrera entre ellos), logró que se programara y está en cartelera desde el 15 de junio con 10 copias.
Es una realidad que las películas mexicanas no tiene pantallas en su propio país. El drama alcanzó en los últimos meses a películas como El Violín, de Francisco Vargas; J.C. Chávez, el documental que filmó Diego Luna, y Las vueltas del Citrillo, de Felipe Cazals, también ganadora en 2006 de seis Arieles, entre ellos mejor dirección.
Puertas cerradas
Ni el éxito de los directores mexicanos Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón en Hollywood, ni la producción de más de 50 películas al año han logrado que los tiempos de pantalla se abran para el cine mexicano.
"A los distribuidores de películas en México la cinta Mezcal no les gustó", dijo Ortiz, quien entre sus anteriores films tiene Cuentos de hadas para dormir cocodrilos.
El Violín, después de ganar el premio al mejor actor en Cannes el año pasado, se estreno primero en Francia, en enero. En esa nación la cinta fue vista por 800 mil espectadores, "lo cual para una película en blanco y negro, así como en otro idioma, es todo un éxito", dijo el director.
Mientras la película viajaba por el mundo ganando premios hasta lograr 36 en total, en México no encontraba quien la distribuyera hasta que Canana Films, de los actores Diego Luna y Gael García, tomaron la distribución y la lanzaron con 16 copias; al mismo tiempo, Spiderman 3 se lanzaba con 900 copias en el país.
El Violín permaneció cinco semanas en la ciudad de México y tuvo poco más de 140 mil espectadores, convirtiéndose en la película nacional más vista en lo que va del año y su éxito en la capital produjo el milagro de que algunos pocos cines de otras ciudades mexicanas se atrevieran a difundirla.
Canana Films también apoyó J.C. Chávez, el documental que filmó Diego Luna sobre el ex campeón mundial mexicano de boxeo. La película ha logrado permanecer cuatro semanas en cartelera y aún no se habla de retirarla.
la cinta más reciente de Felipe Cazals Las vueltas del Citrillo, pese al reconocimiento de la Academia Mexicana, sufrió un calvario parecido para lograr que el público la viera.
El actor de la cinta, José María Yazpik, quien se encargó de llevarla a las salas, cuenta que ante la falta de un distribuidor le dijo al director: "Oiga don Felipe pues déjemela", y esté le dijo: "Pues hijo, ahí está, haz lo que quieras".
Días antes de su lanzamiento, en noviembre, Cazals dijo respecto al problema de la distribución: "Es el público mexicano el que tiene que reclamar sus pantallas, los cineastas podemos hacer y deshacer, pero es el público quien tiene que exigir que el 98 por ciento de las pantallas no estén en manos del cine estadunidense".