Danilo de Marco en México
Ampliar la imagen Danilo de Marco
Ampliar la imagen Una de sus fotografías que foma parte de la muestra del artista italiano la cual se presenta en el Museo Regional de Guadalajara
La exposición fotográfica Resistencias constituye una evolución significativa de Danilo de Marco en su propuesta estética y política. Se expuso por vez primera entre el 16 de abril y el 12 de junio del año 2005 en Udine, en el norte de Italia, una de las capitales de la Región Autónoma Friuli Venezia Giulia, su tierra natal. Como en el caso de Il sale de la terra, con esta exposición se integró también un libro publicado por Forum, Editrice Universitaria Udinese, titulado R-esistenze. El libro contiene numerosos ensayos, que en gran medida formaron parte de la exposición misma, de autores como Gian Paolo Gri, Erri De Luca, Arturo Carlo Quintavalle, Predrag Matvejevic, Claudio Magris, Peter Handke, Fulvio Abbate, Pierluigi Cappello, Elio Bartolini y el poeta udinense Tito Maniacco.
La grandeza de Il sale de la terra es ahora la base esencial de una visión más amplia del mundo, tanto como visión de conjunto, como de comprensión social y humana. Entre 1999 y 2005 Danilo de Marco completó su ciclo quizás más exigente, que lo convirtió en el fotógrafo europeo más notable e indispensable de nuestro tiempo. Ha precisado ahora sus planteamientos teóricos ante una fotografía que ''vende" imágenes bellas o terribles, o que cuenta historias fácilmente aprovechables para el consumo periodístico o artístico, y una fotografía que recupera la existencia, que la busca, la rodea, la llama, hasta encontrarse en ella, no sólo frente ella.
En principio, a las regiones de Il sale de la terra se agregan otras más en Resistencias. Se agregan, por ejemplo, fotografías de Cochabamba, Bolivia; de los Andes del Chimborazo, en Ecuador; del Departamento del Cauca, en Colombia; de Haití, Uganda, Zanzíbar y el Congo; de la franja de Gaza en Palestina, de Sri Lanka y del Valle del Narmada en la India. Pero esta extensión de las regiones del mundo no ha tendido hacia una expansión de sus derroteros como viajero o investigador, sino hacia una profundidad mayor: el encuentro con la existencia humana. No será ya solamente la sal de la tierra, sino la existencia misma que sostiene la dignidad, la lucha, el rasgo mismo de lo humano. La expansión del recorrido terrestre busca ahora fundirse en la versión trémula y final de lo que está vivo y resiste el vacío y la historia.
''Cada vez que retorno de mis viajes", escribió Danilo de Marco, ''sea hacia zonas lejanas o cercanas, me pregunto siempre si somos capaces aún de indignarnos frente a lo que está sucediendo, o mejor, lo que nos está sucediendo. También me pregunto por quien, como yo, trata de estar alerta para no ceder al engaño del exotismo fotográfico de la resistencia 'tercermundista', o no embeberse en el 'pobrismo' donde una fácil superficial iconografía de la resistencia está siempre al acecho y de la cual salir indemne parece casi imposible. Quitar el énfasis, llegar a lo esencial, poetizar existencias resistentes que se mezclan más allá de los océanos y las cadenas montañosas, me parece el modo mejor, o por lo menos lo que siento más idóneo a mi 'estar en el mundo', a querer alcanzar aquella afinidad electiva que me gusta llamar identidad terrestre".
En este sentido, hay que señalar que de manera notable y profunda, Resistencias se abre con una colección en gran formato (2 metros por 2 metros y medio) de rostros de ancianos y ancianas que en el año de la inauguración de la exposición en Udine, Italia, el año 2005, eran los sobrevivientes partisanos que combatieron a los fascistas de 1942 a 1945. Imitando el tipo de encuadre de las fotos policiales, pero ampliando las imágenes al formato de los carteles políticos, tan utilizados por el fascismo y el estalinismo, De Marco nos presenta esta serie de retratos recientes de los partisanos de la Resistencia italiana: imponentes rostros de ancianos testigos de la resistencia heroica, popular, humana, de su historia imborrable.
En lengua italiana Resistenze permite entender como una palabra única la ''existencia" y la ''resistencia", de modo que la escritura R-esistenze puede leerse con la naturalidad terrestre de ''existencias". En esta forma, los rostros de los partisanos son su punto de partida para extender el concepto de resistencia a otros escenarios actuales de opresión: son las imágenes de deportados, heridos, torturados o de trabajadores en lugares como París, Kurdistán, Haití, Uganda, India, Zanzíbar, Sri Lanka, Bolivia, Brasil o México. De manera elocuente, pues, De Marco nos propone que la lucha contra el fascismo no terminó en 1945.
En efecto, para él vivimos un proceso social destructivo en el mundo actual que se reviste de solidaridad, pero que en el fondo tiende a lo opuesto. ''Han logrado", me ha dicho a menudo, ''transformar los derechos en beneficencia y la solidaridad en compasión, que sumados crean indiferencia. La indiferencia lleva a aquello que Pasolini definía lúcidamente así: 'el nuevo fascismo no distingue más: no es humanísticamente retórico, es americanamente pragmático. Su fin es la reorganización y la homologación totalitaria del mundo'. Es lo que nos está sucediendo".
Arturo Carlo Quintavalle ha comentado que para lograr las fotografías de Resistencias, De Marco debió de establecer un largo diálogo, debió hacerse aceptar y, por tanto, insertarse entre la gente; debió introducirse con prudencia y respeto en ese mundo y mirar, observar, y al entender, sólo así, ''fotografiar".
La exposición Resistencias cuenta con numerosos textos historiográficos y críticos. A diferencia de Il sale de la terra, ahora los textos informan, dan su propia imagen de la resistencia en el mundo. Los textos unen su propia voz a las voces de los hombres y mujeres que nos miran desde la obra fotográfica. En esta convocatoria de autores y de críticos, Danilo de Marco aclara que ''si de la resistencia debo hablar o escribir, prefiero añadirlo a mis fotos y no describir ni contar. Añadir algo que hable de nuestra casa, de este 'hilillo tibio de occidente', de un sistema que está siempre muy rápidamente destruyendo la vida en todas sus formas. Y nosotros no somos tan sólo víctimas, como lo señala el historiador John Holloway, somos también destructores activos".
Así, en la articulación de esta notable exposición, el descubrimiento y la defensa de las existencias que resisten es un postulado político, pero también artístico. Es el arte como un aliado de la vida, como una forma de llevar nuestro propio ser a la contención de lo que nos destruye y nos borra; el arte que se defiende y busca la alianza con las existencias que resisten.
Claudio Magris concluye, por ello, que: ''Las fotografías de De Marco son imágenes creativas, pero no arbitrarias o caprichosamente construidas, sino fieles al mundo; son una prueba de la existencia de la esperanza, una demostración de que la utopía, el mejorarse y el rescate de la humanidad no son quimeras, sino una realidad. La fotografía demuestra su existencia, es una prueba de su existencia frente al tribunal de la historia".