Un padre de familia le disparó en el rostro con una pistola 9 mm en su oficina
Consterna asesinato de directora de escuela en la Guadalupe Inn
Un día antes le habían dicho a él y a su ex esposa que ya no darían la reinscripción a su hijo
Ampliar la imagen La muerte de la directora de prescolar del colegio privado Winston Churchill School provocó consternación entre las madres de familia Foto: Alfredo Domínguez
Ampliar la imagen Marcelo Fernando Martinez, el homicida Foto: Alfredo Domínguez
A las ocho y media de la mañana de ayer, un padre de familia ingresó armado al colegio privado Winston Churchill School, ubicado en la colonia Guadalupe Inn, y disparó con un arma de .9 milímetros en el rostro de la directora de prescolar, Carla Jiménez Baños, causándole la muerte. Por la hora, muchos de los niños más pequeños ingresaban al plantel en ese momento.
El homicida fue identificado como Fernando Marcelo Martínez González, abogado de 50 años de edad, quien fue detenido por personal de seguridad privada de la escuela y apoyado por elementos que normalmente están apostados frente a la escuela porque forman parte del equipo de seguridad de los hijos del jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, de acuerdo con testigos.
Fernando Martínez entró a la escuela como uno más de los padres; se identificó en la puerta, entregó su credencial de elector y subió la escalera que conduce a la oficina de la directora de prescolar. Frente a la puerta, esperó unos minutos a que Carla Jiménez llegara. Después entró y sin mediar palabra le disparó, según narraron los padres que se arremolinaron en la puerta de la institución.
Todavía sin salir de la conmoción, algunos de ellos trataban de explicar lo ocurrido. Unos repetían las frases que escucharon a Martínez González mientras era detenido. Entre ellas, que una hija había sido víctima de una agresión sexual. Sin embargo, otras madres comentaron que no sabían que tuviera una hija ahí porque todos sólo conocen a su hijo.
Los antecedentes
Siempre por voz de las madres y padres que asistieron a la escuela a recoger a sus hijos inmediatamente después del incidente, se conoció que un día antes las autoridades de la escuela le habían hecho saber a él y su ex esposa que ya no darían la reinscripción a su hijo de prescolar porque el conflicto que ellos sostenían como ex pareja afectaba al menor y su relación con la escuela.
Los alumnos y maestros vivieron momentos de tensión en la escuela porque al escucharse los disparos, además de que se escucharon gritos pidiendo una ambulancia, otros clamaban por la detención del responsable, quien originalmente amagó al personal de seguridad interna para que le franqueara el paso.
Quienes se encontraban en el patio corrieron hacia el interior de los salones porque aún no sabían si el hombre seguía armado al interior del plantel. A los alumnos de prescolar y primaria se les mantuvo dentro de los salones con el argumento de que había contingencia ambiental. Sin embargo, la mayoría se angustió al percatarse de que "algo" pasaba en el colegio porque no sólo había carreras y gritos en el patio, sino que un helicóptero sobrevolaba la institución. En los salones algunos niños lloraban, aunque los maestros les decían que el ulular de patrullas y una ambulancia eran la alarma de un coche que se había activado.
El abogado penalista también fue calificado por varios padres de familia como una persona agresiva, que había pasado por un divorcio muy difícil, y que se negaba a aceptar cualquier opinión sobre la conducta de sus hijos o su educación. Sin embargo, cuando la policía lo metió en una de las patrullas, su comportamiento fue de tranquilidad.
Entre otra de las razones, que el mismo expresó a los policías con los que tuvo contacto durante su aprehensión, fue que durante el fin de semana pasado, habló por teléfono con su hijo, quien le contó que tenía molestias físicas por una agresión sexual. Pero también, en otra versión, dijo a los policías que el arma "se disparó".
Al respecto, Julio Hernández, representante legal del instituto, aseguró que no existe ningún tipo de denuncia por agresiones sexuales en contra de algún alumno y por el contrario, la asistencia de su hijo a la preprimaria era normal, tanto, que este jueves asistiría a un campamento como celebración de fin de curso.
El acusado fue puesto a disposición de la Agencia 50 del Ministerio Público bajo el resguardo de la Dirección de Asuntos Especiales de la Procuraduría Capitalina, donde rendiría su declaración y se determinaría su situación jurídica en un lapso no mayor a las 48 horas.
Por la tarde, Martínez González fue sometido a pruebas periciales para corroborar si había utilizado el arma en contra de la víctima, además de exámenes toxicológicos y psicológicos. Fuentes policíacas informaron que dio positivo en consumo de cocaína.
Carla María Jiménez Baños tenía 36 años y dos hijos. The Churchill School informó por la noche que apoyará a las autoridades para que se haga justicia en este caso y que ello incluye "no contribuir ni fomentar especulaciones". Este jueves y viernes no habrá clases.