Por una denuncia "anónima" fue expulsado Aspiazu
A pocos días de que Antonio Aspiazu Alcelay -señalado por la Audiencia Nacional española como presunto integrante del grupo separatista Patria Vasca y Libertad (ETA, por sus siglas en euskera)- fue deportado, el Instituto Nacional de Migración (INM) descartó que su expulsión haya obedecido a una solicitud expresa de los juzgadores españoles, sino a una denuncia anónima, así como al hecho de que aunque ingresó al país como turista no refrendó esa calidad migratoria.
En tanto, su abogada, Bárbara Zamora, señaló que pese a haber sido extraditado el martes pasado mediante un proceso fast-track, no se desistirá del juicio de amparo que se tramitó ante el juzgado tercero de distrito de la ciudad de México contra actos de incomunicación, tratos denigrantes y por presuntas violaciones a las garantías del extranjero.
En entrevista con La Jornada, la abogada refirió que el hecho de continuar en pie con la demanda de amparo es por dos razones: la primera pretende que sea devuelto a México, lo cual "ya hemos conseguido en otros casos de extranjeros expulsados"; la segunda busca que si ya no fuera posible el regreso de Aspiazu, sí se pudiera sancionar a las autoridades mexicanas que autorizaron su deportación, "en caso de que comprobemos que fue irregular".
Por su parte, la comisionada del INM, Cecilia Romero, dijo que este organismo no tiene facultades persecutorias y sólo ubica y deporta a los extranjeros en situación irregular, tras denuncias específicas recibidas.
Precisó que Antonio Aspiazu entró a México en 2002 como turista, pero no refrendó esa calidad migratoria, por lo que desde entonces vivía en el país en situación irregular.
El presunto miembro de la ETA, expulsado oficialmente del país por carecer de documentos que acreditaran su estancia legal, llegó ayer a Madrid, España, alrededor de las 05:15 horas, tiempo de aquel país, custodiado por dos agentes mexicanos del INM.