El empresario poblano defiende el draft; hay más jugadores de los necesarios, dice
Descarta Maurer intención de regresar a la FMF
Cancún, QR, 11 de junio. "El draft no es ningún lastre, ¿por qué va a serlo?", defiende Emilio Maurer, quien asegura que su legado en el balompié es positivo, pero admite que "segundas partes nunca fueron mejores", por lo que no aspira a volver a ocupar algún puesto en la Federación Mexicana de Futbol (FMF), y ante los desprecios reiterados de Decio de María, se alza de hombros y agrega: "Tiene razón, soy un simple aficionado".
Maurer tiene acceso al hotel sede del mercado de piernas porque ocupa una habitación, mas no a la sala de transacciones al no fungir como directivo del equipo de La Franja, en el cual es accionista minoritario. Sin embargo, se identifica como el hombre de las decisiones importantes en el plano deportivo del club recién ascendido.
"Hace 18, 19 años yo era vicepresidente de la federación, trabajé con Paco Ibarra y fue precisamente en Cancún donde viví mi último draft. Después me tuve que ir y hoy estoy otra vez aquí, es emocionante encontrarme con gente que traté en aquella época y que se alegra de mi regreso. Así me lo han manifestado directivos del Necaxa, Guadalajara, Cruz Azul, Atlas..."
-Algunos opinan que usted, Rafael Lebrija y José Antonio García son quienes más saben de futbol...
-Porque somos los que más tiempo tenemos en esto. Con Toño García fuimos enemigos, antagónicos, nos jurábamos odio eterno. Pero ahora somos amigos, porque como él dijo: "Yo no te maté un hijo, tú no me mataste a un hijo, no vale la pena seguir peleando como capos", ¿entonces?, ¡pa'delante!
El empresario poblano defiende este método de transferencia de jugadores: "Dicen que los futbolistas están como limosneros, pero si desgraciadamente hay más de los que se necesitan es lógico que muchos se queden sin chamba. Esto ocurre porque hay varios que no han sabido retirarse a tiempo.
"Para 18 equipos se necesitan unos 60, 70 jugadores, que es el promedio de movimientos en cada draft, pero si hay 400 allá afuera, pues ya es un problema, y de eso no tiene la culpa nadie ¡así es la vida!", exclama.
Inflación y topes salariales
Opina que el traspaso millonario de Oswaldo Sánchez de Chivas a Santos provocó inflación, "es un tipo de mucha calidad, pero en mi época no se hubiera permitido por los topes salariales que impuse. Pese a todo, esto (tianguis de piernas) es positivo", recalca.
Maurer se declara satisfecho de su lejana gestión, "mi resumen es muy brillante. Tocamos intereses para entonces impensables. La televisión pagaba muy poquito (por derechos de transmisión), apenas hacíamos un bultito de dinero que se repartía por igual entre los clubes. Pusimos los cimientos para cobrar grandes cantidades que hoy ayudan mucho al futbol. Eso es muy interesante.
"Otro punto es que contratamos a César Luis Menotti, un parteaguas, porque en el futbol mexicano hay un antes y un después de él. También trajimos la Copa América que fue el inicio de la internacionalización de nuestro balompié. (Alejandro) Burillo nos enroló en la Copa Libertadores , lo reconozco, porque al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", puntualiza.
-Si fue tan benévola su herencia y hoy lo maltratan, ¿hay ingratitud?
-¡No! Cada quien responde de sus actos y es juzgado por ellos. Soy feliz porque a donde voy les intereso, me entrevistan, me buscan, me atacan y aplauden. En Puebla la gente me quiere mucho, (en el ascenso) me hicieron dar la vuelta olímpica y en el desfile se entregaron a mí. Eso me cura cualquier cosa, y como dicen: vida nada te debo, vida, estamos en paz. Soy el artífice de que Puebla haya subido al máximo circuito.
-¿Le causan pena los problemas de Cruz Azul?
-Me duele porque es una gran institución, sucedieron cosas que se les salieron de las manos, pero van a salir adelante y pronto van a ser campeones.
-¿Antes o después que el Puebla?
-Serán campeones antes, pero los vamos a alcanzar enseguida.
"No tengo el gusto de conocer a Decio, él va llegando. Para mí lo importante es que Puebla está otra vez en primera división, ¡cómo me voy a estar preocupando por cosas que no tienen la menor importancia!", concluye.