Una lluvia intensa acompañó los acordes de este músico, insignia del blues en México
Concierto solitario de José Cruz marca el fin de Real de Catorce
Su familia, amigos y fans, 300 locos cantando en un íntimo homenaje al compositor de Azul
Ampliar la imagen El blusero, previo a su concierto Foto: Chava Rock
La tarde del viernes pasado, José Cruz ofreció su primer concierto sin su banda de toda la vida: Real de Catorce. Con esta actuación en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, plantel Del Valle, se confirmó la ruptura de la agrupación y marcó la nueva era de uno de los músicos seminales del blues en México.
José Cruz, vocalista y compositor de Real de Catorce, está en una etapa muy delicada de salud, atraviesa por una crisis severa de esclerosis múltiple, enfermedad crónico degenerativa que se le detectó hace dos años. Situación que motivó a que el grupo que se formó en diciembre de 1985 parara sus presentaciones. Los seguidores de la banda, y en especial del compositor de Azul, se han mantenido al tanto de la situación del músico, quien el 2 de noviembre del año pasado, fecha de su cumpleaños, en pleno concierto sufrió un paro respiratorio. Desde entonces José carga con un tanque de oxígeno para cualquier emergencia.
Tras una lenta recuperación, el vocalista tuvo dificultades con sus compañeros y representantes, formando así dos bandos que manejan información distinta respecto de los problemas internos, José habla de abandono e incomprensión ante su enfermedad, mientras que el resto del grupo menciona decisiones unilaterales por parte del compositor. Con este entristecido ambiente es que ha terminado la carrera del grupo.
La tarde del viernes llovió con intensidad; en el momento en que José hacía la prueba de sonido se registró la primera falla de energía eléctrica. No obstante, la gente que se encontraba afuera del pequeño auditorio pacientemente esperó casi tres horas: "Queremos luz, queremos blues", fueron algunos de los gritos que brotaban en la fila.
La primera en aparecer sobre el escenario fue Julia Camargo, su hermana mayor, quien leyó algunos poemas de José acompañada por las armonías del guitarrista Eric Acosta. Después se le dio oportunidad a varios músicos que han tomado alguno de los cursos que ha dado el vocalista en esta universidad. Oswaldo González Arreola ejecutó las primeras notas de blues, Gaby lo acompañó en la voz. El turno llegó para Los Blueserables, banda en la que cantó la hija de José Cruz, de apenas 19 años de edad.
José llegó al escenario en silla de ruedas, ya frente a su público recibió los aullidos que le lanzaban: "Te amo. Tú eres el blues". Caló más hondo el grito: "¡Gracias por vivir!" José cerró los ojos, agradeció y asintió con la cabeza y empezó a probar su lira para entonar Jenny.
La enfermedad ha dañado las cuerdas vocales del músico, quien también tropieza un poco al hablar. No obstante, en el escenario se desdobla y se eleva para recitar:
Ardo en la luz de tu boca/ oigo Rapsodia en azul,/ juntos el uno en el otro/ con las ventanas abiertas./ ¿Cómo serían las ciudades en otra vida?/ ¿Cómo serían las ciudades en otra vida?
El vocalista lució alegre, por momentos levantó su mano cerrando el puño, en señal de fuerza. Así cantó con ayuda de los casi 300 locos que se enteraron de este concierto-homenaje. Dorina y Abel, Mujer Liviana, Mi piel, Me quedé sin ti (Síndrome de ausencia). Los cantos incineraron a los corazones, los llenaron de blues; José miró al horizonte y dijo a los presentes: veo sus almas, todas son azules. El azul de la ilusión/ va inundado en un amén./ Yo que andaba a la orilla de la nada/ huyendo del dolor del mundo.
Piden apoyo
Con humor navega los padecimientos que ahora llevó al escenario, al presentar 3 segundos, compuesta a un amor ya ido, recordó que le dio forma cuando usaba transporte público "ahora sólo viajo en ambulancia", espetó con una sonrisa nerviosa. También agradeció el apoyo recibido, "a toda la red de apoyo, empezando por mi familia, a todos ustedes, mis fans, que han aportado con su corazón, con su luz, a mi recuperación, a la comunidad artística que está apoyando también. Pronto estaremos en la Ollín Yoliztli, el 4 de agosto, y en septiembre en el Teatro de la Ciudad, con Betsy Pecanins y otros invitados".
Curiosamente, al despedirse, volvió a fallar la luz, entonces José tomó su armónica y con entusiasmo atrevido empezó a tocar hasta que prácticamente se le acabó el aire.
Por supuesto que faltaron las percusiones de Fernando Abrego, el bajo de Neftalí López y la guitarra de Julio Zea. Se entiende que lo escuchado esta noche no es comparable con la calidad de un concierto en forma de Real de Catorce, pero sí queda claro que esta actuación fue una de las más blueseras en la vida de José Cruz.
Para quienes deseen apoyar al músico se ha abierto una cuenta bancaria. Sus depósitos los pueden hacer a nombre de José Cruz Camargo Zurita, en el Banco HSBC. Cuenta número 4039 55 11 63.