El escritor indígena presenta su libro de cuentos Los dones de Wiexu
Los valores de la modernidad sitian al pueblo huichol, afirma Gabriel Pacheco
La llegada de la energía eléctrica propició la invasión de la cultura occidental, asegura
Ampliar la imagen Carlos Montemayor y Gabriel Pacheco, durante la presentación del libro Los dones de Wiexu Foto: Carlos Ramos Mamahua
Aunque para el escritor huichol Gabriel Pacheco la cultura wirrárica tiene futuro y posibilidades reales de recrearse y reproducirse, hoy enfrenta peligros como el consumismo, la baja calidad de contenidos de los medios de comunicación y una educación monolingüe y monocultural que la ponen en situación de fragilidad.
"El pueblo huichol (wirrárica) está invadido por todos lados. Cuando no son instituciones públicas o privadas, son empresas, ganaderos, religiones, la globalización, la televisión", dice en entrevista.
Pacheco plantea un ejemplo contradictorio sólo en apariencia: la introducción de la energía eléctrica a las comunidades wirráricas debió ser de manera paulatina y planificada, "no de golpe", para darles tiempo de prepararse ante la invasión de otros valores, o desvalores, ya que con la luz llegó la televisión.
"Hay una paradoja. Se habla mucho de que el pueblo wirrárica está culturalmente fuerte pero, por otro lado, es presa fácil para absorber todas las novedades que llegan de fuera a las comunidades. La electrificación debió usarse para apoyar la difusión y el fortalecimiento de nuestra cultura, y así convivir con la cultura occidental, dominante, en condiciones de mayor igualdad."
Pacheco habla en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles luego de la presentación de su segundo libro, Los dones de Wiexu (Ke temiteukunierika), compilación de relatos bilingües en wirrárica y castellano.
El libro fue presentado por Carlos Montemayor, Patricia Patiño, Teresa Dey y Francisco de la Cruz, escritor zapoteco y presidente de la asociación civil Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC).
Gabriel Pacheco (Xatsitsarie, Nayarit, 1963), llamado Iritemai en wirrárica, comenta que Los dones de Wiexu se formó con relatos relaborados que ya no pudo integrar a su novela Tepari, casi concluida y en busca de editor.
Los dones de Wiexu, publicado por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino y ELIAC, se vale de elementos de la cultura wirrárica, comenta Pacheco, también filólogo, lingüista e investigador de la Universidad de Guadalajara.
"El mundo wirrárica es amplio, complejo, vastísimo. Yo me trato de meter a él acercándome a los señores que saben mucho de las tradiciones, cantos, danzas y relatos míticos, pero debe convivirse casi a diario con ellos, porque esa es la única forma en que enseñan su sabiduría, no de manera muy ocasional, como hago yo.
"En mis textos sólo muestro algunos elementos, que si bien han servido para asomarse apenas al mundo wirrárica, yo aún no logro entenderlo en su totalidad, porque es complejo.
"Yo tengo el compromiso de entender más a fondo a los marakames, quienes dominan perfectamente toda esa sabiduría ancestral, es decir, la saben narrar de una manera libre y recreativa, sin equivocarse en los pasajes que deben enumerar en sus cantos."
Cómo caminar hasta Wirikuta
Sin embargo, durante la presentación, Montemayor dijo que en Los dones de Wiexu, con prólogo del escritor nahua Natalio Hernández, Pacheco ha perdido la nitidez de sus relatos anteriores. "Ya no está hablando desde la orilla de la cultura wirrárica, para que entendamos los que estamos afuera, sino desde dentro, como si no le importara si entendemos o no.
"¿Qué ha ocurrido con Gabriel, se ha hecho más oscuro, se ha ensimismado más? ¿O nos ha compartido parte de las experiencias físicas, emotivas, sicológicas, narrativas, de lo que es la cultura huichola y de lo que es la función del marakame (el cantor)?"
Recordó Montemayor de Los dones de Wiexu un relato "deslumbrante", relacionado con las hormigas.
"Eso yo no sé si ocurre en el relato, en el universo, en la fundación del mundo. O si es el corazón y la danza y el aliento del marakame que lo está contando, pero ese relato y el libro en general me han causado un gran desacomodo.
"Lo terminé de leer agotado, como si hubiera caminado desde Nayarit hasta San Luis Potosí (como en la peregrinación a Wirikuta)", dijo, y agregó: "Esa fatiga es la fatiga del proceso de aprendizaje de la tradición. No es fácil aprender la tradición".