La iniciativa Nuevas Maravillas del Mundo se lanzó el pasado febrero en Yucatán

Niega INAH que apoye campaña en Chichén; magnate suizo lo contradice

El organismo ha hecho cosas ''fuera de lo común'' en favor del proyecto privado, afirma Bernard Weber en su página de Internet

No promovemos el turismo, refuta vocero de la instancia federal

MONICA MATEOS-VEGA

Mientras el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) asegura que no apoya la campaña privada y comercial Nuevas Siete Maravillas del Mundo (New Seven Wonders), que promueve el millonario suizo Bernard Weber, éste contradice a la institución mediante su página de Internet, donde informa que el instituto ha hecho cosas ''fuera de lo común" en apoyo a su iniciativa.

Según el magnate, quien incluyó en su lista de maravillas modernas a la pirámide maya de El Castillo, de Chichén Itzá, el INAH participó el pasado febrero en el lanzamiento del proyecto en esa zona arqueológica de Yucatán, ''con un gran escenario" para dar relevancia al acto.

''Inclusive, jefes de Estado no pudieron disfrutar (la zona) en sus visitas oficiales anteriormente, según me contó el gobernador (Patricio Patrón) Laviada", relata Weber.

Y concluye: ''Por supuesto, con el gran número de turistas que llegan hoy y que llegarán, una estrategia de turismo sustentable debe ser creada y mantenida. El INAH básicamente desea cerrar una parte de la zona, y las autoridades turísticas necesitan promover el turismo cultural. Dos caras de la misma moneda, la cual tiene el gran reto de hallar el justo medio".

Venia del gobierno de Yucatán

El vocero del instituto, Gilberto Meza, aseguró: ''no es cierto lo que dice ese señor. Nosotros no promovemos el turismo", y afirma que sólo se ofreció una conferencia de prensa, ''con 10 o 15 medios", así como una recepción, con un templete instalado, todo ello en el área de servicios, a la entrada del sitio arqueológico de Chichén Itzá.

Negó de manera rotunda que la zona se haya cerrado al público para permitir el montaje del acto, y agregó que el globo aerostático con el que Weber ha fotografiado todas las ''maravillas" que promueve, ''se puso fuera del área, nunca encima de la pirámide".

Meza explicó a La Jornada que el instituto "no está en contra (de la campaña), pero no participamos en ella.

''El director del INAH, Alfonso de Maria y Campos, ni siquiera estuvo en Chichén Itzá el día del acto de Weber. Por el contrario, sí tienen el apoyo del gobierno de Yucatán, pero tampoco es cierto que los apoya la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

''Hay, por parte de este señor, un gran afán de legitimación de su iniciativa, un afán de promoción del turismo. Son buenas intenciones, pero ya veremos si hay beneficios."

No obstante las declaraciones del vocero del INAH, en la página de la fundación New Seven Wonders se observan fotografías y videos en los que una gran manta de la campaña es extendida en la cúspide de El Castillo, por al menos cinco colaboradores del millonario suizo, cuando el público en general desde hace año y medio tiene prohibido subir a esa estructura para evitar su deterioro.

Asimismo, se ve cómo el enorme globo azul es inflado justo frente a la pirámide, donde posteriormente se presentó una banda de música yucateca.

También hay imágenes del director del INAH -quien acudió a la rueda de prensa que se realizó en la ciudad de México-, tomando el certificado de participación de Chichén Itzá en la campaña New Seven Wonders, al alimón con el presidente del Consejo Mexicano de Promoción Turística, Francisco López Mena.

Invitación del ''dueño'' de Chichén

Bernard Weber visitó Chichén Itzá invitado por Fernando Barbachano Herrero, dueño del hotel Mayaland.

Hace cuatro años, recuerda el magnate suizo, en su blog recibió un correo electrónico del propietario de ese complejo turístico.

En el mensaje, agrega el millonario, Barbachano le decía ''que le encantaba mi proyecto y que quería ayudar en lo que pudiera para promover Chichén Itzá, propiedad de su familia... ¿propiedad de su familia? En sus sueños, pensé.

''Pero la historia es muy cierta ahí en Chichén Itzá y, en efecto, me sorprendió confirmar que tenía razón. Su bisabuelo compró las tierras, incluyendo la pirámide llamada El Castillo, a los vecinos, ¡cuando nadie estaba interesado en ese montón de rocas apiladas una sobre otra!"