El gobierno de Calderón abre las puertas a las narcofinanzas: Di no a los casinos
ONG condena la expedición de otros 20 permisos para casas de apuestas
Cuestiona Daniel Olivares el absurdo gasto millonario en espots y los operativos contra la delincuencia, mientras se propicia el blanqueo de dinero en forma rápida, barata y masiva
El dirigente de la organización social Di no a los casinos, Daniel Olivares, reprobó la autorización de nuevos permisos por parte del titular de la Secretaría de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, para la apertura de al menos 20 salas de apuestas en favor de la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIP).
Este hecho ocurrido la semana pasada -explicó- muestra cómo el gobierno de Felipe Calderón "está abriendo las puertas a las narcofinanzas, pues los especialistas en el tema tienen muy claro que las casas de juego favorecen el lavado de dinero".
El empresario del ramo turístico estimó que "de nada sirve la supuesta lucha contra la delincuencia organizada, ni el absurdo gasto de millones de pesos en espots, para convencer a la opinión pública de que se está luchando contra el narco, si se siguen autorizando este tipo de negocios que permiten lavar dinero en forma rápida, barata y masiva".
Olivares refirió que la apertura de esas nuevas salas de juego se dieron a la CIP "con objeto de que puedan expandirse e igualar con 65 unidades el número de autorizaciones que en su momento (el sexenio de Vicente Fox) otorgó Santiago Creel Miranda a Televisa, cinco días antes de que dejara el cargo como titular de la Secretaría de Gobernación".
El representante de pequeños empresarios comentó que la aprobación de esas salas de apuesta -el 22 de mayo pasado- ocurrió paradójicamente cuando Ramírez Acuña admitió que no sería cosa de seis meses, sino de seis años afrontar la violencia desatada en la lucha contra el narcotráfico.
Las declaraciones del funcionario -comentó Olivares- significan que "habrá más violencia y más muertes para la sociedad, así como para los elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal Preventiva (PFP), pero esa dependencia sigue, alegre e ilógicamente, permitiendo la proliferación de lugares de juego, donde gracias al reglamento elaborado por Gobernación no se lleva ningún registro pormenorizado de las operaciones de cada jugador y cliente, por lo cual las posibilidades de lavado de dinero están abiertas de par en par".
Olivares señaló que, conforme a estudios de la organización que encabeza, se sabe que "si un narcotraficante por sí o por interpósita persona controla o es dueño de una sala de juegos, estará en condiciones de lavar infinitas cantidades de dinero provenientes de delitos contra la salud".
Esto -explicó- "se produce mediante el simple mecanismo de entregar de manera fraccionada, cíclica e ininterrumpida a unos 100 o 200 testaferros las cantidades que se quieran con objeto de que las pierdan en la sala de apuestas bajo su control".
Con ello -agregó- se completa el proceso de lavado de dinero, pues el que controle la sala de apuestas podrá depositar tranquilamente el dinero de procedencia ilícita en el banco de su predilección, y de esa forma se justifica sin problema alguno el lavado.
El representante de Di no a los casinos destacó que, como se encuentra el reglamento redactado por Gobernación, se permite que miles de delincuentes puedan ir a "perder" en las salas de apuesta dinero mal habido, sin que nadie conozca su identidad.