Usted está aquí: sábado 26 de mayo de 2007 Mundo Ordenan un año más de prisión para Suu Kyi

La junta militar birmana desoye clamor mundial para que libere a la activista

Ordenan un año más de prisión para Suu Kyi

DE LA REDACCION

Ampliar la imagen Una integrante de la Coalición Libertad para Birmania durante una manifestación en favor de Aung San Suu Kyi frente a un hotel en la capital de Filipinas, donde la ASEAN celebra su foro regional Una integrante de la Coalición Libertad para Birmania durante una manifestación en favor de Aung San Suu Kyi frente a un hotel en la capital de Filipinas, donde la ASEAN celebra su foro regional Foto: Reuters

La premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, permanecerá un año más bajo arresto domiciliario, informó este viernes la policía birmana, adelantándose a la que será una semana de tristes conmemoraciones. El domingo, Suu Kyi cumplirá tres años detenida -primero en la cárcel y luego en su casa- y el miércoles se celebrará el 17 aniversario de las elecciones en las que el partido que la activista fundó en 1988, la Liga Nacional por la Democracia (LND), obtuvo 60 por ciento de los votos y 80 por ciento de las curules en el Parlamento, aunque la junta militar que gobierna el país anuló los resultados y se mantuvo en el poder.

Conforme se acercaba la fecha en que el Consejo del Estado para la Paz y el Desarrollo (CEPD), como se hace llamar el gobierno militar, debía anunciar si liberaría a Suu Kyi, 59 ex presidentes y ex primeros ministros de todo el mundo, entre ellos Margaret Thatcher, Raúl Alfonsín, Bill Clinton y Jacques Delors, firmaron una carta pidiendo al presidente del CEPD, el general Than Shwe, que liberara a Suu Kyi. La activista "no está llamando a la revolución en Birmania", alegan en la misiva, "sino a un diálogo pacífico, no violento, entre los militares, la LND y los grupos étnicos birmanos". También recuerdan que hay 16 resoluciones de la Organización de Naciones Unidas pidiendo su liberación. La junta birmana, sin embargo, hizo una vez más caso omiso de las peticiones internacionales. Así lo ha hecho desde que, en 2003, partidarios del gobierno atacaron la caravana en la que Suu Kyi recorría Birmania pidiendo "un amanecer democrático".

Después del ataque, los militares la catalogaron como "un peligro público" y la arrestaron. Tras sufrir una histerectomía en la cárcel en la que estaba recluida, en septiembre de ese mismo año, el CEPD autorizó el traslado de Suu Kyi a su casa de Rangún, la principal ciudad del país y en ese entonces la capital.

Antes de anunciarse la decisión de la policía, algunos simpatizantes de la detenida seguían esperando su liberación. "La junta tiene el hábito de hacer lo inesperado", dijo al diario británico The Independent un miembro del Grupo de Estudiantes de la Generación 88, afín a Suu Kyi, aludiendo a la costumbre gubernamental de dar fuertes golpes de timón y tomar decisiones sorprendentes. En noviembre de 2005, por ejemplo, el CEPD decidió mudar la capital de Rangún a un terregal en Pyinmana, pequeño poblado en medio de la selva. Por toda explicación, alegaron que Pyinmana "está en el centro del país".

 
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