El sistema educativo, llamado a ser pieza fundamental para combatir la pobreza, señala
La desigualdad constituye el más grave problema social del país: De la Fuente
Ampliar la imagen El rector de la UNAM durante su exposición Foto: Juan Carlos Pérez /Notimex
Hoy en día, el problema social más grave, el signo ominoso de México, es la desigualdad social y no la pobreza que vive la población, afirmó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, quien advirtió que de no lograr abatirla ésta "se convertirá" en un conflicto "potencialmente explosivo" en el corto y mediano plazos, para la presente o subsecuentes administraciones federales.
Al dictar una conferencia magistral en la ciudad de Monterrey, como parte del Foro IMEF Empresarial 2007, el rector destacó que el sistema educativo debe jugar un papel fundamental para combatir la pobreza, "hecho que no se ha realizado".
Señaló que, de acuerdo con cifras oficiales, el sistema educativo no está siendo un mecanismo de movilidad y capilaridad social.
En entrevista sobre el tema, De la Fuente Ramírez advirtió que si el gobierno federal no aplica una serie de medidas fundamentales este podría ser "un siglo muy difícil" para el país, toda vez que, agregó, "los retos son grandes, pero las posibilidades también son buenas".
Entre los puntos a fortalecer como parte de la agenda nacional, dijo, destacan el sistema educativo, la investigación y desarrollo, el empleo, y la generación de condiciones políticas para tener "una existencia más funcional de lo que hasta ahora hemos alcanzado".
Lamentó que en materia de ciencia y tecnología el presidente Vicente Fox haya hecho "lo opuesto de lo que están haciendo las otras economías del mundo, que han ido incrementando su inversión en investigación y tecnología, y aquí nos fuimos en sentido opuesto, la disminuimos.
"Esto me parece que es un error gravísimo que nos genera un rezago muy importante y que espero que podamos enmendar este error muy pronto. Son errores que si no enmendamos ahora, las consecuencias van a ser muy graves en los próximos años", puntualizó el representante de la máxima casa de estudios.
Destacó que de marginarnos de la "economía del conocimiento" corremos el riesgo de ubicarnos entre los países "que van al mismo tiempo sufriendo los mayores tropezones sociales".
El diagnóstico es bastante claro, dijo, "y lo que hay que hacer es ponernos a trabajar en los puntos que son fundamentales para poder llegar a 2030 con un México como lo queremos: menos desigual, más equitativo y en donde mis compatriotas no tuvieran que irse a buscar trabajo a otros países".
Muchas de las expectativas y de los anhelos que se han gestado entre la población se han quedado en eso, "en anhelos que no se han podido conquistar", refirió.
En su ponencia, el rector puntualizó que la reforma del Estado debería empezar con una participación más activa y comprometida de la sociedad civil, que es la que puede colocar los cimientos éticos y técnicos que requiere un Estado moderno, esbelto y ágil, que provea a la población de los servicios básicos, entre ellos la educación.
A pesar de algunos esfuerzos estimables efectuados en el rubro económico, las condiciones sociales están alejadas de ser satisfactorias. La actual, resaltó, es una etapa de bono demográfico, fenómeno que se produce una sola vez en la sociedad y que no durará toda la vida. "La duración del bono es de entre 20 y 30 años y empezó en la primera década del siglo XXI", comentó.