Usted está aquí: lunes 14 de mayo de 2007 Cultura Marcos es un ser político y erótico, asegura el pintor Antonio Ramírez

Conciben al alimón la novela Noches de fuego y desvelo

Marcos es un ser político y erótico, asegura el pintor Antonio Ramírez

RAUL TORRES ESPECIAL PARA LA JORNADA

Afectado por el dolor de un amor no correspondido, Sombra del Guerrero llegó sin avisar a donde su amigo Pinceles, tras la capucha y entre el humo de su pipa, comenzó a mirar las pinturas apoyadas contra la pared y se detuvo en una.

-Esta mujer podría ser Ella... -dijo al ver la imagen de la que huyendo desnuda se dirige hacia el fuego que consume el horizonte.

Con esta mentira que revela la verdad, el pintor Antonio Ramírez explica cómo surgió la idea de Noches de fuego y desvelo, libro escrito con la letra del subcomandante Marcos y los trazos de este artista plástico, y que será presentado el próximo 9 de junio en la Casa Lamm de la ciudad de México.

"La idea surgió en marzo del año pasado, cuando del delegado Zero estuvo aquí y lo hospedamos en mi casa (...) después de pedir permiso a la comandancia me dijo que quería hacer un libro erótico y quería que yo lo pintara."

El libro, en el plano de la ficción, cuenta mediante cartas los goces y pesares amorosos de Sombra: dos cartas están dedicadas a su amigo Pinceles, 10 son misivas para Ella y al final toman la palabra cuatro alter egos del guerrero (Sombra el Pirata, Sombra el Marinero de la Montaña, Sombra el Caballo Viejo y Cansado y Sombra el Mago).

Pero en esta historia la ficción y la realidad se entrelazan desde la creación del libro. Cuenta el pintor (Pinceles o Antonio Ramírez) que aquella noche vio al guerrero (Sombra o Marcos) apesadumbrado y le preguntó qué sucedía: "me dijo que desde su cueva, en la montaña, pretendía seducirla; muy a pesar de su fealdad (la de él) y de las estrictas reglas de su oficio de guerrero, que le obligaban a mantener su rostro oculto. Entre otras muchas cosas, me contó que no tenía más recurso que el de la palabra escrita, y que maldecía el no tener ojos y manos que vieran para pintar aquello".

Después de aquella noche (la real y la recreada), el pintor despertó y sobre su mesa de trabajo estaban las 12 cartas, los otros yo de Sombra y una nota adicional en la que Marcos retaba al pintor a interpretar la historia y contarla con sus imágenes.

Pinceles decide embarcarse en la aventura y crea 17 óleos y 43 dibujos que luego envía, junto con los textos del delegado Zero, a su amigo Cuadratín (Efraín Herrera) para que diseñara el libro.

"El, como diseñador, toma los textos, las pinturas y hace latir toda esa pasión y también se enamora de Ella; el resultado es que somos tres locos a los que esa pasión nos lleva a hacer nacer un libro", asegura Pinceles.

Luego vinieron las otras circunstancias y, como dice Antonio Ramírez, tuvieron que buscar "un cuarto loco" que apoyara financieramente el proyecto, así apareció el coleccionista Carlos Navarro.

Además, detrás de esta historia en que el terco guerrero ve un tal vez donde hay un no rotundo, está el trabajo voluntario del fotógrafo Rodrigo Vázquez y alrededor de 17 personas más, incluyendo a las de Colectivo Callejero, que será el editor.

Los fondos recaudados por esta obra serán para las comunidades zapatistas.

Arte y política

Antonio Ramírez asegura que trabajar con el subcomandante Marcos implicó un gran placer, debido a que es una persona sumamente diversa y respeta totalmente el trabajo de sus colaboradores.

"Desde el principio planteamos que las imágenes no se supeditarían a los textos ni estos a las imágenes; la idea es contar juntos."

En este sentido, Pinceles define a su amigo Sombra no como un político de izquierda, sino como un ser político y erótico interesado por el arte y el poder liberador que tiene.

"En una ocasión dijo, no sé si en Colima y no con estas palabras exactamente, que todos los rebeldes deberían ser artistas, porque la gente cuadrada no puede amar, y quien le tiene miedo al amor está perdido. Yo, Pinceles, Antonio Ramírez, estoy convencido de que el erotismo y la política tienen todo que ver."

-Eso equivale a reivindicar un poco la palabra política...

-Así es -responde Pinceles- todos hacemos política, y si a los zapatistas no los han vencido es porque son un ejército de soñadores que utilizan las metáforas y la imaginación.

En el libro, Ella es una mujer, pero en la realidad -asegura Antonio Ramírez- ella es cualquier cosa, una mujer, un ideal, un sueño; aquí nos llevó a hablar de política, pero puede ser cualquier cosa, algo que toda la vida se está persiguiendo, algo que como todos los amores está condenado al fracaso, pero que a su vez implica la esperanza de que se va a triunfar.

"Que se cuide el que lo lea", concluye el pintor.

 
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