Foro
Pasiones privadas en lugares públicos
EL 27 FORO INTERNACIONAL de la Cineteca inicia hoy, de modo inmejorable, con la proyección de la cinta más reciente del veterano Alain Resnais, Pasiones privadas en lugares públicos (Coeurs), nuevo tributo del cineasta francés al teatro inglés, y un muy ágil manejo de seis comediantes en atmósferas urbanas y decorados de interiores que transforman el artificio escénico en una espléndida invención cinematográfica. La creación de un artista de 84 años, innovador en los años sesenta (Hiroshima mi amor, El año pasado en Marienbad), de lirismo contenido en los ochenta (La vida es una novela, El amor a muerte), lúdico e imprevisible una década más tarde al adaptar, como ahora, una obra teatral del británico Alan Ayckbourn en Smoking/No smoking. El título original de la nueva obra inglesa, Private fears in public places, especifica miedos privados en lugares públicos; estos miedos se han transformado ahora, por caprichos de la distribución, en pasiones, pero en el juego de simulaciones de Alain Resnais la analogía queda autorizada por el carácter inverosímil de mucho de lo que vemos en pantalla. Una ciudad, París, invadida, de principio a fin, por la nieve, con un barrio de moda dominado por la estructura descomunal de una biblioteca pública, sitio de entrecruces sentimentales que se podría calificar de altmanianos, de no estar tan determinados por lo que el historiador Theodore Zeldin denominó "las pasiones francesas". Una de ellas, el gusto por la propiedad, tanto la inmobiliaria como la del comportamiento; otra más, el placer de la seducción, indisociable del humor y la malicia; una más, el juego, ya evocado, de la simulación, arte del engaño que en el teatro y en el cine consiguen a menudo una expresión óptima.
NO HAY EN LA CINTA de Resnais una trama propiamente dicha, y sí una sucesión de situaciones entre cómicas y dramáticas que animan y desgastan a sus seis personajes principales. Un agente inmobiliario, Thierry (André Dussolier), intenta seducir a su empleada Charlotte (Sabine Azéma, formidable), fanática cristiana entregada en sus ratos libres a promoverse secretamente a través del video erótico; Dan (Lambert Wilson) y Nicole (Laura Morante), pareja en crisis, buscan recuperar algo de su equilibrio amoroso en un espacio nuevo que Thierry intenta sin éxito procurarles; Gaëlle (Isabelle Carré), improbable hermana menor del agente inmobiliario, vive una fugaz pasión amorosa con Dan, a quien ha encontrado por los anuncios clasificados, en tanto, un cantinero melancólico arrastra su soledad atendiendo a su lúbrico e histérico padre moribundo con ayuda de Charlotte, enfermera de ocasión, quien con sus oraciones pías y sus exhibiciones eróticas intenta abreviarle y dulcificarle en lo posible su tránsito al Más Allá. La maestría del director para sacar el mejor provecho de los espacios escénicos, dinamitando las convenciones dramáticas, jugando con el vodevil y con la mejor herencia de la comedia americana, derribando el techo de las habitaciones para sus tomas cenitales de voyeur incontinente, todo esto contribuye, sin mayor complejidad y con la sencillez de medio siglo de oficio, a crear un entretenimiento memorable.
PASIONES PRIVADAS en lugares públicos se exhibe hoy y mañana en la Cineteca Nacional.