Asiste Ebrard a celebración del Día de la Santa Cruz en la Gustavo A. Madero
Antes, los albañiles hacían un pachangón; ahora, muchos sólo vienen, comen y se van
''Se trata de bendecir nuestro trabajo, que dure mucho tiempo, y pedir para que nuestras obras no se caigan'', dicen los maistros
En algunas comunidades, el festejo es más una tradición religiosa
Ampliar la imagen Un albañil carga una cruz sobre avenida Reforma, después de llevarla a bendecir Foto: José Carlo González
Ampliar la imagen La barbacoa está lista para servirse en una obra de Parque Alameda Foto: José Carlo González
La albañilería es un oficio "que portamos todos los días, no te lo puedes quitar y con el tiempo también hay un desgaste. Se ve en nuestro cuerpo, por eso el trabajo rinde más cuando se es joven ", comentaron los maistros del cemento al festejar ayer su día, con la advertencia de que la tradición de la celebración de la Santa Cruz dice que si el patrón "no se pone con la comida, corre el riesgo de que su obra se cuartee o hasta se caiga".
Añaden que su apariencia los delata: "las manos cuarteadas por las mezclas y el uso del cemento" hablan por sí solas de la experiencia, que de eso dependen sus ascensos. El oficio es para hombres de trabajo, argumentan. Lo empiezan a muy temprana edad, entre los 12 y 14 años, pero también termina antes de los 60.
En un principio se ocupan como ayudantes de fierreros, carpinteros, segunderos y con el paso del tiempo muchos logran ser maestros de obra, comentó César Rosales, quien trabaja en un proyecto inmobiliario de la calle Malintzin, en la colonia Portales, delegación Benito Juárez.
Recuerda el día de la Santa Cruz como uno de los más anhelados, pero ahora las cosas cambiaron y se conforma con una buena comida. "Antes se hacía el pachangón, se comía hasta el hartazgo, había que tomar y bailábamos toda la noche, pero en estos tiempos, después de la comida, uno se puede ir a su casa". Otros con menos suerte se conformaron con reducir la jornada de trabajo a medio día.
De pisa y corre
En este tenor, de "pisa y corre", el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, compartió el pan y la sal con un grupo de trabajadores de la construcción, para festejar este día, en el que no hubo discursos ni promesas para este sector de la población.
Consomé y barbacoa, arroz y salsa roja fue el menú que degustó el mandatario capitalino con los albañiles "en su día", acompañado por el secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega, y el jefe delegacional en Gustavo A. Madero, Francisco Chiguil Figueroa.
De traje gris y corbata roja, Ebrard llegó presuroso a un conjunto habitacional en construcción en la colonia Capultitlán, lugar donde se llevó a cabo el agasajo, y donde ya lo esperaban cerca de 50 trabajadores, a quienes saludó de mano y preguntó su procedencia.
"¿Quiénes son de Puebla? ¿Del DF? ¿Y los del estado de México?", cuestionó a los festejados, quienes al sentirse aludidos desde sus sillas se acomodaban el casco, esbozaban una sonrisa y levantaban la mano.
El grupo musical, cuyos instrumentos lucían en un templete, aún no hacía su aparición y apenas comenzaban a "desfilar" las primeras jarras con cerveza oscura, cuando sorpresivamente el mandatario capitalino dio por concluida la comida y se levantó de la mesa junto con sus acompañantes.
Enseguida se dirigió a la salida del inmueble, ubicado en Insurgentes Norte 190, no sin despedirse de las esposas de los trabajadores, que acudieron a repartir los alimentos.
''Si no quiere estudiar, pues a trabajar''
Pero también hubo quejas, como la de los maestros de la construcción que festejaron en los desarrollos inmobiliarios que tanto han afectado a los habitantes de la delegación Benito Juárez, "porque apenas algo no les gusta y nos paran la obra, y eso para nosotros significa desempleo", señalaron.
En general, los albañiles festejaron su día con comidas y rituales religiosos. "Se trata de bendecir nuestro trabajo, para que nunca nos falte, pero sobre todo para pedir que nuestras obras duren mucho tiempo y no se caigan", explica Vicente, quien lleva más de 20 años en el oficio y realiza su labor con la ayuda de sus dos jóvenes chalanes, uno de ellos su hijo, que aún no alcanzan la mayoría de edad.
"Si no quiere estudiar, pues tiene que trabajar, porque la vida está muy difícil como para no hacer nada", explica el maestro albañil mirando a su vástago, mientras éste se prepara un taco de carnitas.
En algunas comunidades como La Magdalena Atlitic, en la delegación Magdalena Contreras, más que una celebración el Día de la Santa Cruz es una tradición: los festejos se inician desde la noche anterior con alabanzas, rituales prehispánicos y danzas en honor a una cruz que se remonta a 1943, ubicada en la ladera que se levanta entre este pueblo y el de San Nicolás, para el día siguiente culminar el festejo con una comilona.
Mueren dos albañiles tras desplomarse marquesina
Pero no todo fueron festejos ayer para los trabajadores de la construcción. Por la tarde, dos albañiles perdieron la vida, uno de ellos menor de edad, al caer desde el segundo nivel de un edificio, cuando trabajaban en una marquesina, en la delegación Alvaro Obregón.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Eusebio Díaz Cruz, de 16 años, y Rogelio Gámiz Serapio, de 22, murieron de manera instantánea al desplomarse la plataforma en la que trabajaban en el inmueble ubicado en la esquina de Lago Espejo y Río San Joaquín, en la colonia Granada.