México SA
Menos capitales interesados
Falta mercancía en la venta de garaje
Mermaron las nuevas inversiones
Muñoz Leos, chivo expiatorio
Ampliar la imagen Imagen tomada de la televisión durante el programa de noticias Fox News, donde aparece el magnate de los medios Rupert Murdoch, en una entrevista realizada ayer. Murdoch había lanzado una oferta no solicitada para comprar Dow Jones, editora del The Wall Street Journal, por 5 mil millones de dólares. Sin embargo, la familia Bancroft, que controla Dow Jones & Co. dijo que no piensa venderle la empresa al empresario a 60 dólares la acción Foto: Ap
México refrendó su galardón como principal receptor de inversión extranjera directa en 2006, aunque el monto captado resultó 4 por ciento inferior al de un año atrás, lo que ilustra sobre la falta de mercancía en la venta de garaje que los gobiernos neoliberales iniciaron cinco lustros atrás. Ya no tienen mucho que vender (el filón bancario parece estar agotado) salvo el sector energético que no han podido "desincorporar", a pesar de su insistencia.
La Cepal divulgó su informe anual sobre inversión extranjera en la región, y en él destaca que en México los ingresos de IED en 2006 sumaron 18 mil 939 millones de dólares, monto 4 por ciento inferior al del año anterior. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Economía, la mayor parte de esos flujos en nuevas inversiones, seguidas de cuentas entre empresas, reinversión de utilidades, inversiones en maquiladoras (importación de bienes de activo fijo realizada por empresas maquiladoras con inversión extranjera) y fusiones y adquisiciones.
Se registró una merma en el volumen de nuevas inversiones y adquisiciones, mientras los niveles de inversión y reinversión en la maquila permanecieron relativamente estables (con aumentos de 5 y 7 por ciento, respectivamente). Aumentaron las cuentas entre empresas y las inversiones siguieron concentrándose sobre todo en las manufacturas (61.3 por ciento de los ingresos netos).
Las corrientes destinadas al comercio fueron considerablemente menores en 2006 en relación con los años anteriores, lo que se debe en gran parte a la compra de activos de Carrefour por el grupo local Chedraui (anunciada en 2005), que supuso corrientes negativas de IED hacia ese sector. En lo que se refiere a las fuentes de inversión, Estados Unidos fue el principal inversionista, seguido de Países Bajos, Reino Unido y España.
Por otra parte, la inversión de capital privado mexicano en el exterior sumó 3 mil 897 millones de dólares en 2006 (para acumular 21 mil 349 millones durante el gobierno del "cambio"), un valor considerablemente inferior al registrado en los dos años anteriores. Esta reducción es el resultado de un año sin grandes transacciones, como la adquisición de RMC por Cemex en 2005. Por otra parte, se retiraron algunas inversiones, entre las que se cuenta la salida de este consorcio cementero de Indonesia.
La información disponible sobre inversiones de los países de América Latina y el Caribe en el extranjero es muy limitada, pero es indudable que aumentaron enormemente en los últimos tres años, dado que las cifras oficiales revelan una expansión de 6 mil a 38 mil 600 millones de dólares en ese periodo. El mayor propulsor de estas inversiones externas es la internacionalización de un grupo relativamente reducido de empresas translatinas de Brasil y México.
El grupo brasileño está integrado por Companhia Vale do Rio Doce (CVRD), que compró la canadiense INCO por 17 mil millones de dólares, y Petrobras, Gerdau e Itaú, que han realizado una amplia gama de operaciones independientes. El grupo mexicano está compuesto por América Móvil y Telmex, que hicieron cuantiosas adquisiciones en América Latina y el Caribe, y el grupo Alfa, que creció en Estados Unidos, Europa y China. A eso se podría agregar Cementos Mexicanos (Cemex), que compró el Grupo Rinker de Australia por más de 14 mil millones de dólares, en una operación que finalmente se concretó en abril de 2007.
El aumento de la inversión directa de empresas latinoamericanas en la región y otras partes del planeta en años recientes se debe en gran medida a un pequeño número de transacciones voluminosas con origen en pocos países, sectores y empresas. En 2006 destacó la adquisición de la canadiense Inco por la brasileña CVRD. En los dos años anteriores, los montos de inversión directa en el exterior estuvieron condicionados por la compra de RMC (2005) por Cemex y otras dos transacciones ligadas a la compra de empresas translatinas por parte de trasnacionales: la incorporación de AmBev al grupo InBev y la adquisición de Bavaria por SABMiller.
El año estuvo marcado por la expansión de las empresas translatinas, que en algunos casos conquistaron espacios previamente ocupados por las trasnacionales. En el sector de servicios, América Móvil compró activos de Verizon en la República Dominicana y Puerto Rico, mientras el banco Itaú compró activos de Bank of America en Brasil, Chile y Uruguay, y las petroleras Petrobras y ENAP adquirieron activos de Shell en la distribución de combustibles en varios países. La mexicana Femsa ha invertido en la conquista del mercado brasileño, donde enfrenta gran competencia trasnacional en la venta de bebidas y cervezas.
Las empresas mexicanas aumentan su presencia en el exterior. En 2006, Banorte compró el 70 por ciento del Banco INB en Estados Unidos, por 259 millones de dólares, y a comienzos de 2007 adquirió la empresa de envíos de dinero UniTeller, también en el vecino del norte. Se dio a conocer además el posible interés de América Móvil en el mercado estadunidense, donde por el momento sus operaciones se limitan al segmento de tarjetas de teléfono prepagadas. Bimbo y Gruma invierten en Asia. La empresa de la siempre pía familia Servitje compró la operación de la española Pan Rico en China, mientras Gruma adquirió Rositas Investments en Australia e invirtió en China y Japón.
Las rebanadas del pastel
A Raúl Muñoz Leos, director de Pemex en la primera mitad del "cambio", pudieron enjuiciarlo simplemente por la cirugía estética que su mujer se hizo con recursos de la paraestatal. No se le tocó entonces, pero ahora el calderonismo lo seleccionó como uno de los chivos expiatorios en su guerra abierta contra el foxismo y su espinosa banda. No se trata, pues, de combatir la corrupción en la primera empresa nacional, sino en tirarle un par de dientes a la banda del Yunque