Lamenta que la Caintex no los haya consultado
Niegan industriales del vestido que el TLCCA los beneficie
Empresarios de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV) rechazaron que la incursión de México en los proyectos del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (TLCCA), como principal proveedor de telas para la confección, vaya a tener efectos positivos para los fabricantes nacionales.
En conferencia de prensa, el presidente del organismo empresarial, Simón Feldman, lamentó que la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex) no haya tomado en cuenta a los confeccionistas de ropa para crear un plan estratégico en el que pudieran participar todos los miembros de la cadena productiva.
La propuesta de los textileros del país incluye la posibilidad de integrarse al tratado comercial con la ampliación de la acumulación de origen de telas mexicanas, lo cual, según mencionó Rafael Zaga Kalach, presidente de la Canaintex, convertiría a México en el principal exportador de materias primas a esta región del continente para la fabricación de prendas que irían a parar al mercado estadunidense con arancel cero.
"Esto no sólo representa una desventaja para los empresarios del país, también puede implicar la pérdida de 100 mil empleos formales", subrayó el empresario.
El representante de la CNIV aseveró que este tipo de medidas provocará en el corto plazo un incremento en el número de trabajadores informales. "Las personas que trabajan en la confección no reúnen las técnicas suficientes para buscar otro tipo de empleo, entonces las personas que perdemos en nuestro sector buscarán otros lugares donde conseguir trabajo y lo hallarán en la economía ilegal", advirtió Feldman.
En tanto, fuentes de la Canaintex señalaron que la próxima semana el Senado de la República estará aprobando la iniciativa que permitirá el envió de 250 mil millones de dólares en telas a Centroamérica.
La desventaja para los fabricantes mexicanos, según el líder de los confeccionistas, será que los costos de producción en esta región latinoamericana son menores en 30 por ciento a los que ofrece México, mientras que los que elaboran prendas de vestir tienen que pagar aranceles de hasta 15 por ciento por las materias primas que utilizan.