Migrantes y estadunidenses rompieron el miedo a las redadas y alzaron su voz
Cientos de miles vuelven a tomar las calles de EU para defender sus derechos
Nueva York, 1º de mayo. Por segundo año consecutivo, los trabajadores migrantes en este país resucitaron la memoria de los mártires de Chicago -también un movimiento de trabajadores migrantes- con marchas y manifestaciones en varias esquinas de este país, que había logrado casi ocultar, si no anular, esa memoria de la lucha por la dignidad de los trabajadores que se celebra hoy en casi todo el mundo.
A pesar del clima de represión de los migrantes, con decenas de redadas por todo el país durante los meses recientes, con sus secuelas de separación familiar, del arresto de madres y padres cuyos hijos se encuentran, de pronto, rodeados de agentes armados y la encarcelación de sus familiares -y con ello el incremento de un clima de miedo que ha obligado a muchos a una vida casi clandestina-, decenas de miles de inmigrantes y sus familias salieron al sol y a los centros de Chicago, Milwaukee, Los Angeles, Washington, Houston, Detroit, Phoenix, Orlando, San Francisco y varias ciudades más de Texas, Carolina del Norte, Georgia y otras.
Las dimensiones de estas manifestaciones y marchas fueron, como se esperaba, mucho menores a las de hace un año, cuando millones participaron en decenas de ciudades en repudio a proyectos que criminalizaban a los inmigrantes y en demanda de una reforma migratoria que incluyera la legalización de unos 12 millones de indocumentados.
Una razón fue precisamente el clima de temor que han generado las acciones antimigrantes. De hecho, una de las consignas comunes fue en repudio a las redadas y a las tácticas de miedo y criminalización impulsadas en este año, como también denuncias contra el muro y medidas que fracturan a familias enteras. Pero la coyuntura es diferente, y también hay divisiones dentro del movimiento como entre los liderazgos y organizaciones en torno al debate sobre la reforma migratoria que todos demandan, señalan organizadores y líderes latinos.
La movilización más grande del día fue en Chicago, donde los participantes y organizadores aseguraron que participaron más de 350 mil personas, aunque la policía calculó en 150 mil la asistencia a la manifestación. Organizadores advirtieron que justo por la ira provocada por las redadas que se realizaron en los días recientes en la comunidad mexicana, la movilización sería mucho más grande que lo que originalmente se esperaba.
"Rebasó las expectativas", dijo a La Jornada Oscar Chacón, un coordinador de Enlaces América y estratega en los movimientos migrantes. "Tal vez el motivador más fuerte fueron las redadas tan perniciosas de las autoridades federales migratorias la semana pasada, y había el compromiso entre todos de que no nos íbamos a quedar con los brazos cruzados ante esto". De nuevo, Chicago dio el ejemplo nacional con la movilización más numerosa, afirmó en entrevista telefónica al concluir la manifestación.
Pero Chacón comentó que persiste el mismo reto que el año pasado de "cómo traducir estos logros de movilización en una expresión política más permanente para incidir directamente en lo que nos afecta".
Como en las otras ciudades, salieron niños, abuelos, artistas, estudiantes, sindicalistas y trabajadores de todo tipo. Los contingentes marcharon a lo largo de más de cinco kilómetros por el centro de Chicago. El propio alcalde, Richard Daley, habló ante los manifestantes, declarando que la ciudad fue "construida por inmigrantes... y ha sido construida por inmigrantes en el pasado, en el presente y en el futuro". La marcha, dijo, es expresión del "mensaje del pueblo de que queremos una reforma migratoria sensata".
En Los Angeles, unas 100 mil personas, según algunos organizadores, o 25 mil, de acuerdo con medios locales como Los Angeles Times, participaron en dos marchas, mientras que cientos de estudiantes realizaron un paro y salieron de sus escuelas para sumarse a la movilización. Se realizaron movilizaciones descentralizadas en varias zonas cerca de esa ciudad, lo cual redujo el número de participantes en el centro de la zona metropolitana.
En Nueva York, unas 5 mil personas se manifestaron y marcharon esta tarde debajo de un mar de banderas de decenas de países. Latinoamericanos, africanos, asiáticos y estadunidenses se atrevieron a salir a pesar de que aquí, como en casi todas partes del país, impera un clima de tensión por las redadas.
"La lucha obrera no tiene fronteras", se leía en una pancarta, y alrededor ondeaban banderas o mantas proclamando orígenes de trabajadores mexicanos, nicaragüenses, colombianos, filipinos, senegaleses, ecuatorianos, chinos, salvadoreños, dominicanos. Una pancarta pedía "ándale, Correa", y otra se identificaba con el FMLN; otras mantas anunciaban contingentes de todo tipo de organizaciones comunitarias y sociales, entre ellas el Centro de Derechos Laborales, el Proyecto de Trabajadores Latinoamericanos, Esperanza del Barrio, asociaciones chinas y filipinas, y por supuesto las imágenes de la Virgen de Guadalupe y del Che.
"Un ser humano tiene derecho de vivir donde quiera", afirma un peruano a La Jornada. Las condiciones de explotación y falta de protección de derechos "no se lo hace a un ser humano, ni a un animal, pero a los que mandan aquí les conviene".
"Sí se puede, sí se puede", retumbó el coro contra los edificios de Union Square. "Aquí estamos, y no nos vamos, y si nos echan, nos regresamos", coreaban al avanzar en una marcha por Broadway hacia el edificio federal, donde están las oficinas de la migra en el sur de Manhattan.
En Phoenix, los medios locales calcularon la participación más de 15 mil personas; en Washington, tal vez mil participaron en una marcha que pasó por los barrios latinos y negros, y que se nutrió con el apoyo de varias comunidades.
En esta ocasión, hubo más divisiones y menos consenso en los objetivos, con algunos promoviendo las marchas y paros laborales como la mejor expresión y otros insistiendo en que había que buscar otras formas de presionar al debate político y evitar consecuencias negativas para las comunidades.