Atlas desplegó su juego vertical, pero Gallos tuvo al menos seis oportunidades de gol
El nerviosismo sepultó al Querétaro, que se despide del máximo circuito
Dos anotaciones de Nicolás Olivera en la primera mitad desencadenaron la debacle
Ampliar la imagen Mauro Gerk y Jorge Almirón lamentan el retorno del Querétaro a la Primera A, a un año de que logró ascender a la máxima instancia en el futbol mexicano Foto: Reuters
Guadalajara, Jal., 29 de abril. La presión paralizó a los jugadores de Gallos Blancos, que tuvieron la salvación al alcance de la mano; sin embargo, mostraron un juego decepcionante, patético y, sobre todo, errático al límite, para caer 2-0 ante Atlas y descender a la Primera A.
El optimismo y la esperanza de miles de seguidores queretanos, que en decenas de camiones llegaron a la capital tapatía, se convirtieron en llanto y dolor. Las caras largas y desoladas aparecieron al poco rato, tras el minuto 17, cuando Nicolás Olivera les había asestado las dos puñaladas que su equipo fue incapaz de revertir.
Atlas, que ya tenía asegurada la repesca en la que chocará contra Morelia, jugó como si estuviera disputando una final. Desplegó su juego vertical y dinámico, y al minuto cinco Olivera inauguró el marcador. Tras avanzar por el costado derecho, penetró en el área enemiga y con la diestra sacó un tiro cruzado que pasó entre las piernas del portero Miguel Becerra.
El segundo los sepultó
Los rojinegros comprobaron que sus rivales eran un manojo de nervios, incapaces de coordinarse tanto a la defensiva como al ataque, por lo que no tardaron en marcar el segundo tanto.
Jair García dio pase a Olivera en el área, éste disparó con la diestra ante el atento portero Becerra, quien tapó un primer riflazo, pero en el rebote la pelota quedó a la deriva, el uruguayo nunca perdió la concentración, contrarremató certero para mandar el balón a las redes, pegado al poste izquierdo del portero queretano.
A los Gallos Blancos no les faltó llegada, generaron al menos unas seis oportunidades claras, en las cuales el grito de gol quedó ahogado en las gargantas. La primera fue al minuto 26, con un tiro que cimbró las redes al pegar fuera, en un costado.
Luego fue Marcos García Nascimento el encargado de estrellar el esférico en un poste, y antes de irse al descanso el Querétaro remitió otro tiro cruzado muy cercano al marco de la meta defendida por Antonio Pérez.
Cambios inefectivos
El estratega visitante, Salvador Reyes, ingresó a Emilio Mora y José Piña para la segunda mitad, pero sus pupilos comenzaron a abusar de los tiros de media distancia sin ton ni son, eran obuses que el portero Pérez vio pasar sobre su cabeza sin inquietarse.
Jorge Almirón pudo acortar al minuto 54, estaba solo ante marco abierto, pero la echó a un lado de manera infame. Posteriormente, Mora intentó una jugada, estrelló la pelota en un enemigo y Nascimento encontró el balón, empero, cruzó demasiado el tiro. Nuevos intentos fallidos, entre ellos un par de cabezazos de Joel Sánchez, fueron abatiendo la moral queretana.
Atlas aprovechó la debacle para contragolpear, pero Becerra, con buenas intervenciones, hizo menos penoso el desastre. Tuvo una brillante acción al desviar a la izquierda al minuto 77 un venenoso disparo de Andrés Guardado.
Rumbo a la recta final, el desánimo cundió entre las filas de los visitantes, Atlas les cedió tres cuartos de terreno y se ubicó bien a la defensiva. Los degradados gallos merodearon con pases laterales, sin chispa ni asomo de talento para superar cualquier barrera. El pitazo final los devolvió a la realidad, el descenso tras un año de altibajos.
El técnico rojinegro Rubén Omar Romano acudió a consolar a su ex pupilo y colega, Chava Reyes, quien no ocultó el llanto, al igual que varios de sus jugadores.