Usted está aquí: sábado 28 de abril de 2007 Cultura Proponen reforma legal ''para evitar el manejo discrecional'' de obras de arte

El patrimonio artístico de la nación debe conservar siempre la unidad: diputados

Proponen reforma legal ''para evitar el manejo discrecional'' de obras de arte

Cabeza de caballo, de Siqueiros, retirada del Museo Carrillo Gil para trasladarla a la residencia oficial de Los Pinos, resultó afectada por haberle cambiado el marco, denuncian

ROBERTO GARDUÑO

Diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Convergencia elaboraron una iniciativa para reformar el artículo quinto a la Ley del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), para impedir situaciones como la del cuadro Cabeza de caballo (1948), de David Alfaro Siqueiros, retirado del Museo Carrillo Gil para adornar la residencia oficial de Los Pinos.

Este óleo está valuado en 42 millones de pesos y resultó afectado al cambiárse le el marco.

Las modificaciones a esa ley, que serán presentadas en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, prevé:

''Ninguno de los bienes, muebles e inmuebles que proporcione al instituto el gobierno federal y los que aquél adquiera por los medios previstos en la presente ley podrán enajenarse, hipotecarse, canjearse, arrendarse, ni darse en prenda sin sujetarse a las leyes de la materia y que rigen para los bienes nacionales".

Además, se adicionaría a la citada ley el artículo quinto bis para que las obras que forman parte del patrimonio del INBA no puedan ser prestadas o intercambiadas, con las siguientes excepciones:

''Cuando se trate de intercambios entre museos o colecciones de índole tal que permitan aumentar la difusión de las mismas o conocer otras que resulten del interés público; cuando se trate de obras que no formen parte de colecciones mostradas al público, para ser colocadas en oficinas del gobierno federal, que por su importancia permitan que las obras sean observadas por un gran número de visitantes; el director o responsable directo de cada acervo que se encuentre bajo la custodia directa del Instituto Nacional de Bellas Artes, deberá mantener el inventario de dicho acervo accesible en los términos de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública gubernamental."

Dicho inventario deberá indicar las restricciones específicas para el movimiento, préstamo y exhibición de las obras que formen parte de las colecciones bajo su responsabilidad, en particular las de aquéllas en exhibición permanente, estén sujetas a condiciones especiales por formar parte de una colección histórica o cuyo movimiento y exhibición pueda restringirse por motivos técnicos.

Los diputados federales del PRD y Convergencia denunciaron que personal del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico, del INBA, sustrajo el cuadro Cabeza de caballo del Museo Carrillo Gil, como ha documentado La Jornada.

Fragmentación del acervo del Carrillo Gil

Cuauhtémoc Velasco, legislador por Convergencia, advirtió que tal circunstancia ''es preocupante por la discrecionalidad en el manejo de obras patrimonio de todos los mexicanos, que de manera repetitiva han sido puestas en riesgo por capricho de la Presidencia en turno".

De acuerdo con Velasco, el perredista Alfonso Suárez del Real, secretario de la Comisión de Cultura, adujo que el cambio de marco viola la normatividad actual, como ocurrió con la disposición de dos cuadros, uno de Diego Rivera y otro del mismo David Alfaro Siqueiros el pasado marzo, porque ''la colección de obras artísticas, por pertenecer al patrimonio de la nación, deberá conservar en todo tiempo su unidad, no pudiendo por tanto ser dividida ni afectada en ninguna forma, debiendo ser exhibida en su totalidad y en forma permanente".

Tal circunstancia en torno a tres obras de arte propició que los diputados Velasco y Suárez del Real elaboraran una propuesta para reformar la Ley del INBA, con objeto de impedir la manipulación de las mismas en beneficio de un grupo pequeño de ciudadanos.

Con la sustracción de las obras de ambos muralistas, se dividió la colección del Museo de Arte Carrillo Gil, con la ''evidente y abierta violación" al convenio por el cual se fundó ese recinto.

En el citado documento, cláusula cuarta, se advierte que ''... la colección de las obras artísticas mencionadas, por pertenecer al patrimonio de la nación deberá conservar en todo tiempo su unidad".

No obstante, en 2004 la Presidencia de la República, encabezada por Vicente Fox Quesada, declaró al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, tener en su posesión obras por un valor de 13 millones 291 mil pesos, cuando al inicio de su mandato en Los Pinos existía un catálogo de obras de arte por un valor de 69 millones 428 mil pesos.

''Las obras que forman parte del patrimonio nacional deben estar sujetas a reglamentos, condiciones y limitaciones basados en criterios estrictamente profesionales, mismos que deben atender de manera primordial a su conservación, conocimiento y difusión. Por eso resulta inapropiado que se instaure, como ocurre hoy día, un sistema de autoridad vertical, sin cortapisas, donde una orden que emana de Los Pinos puede, como si se tratara de una monarquía absolutista, pasar por encima de toda consideración de los conservadores, curadores, funcionarios de los museos y especialistas.''

 
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