En el mundo hay 300 millones de enfermos, según la OMS
Asma y contaminación, mezcla peligrosa para niños y jóvenes
Enfermedad inflamatoria de los bronquios que se manifiesta con tos, silbido de pecho y falta de aire: eso es el asma, y afecta principalmente, a los niños. En México, uno de cada 10 infantes la padece y más de la mitad de los nuevos casos son menores de 18 años. Aunque se puede controlar hasta en un 95 por ciento, existe resistencia al diagnóstico, aseguró Carlos León Ramírez, director del Centro de Asma y Alergia de México.
Dijo que en la última década se ha estabilizado la incidencia del mal, que está directamente vinculado con la contaminación ambiental, las alergias (al polen, por ejemplo), la humedad y el calentamiento global; pero, puntualizó, el asma también tiene un componente genético importante.
En conferencia de prensa, el especialista resaltó que las crisis asmáticas aumentan en frecuencia e intensidad cuando los pacientes entran en contacto con contaminantes atmosféricos, principalmente las partículas suspendidas PM-5 y PM-10. Este efecto se refleja en las áreas de urgencias de los hospitales a donde llegan los enfermos en una proporción tres veces mayor con respecto a los días en que los niveles de polución son bajos.
Aunque es poco frecuente, las crisis asmáticas pueden ocasionar la muerte de los individuos. Entre la población asmática, la tasa de mortalidad es de 14.5 por cien mil.
León Ramírez subrayó que una tos de más de cuatro semanas, la falta de aire y el silbido en el pecho son los factores más comunes que indican la presencia de asma. Lo primero que deben hacer los médicos es identificar si uno o los dos padres de familia también tienen la enfermedad o padecen alguna alergia.
Dijo que si los dos padres son asmáticos, existe 75 por ciento de posibilidad de que sus hijos también lo sean. El porcentaje se reduce a entre 30 y 50 por ciento si sólo uno de los progenitores está enfermo.
Al abundar sobre las causas del padecimiento, mencionó que 80 por ciento de los casos tienen su origen en alguna alergia, por lo que los pacientes deben evitar estar en contacto con alergenos, entre otros las alfombras donde se acumula polvo, el polen -en algunas ocasiones-, el pelo de gato, así como las emisiones de la combustión de diésel.
Según el reporte de 2003 de la Estrategia global para el manejo y prevención del asma, de la Organización Mundial de la Salud, en el planeta existen 300 millones de enfermos de asma.
En México, algunos estudios epidemiológicos han dado cuenta de que la frecuencia varía: mientras en Cuernavaca es de 5.8 por ciento, en Hermosillo es de 9.5 y en Ciudad Juárez 4.2. La ciudad de México reporta una prevalencia general de 8 por ciento, con mayor frecuencia en adolescentes (9.9 por ciento) y de 6.8 entre los niños de seis y siete años.
Información de 2005 de la Secretaría de Salud indica que en ese año se reportaron 290 mil 205 nuevos casos de asma, de los cuales 163 mil 747 son menores de 18 años y 125 mil 841 adultos.
En vísperas de la conmemoración del Día Mundial del Asma, el próximo 1° de mayo, León Ramírez llamó la atención sobre el hecho de que en muchas ocasiones se confunde el mal con infecciones de vías respiratorias. Los médicos de primer contacto y los padres de familia, dijo, deben tener en cuenta que 80 por ciento de los casos de asma empiezan antes del primer año de vida y tienen estrecha vinculación con otras enfermedades asociadas, como la rinitis alérgica, dermatitis atópica, sinusitis y reflujo.
Respecto a los costos de los tratamientos médicos, el experto mencionó que la terapia para controlar un asma moderada puede oscilar entre 300 y 900 pesos mensuales en el sector privado y 300 pesos en el público. En cambio, entre las personas que no toman medicamentos cada ingreso al hospital puede costar de 10 a 15 mil pesos en el ámbito privado y de tres a cinco mil pesos en las instituciones del sector salud.