"La amenaza" de instalar cohetes es "idéntica" a la colocación de los Pershing, afirma
Revive EU acciones de la guerra fría con plan antimisiles: Putin
El proyecto cambia dramáticamente la situación de la seguridad en Europa, señala el mandatario
La OTAN se dice preocupada por la retirada de Rusia del Tratado de Armas Convencionales
Ampliar la imagen El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, durante una reunión que sostuvieron este viernes en el Kremlin Foto: Reuters
Moscú, 27 de abril. El enfrentamiento verbal entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con Estados Unidos al frente, subió hoy de tono cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que los planes de Washington para construir un sistema de defensa antimisiles en Europa del este es comparable con el escudo de proyectiles Pershing desplegados en Alemania en los años de la guerra fría.
Apenas el jueves pasado, la secretaria de Estado estadunidense, Condolezza Rice, pidió a Moscú que dejara en el pasado "la lógica de la guerra fría" y calificó de "ridícula" la sospecha del gobierno ruso de que Estados Unidos, respaldado por la OTAN, quiere establecer un sistema antimisiles en Polonia y la República Checa para responder a un hipotético ataque proveniente de Irán o Corea del Norte.
Pero hoy Putin no sólo calificó de "ridículo" el argumento de Rice -expresado el jueves en Oslo, antes de iniciar una reunión de la alianza atlántica-, sino que además advirtió personalmente al presidente checo, Vaclav Klaus, que "la amenaza" de los 10 interceptores en Polonia y el radar en la República Checa "es absolutamente idéntica" al emplazamiento de los proyectiles balísticos de mediano alcance Pershing I y II, en 1964 y 1984.
Klaus, quien se entrevistó con Putin en Moscú, dijo haber tratado de convencer al mandatario ruso de la necesidad de aprobar esa medida militar, pero la respuesta, dijo, fue la misma que Moscú ha dado desde principios de año, luego de que fueron parcialmente divulgados los planes de Washington.
"Esos sistemas servirán para vigilar territorio ruso a una distancia tan lejana como los montes Urales, si antes no ofrecemos una respuesta. Y vamos a hacer algo, porque cualquiera lo haría", resaltó Putin a Klaus.
"Por vez primera elementos del sistema nuclear estratégico de Estados Unidos aparecen en el continente europeo. Esto cambia dramáticamente la situación de seguridad en Europa. No entendemos lo que pasa ahora en Europa como para requerir ese tipo de acciones agresivas", declaró Putin.
El silo con 10 proyectiles que Estados Unidos busca instalar en una base militar en Polonia en el año 2012 tendría una capacidad de fuego menor a las 108 plataformas emplazadas en Alemania en 1984 y 1985.
"Ni los terroristas de los que se están preparando para defenderse, ni Irán ni Corea del Norte, disponen de ese sistema" ofensivo. Hablar de terroristas es cómico. Ellos emplean otros métodos", comentó Putin, quien consideró que el plan antimisiles para Polonia y la República Checa constituye una "amenaza de daño mutuo".
En el contexto de la guerra fría, Estados Unidos implantó los Pershing II para responder a la instalación de misiles soviéticos SS-20, con un rango de 4 mil 400 kilómetros, frente a la cobertura de mil 600 kilómetros de los cohetes estadunidenses.
Los Pershing, construidos en aquella época por la compañía estadunidense Martin Marietta (hoy absorbida por otra empresa fabricante de armas y aeronaves), fueron eliminados con la firma de un tratado de armas nucleares de mediano alcance (INF, por sus siglas en inglés), suscrito en 1988, después de que Moscú y Washington lograron superar una crisis diplomática derivada de la carrera armamentista.
Putin hizo la comparación de los Pershing con el escudo antimisiles un día después de que anunció ante el Parlamento de su país una moratoria al Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa (FCE) y exigió a todos los países europeos comprometidos en ese esquema de desarme, firmado en 1990 (y modificado en 1999), que cumplan la ratificación del pacto, como ha hecho el gobierno ruso.
El FCE fue pactado para acabar con las tensiones militares de la guerra fría y establecer en su lugar un equilibrio regional de armamentos y ejércitos.
Este viernes, al final de una reunión de cancilleres de la OTAN en Oslo, el secretario general del organismo, Jaap de Hoop Scheffer, expresó que la notificación de Putin "tuvo el efecto de un cubetazo de agua fría".
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, quien asistió a la reunión de la OTAN, reiteró el anuncio hecho por Putin y expuso los mismos argumentos que el mandatario.
"Las explicaciones de Lavrov fueron útiles, pero los países de la OTAN querían una aclaración a las preocupaciones rusas sobre cierto número de temas", manifestó el portavoz de la alianza atlántica, James Appathurai.
El vocero dijo que, en opinión de las 26 naciones que conforman la alianza, la decisión de Rusia es "muy desafortunada", y añadió que a pesar de la denuncia de Putin contra los países que firmaron el FCE, los gobiernos europeos han cumplido las condiciones del tratado, aunque no lo hayan ratificado de acuerdo con los tradicionales procedimientos internacionales.
Según Appathurai, el FCE ha dejado una secuela de "malentendidos" que es necesario aclarar con Rusia.
Hace falta una "discusión profunda", porque "si llegáramos a una evaluación común de las amenazas tendríamos la base para una acción conjunta", señaló Appathurai en aparente alusión a las condiciones que han dejado los cambios en las relaciones internacionales después de la desaparición de la Unión Soviética.
De acuerdo con un despacho de la agencia alemana Dpa, el CFE de 1990 fue ratificado pero sobre la base de dos sistemas de alianzas militares, la OTAN y el Pacto de Varsovia (desmantelado en los años 90).
La nueva versión de 1999 fue redactada para librar esos cambios y ha sido ratificada por Rusia y otros tres países europeos pero no por la OTAN, que exige previamente el cumplimiento del compromiso ruso de retirar sus tropas de Georgia y Moldavia.
Las reacciones de Europa y Estados Unidos al anuncio de Putin sobre el FCE no se hicieron esperar.
El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Barroso, calificó de "decepcionante" el anuncio de Moscú, porque "envía una señal que no favorece el tipo de relaciones que nosotros en Europa queremos tener con Rusia, basadas en acuerdos constructivos y positivos".
El portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, afirmó que la declaración de Putin es "difícilmente comprensible", y aseguró que el gobierno estadunidense aspira a solucionar las desaveniencias con Moscú sin llegar a un conflicto.
A las diferencias entre Rusia y la OTAN sobre los asuntos relacionados con los emplazamientos de armas se suman las divergencias sobre el futuro de Kosovo, antigua provincia de la desmantelada Yugoslavia.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN se pronunciaron este viernes en favor de que Naciones Unidas tome rápidamente una decisión sobre el futuro estatus de esa región de mayoría albanesa (todavía bajo dominio de Serbia, tradicional aliado de Rusia), donde la OTAN mantiene un contingente de 16 mil soldados.
Lavrov, en Oslo, calificó de "imperialista" y "totalmente errónea la idea de que corresponde a los occidentales y a Rusia decidir sobre el estatuto de Kosovo", y señaló que eso es responsabilidad de los gobiernos serbio y kosovar.