Usted está aquí: martes 24 de abril de 2007 Cultura El poeta español Antonio Gamoneda recibió el Premio Cervantes de Literatura 2007

DIA MUNDIAL DEL LIBRO

''Dentro de la cultura de la pobreza, ¿quién soy yo al lado del autor del Quijote?''

El poeta español Antonio Gamoneda recibió el Premio Cervantes de Literatura 2007

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Antonio Gamoneda al recibir, ayer, de manos del rey Juan Carlos, el máximo galardón de las letras en español; la reina Sofía aplaude al notable poeta español Foto: Ap

Madrid, 23 de abril. En el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en sesión solemne presidida por el rey Juan Carlos, el poeta asturiano-leonés Antonio Gamoneda recibió el Premio Cervantes 2007.

En su discurso de recepción, el autor de El libro del frío rememoró su infancia, cuando tuvo que convivir con la dureza de la Guerra Civil y con una pobreza lacerante que, siendo huérfano de padre, lo obligó a trabajar desde pequeño en una mina de carbón.

Como es habitual, el discurso del premiado suele tener como punto de referencia la figura de Miguel de Cervantes o su obra cumbre, El Quijote de La Mancha. En esta ocasión, Gamoneda trazó su personal interpretación entre la obra cervantina y la condición de pobreza en la que tuvo que subsistir la mayoría de su vida.

''Pronto se me depara la evidencia de algo que, más que cualquiera otra circunstancia o razón, ha condicionado a una y a otra, a mi vida y a mi escritura. Hablo de la pobreza", dijo el poeta y ensayista español. Añadió: ''Porque yo vengo de la penuria y del trabajo alienante. Mis fuentes, en lo que concierne al saber, a la vigilia de la sensibilidad y al acendramiento de la conciencia son, permítaseme decirlo crudamente, de baja extracción. Tengo que pensar que sí, que existe un estado pasional del pensamiento nacido en la pobreza y servido por el infortunio; un algo que, de aquí en adelante, nombraré diciendo simplemente cultura de la pobreza, y que esta cultura es, de algún modo, diferenciable de la que prospera a partir de una situación privilegiada.

''Dentro de esa cultura de la pobreza yo no soy más que un caso mínimo y ocasional. Mínimo, dentro del inmenso dolor planetario; ocasional, porque mi vida se ha hecho, finalmente, llevadera."

Un libro contra el infortunio

Gamoneda recordó cómo cuando sólo tenía cinco años de edad estalló la Guerra Civil (1936-1939) y cómo en aquella época de venganzas y violencia escuchaba el llanto de las mujeres, mientras se llevaban a los hombres para ejecutarlos.

''Es verdad que, en 1936, en mi casa había un solo libro en el que aprendí a leer. Quizá aquel libro no fuese una señal completa de infortunio: al tiempo que me recordaba mi orfandad, tenía la intensidad y la atracción de ser un libro de poesía escrito por mi padre. Es verdad asimismo que mi primera información sobre la vida civil consistió en advertir la horrible represión en el barrio más tristemente obrero de León, y es verdad también que, al día siguiente de cumplir 14 años, a las cinco de la mañana, yo estaba cargando carbón en la caldera del extinguido Banco Mercantil y que, a esa misma hora, mi madre, desde otra hora lejana del día anterior, inclinaba más de la cuenta su cabeza sobre una máquina Singer. Pero, dentro de la cultura de la pobreza, ¿quién soy yo al lado de un François Villon, de un César Vallejo o de un Cervantes?"

La respuesta la dieron el rey Juan Carlos y la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quienes señalaron a Gamoneda como uno de los poetas más comprometidos con el trabajo silencioso y discreto de la escritura, lo que le convierte en un autor ajeno a las ataduras formalistas y de grupo.

La noche de los libros

Después de la ceremonia, Gamoneda se trasladó al Círculo de Bellas Artes de Madrid para iniciar, junto al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la lectura continuada de El Quijote, acto al que también acudieron intelectuales y escritores. Esta actividad también sirvió para iniciar formalmente La Noche de los Libros, un festival organizado por la Comunidad de Madrid para llevar la literatura a la calle y promover la lectura.

Más de 120 librerías de la ciudad acogieron en sus sedes a escritores y artistas, que lo mismo protagonizaron mesas redondas que mostraron sus fotografías o pinturas, siempre relacionadas con la literatura.

 
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