El Correo Ilustrado

Desprecio a los pobres de Abascal y el PAN

El secretario adjunto del PAN, Carlos Abascal Carranza, razonó, o el verbo que los lectores le adjudiquen, la posición de su partido en contra de la despenalización del aborto. A la letra dijo: "El PAN piensa en el trayecto de la vida humana, porque un pobre -que no debería ser pobre porque carece de oportunidades de empleo- es un aborto de la vida, porque no está teniendo una vida acorde con su propia dignidad" (Nota de Alberto Nájar, Milenio Diario, 20 de abril de 2007).

Sin más, Abascal declara, en nombre del partido en el poder: a) un pobre es un aborto de la vida; b) la vida del pobre es indigna; c) el país está colmado de abortos. Esta postura va más allá de lo inaceptable y revela el trasfondo de odio, desprecio, discriminación y clasismo a las mayorías que se suscribe en nombre de la democracia.

Lo que dicen Abascal y el PAN se nulifica por sí solo. Lo que preocupa es la visceralidad de un partido que en 2007 es capaz de afirmar: "Un pobre es un aborto de la vida". Tan eso creen, que así están actuando.

Atentamente

Carlos Monsiváis, Hugo Gutiérrez Vega, Elena Poniatowska, Marta Lamas, Adolfo Gilly, Eduardo del Río (Rius), Rafael Barajas (El Fisgón), Antonio Helguera, José Hernández, Jesús Ramírez Cuevas, Jenaro Villamil, Iván Restrepo y Nélly Keoseyán

Sí a la vida... digna y plena

En el tema de la despenalización del aborto, es indignante la doble moral que se maneja.

Acaso a aquellas mujeres que se dicen "totalmente palacio", o sea, con recursos económicos, las molestan cuando se van de fin de semana de shopping, a Los Angeles o Houston, y en realidad a lo que van es a practicarse un aborto en las mejores clínicas sin ningún riesgo médico y mucho menos legal, y todo queda como si nada, o solamente se aplica todo el rigor de la ley a aquellas mujeres que no tienen esos recursos.

Sí a la vida, ¡claro!, pero a la vida digna y plena con derechos iguales para todas.

Guadalupe Fernández Gascón

Opositor a La Parota injustamente detenido

El gobierno federal insiste en crimininalizar la movilización y la organización ciudadanas, derechos escenciales del pueblo amparados en las garantías constitucionales. En los pasados tres años hemos sido testigos de incontables casos en los que se persigue, se encarcela, se tortura y hasta se asesina a quienes de manera organizada y pacífica se oponen a los proyectos antipopulares del gobierno, hoy es el caso de la aprehensión de nuestro compañero Rodolfo Chávez Galindo, quien asesora a las comunidades que defienden sus tierras, amenazadas por el proyecto hidroeléctrico de La Parota, en el río Papagayo, en Guerrero.

Rodolfo Chávez es miembro y fundador de la Asamblea Nacional en Defensa del Agua y de la Tierra y en Contra de su Privatización, y todos los que lo conocemos sabemos de su integridad moral y de su compromiso en su lucha para defender los recursos naturales de la nación, como es el agua y la tierra. Por eso estamos seguros que los cargos que se le imputan son producto del maquiavelismo con el que se pretende acallar la voz popular en contra del proyecto de La Parota, oposición justificada por los nocivos efectos que sobre la naturaleza y los pobladores de la región conlleva.

Coordinadora de Trabajadores en Defensa del Carácter Público del Agua (miembros de la Asamblea Nacional en Defensa del Agua y de la Tierra y en Contra de su Privatización), Rodrigo García E.

Mala experiencia en el Monte de Piedad

Hace tres meses llevé mis anillos a empeñar al Monte de Piedad, casa matriz, cerca del Metro Zócalo. Me prestaron únicamente 350 pesos por dos anillos de 14 kilates con piedritas de circonia, y mi sorpresa fue cuando al recoger mis prendas revisé la bolsita de plástico donde venían y me di cuenta que cambiaron un anillo por otro. Puse mi queja. Vueltas y vueltas hasta que según ellos se hizo la "investigación". Me dijeron que no procedía, porque el anillo que me dieron en lugar del mío es del mismo quilataje.

No es el precio del anillo lo que me importa, son prendas que guardan un valor sentimental. En otra ocasión de plano sí me robaron un anillo de zafirito, pero no me di cuenta. Abrí la bolsita y la queja no procedió.

Hago un llamado a la sociedad que recurre a estas instituciones para que cuando recojan sus prendas, antes de abrirlas, las revisen y saquen copia de su boleta de empeño.

Alejandra Pérez