Descalifica el investigador amenazas de Acción Nacional
El Estado no debe tomar decisiones con base en una religión: Ackerman
Ampliar la imagen John Ackerman, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM Foto: José Antonio López
Ante el embate de la jerarquía católica y de los grupos consevadores en contra de la despenalización del aborto, debe quedar claro que el Estado no puede tomar decisiones en función sólo de un culto religioso.
Inclusive, el Código Penal contempla que los ministros de las iglesias no pueden participar en situaciones políticas, dijo el experto constitucionalista John Ackerman, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM), quien saludó la decisión de legisladores del Distrito Federal por avanzar en la posibilidad de que las mujeres tengan el derecho a elegir sobre su cuerpo.
Por otra parte, consideró que las amenazas de Acción Nacional de interponer una controversia constitucional en contra de lo que sería una decisión positiva por parte de la Asamblea Legislativa el próximo martes llevan a la pregunta: ¿bajo qué bases sería interpuesta esta controversia? Y adelantó que, seguramente, será bajo la idea de que la vida comienza desde la misma concepción, lo que a su juicio es una idea religiosa que no tiene cabida en las leyes de un Estado laico.
Las posiciones adoptadas por un sector del clero católico y de sus grupos adherentes violan el principio de un Estado laico, agregó el académico. Y en éste, añadió, no hay lugar para el debate religioso, sino para la discusión sobre la salud y los derechos de las mujeres.
En conversación telefónica, advirtió que la separación entre Estado e iglesias es uno de los grandes logros de México, por lo que constituye uno de los más importantes ejemplos a nivel mundial sobre esta arquitectura democrática basada en la laicicidad, a diferencia de otros países, por ejemplo Estados Unidos.
Los cuestionamientos surgidos de los sectores más reaccionarios de la Iglesia católica y de sus grupos adherentes ponen en riesgo, dijo, precisamente este reconocimiento internacional, logrado con un gran esfuerzo por la sociedad mexicana desde hace muchos años.