No se puede decir que ha perdido la brújula, pero los resultados son pobres, señala
Debe el gobierno evaluar el plan antinarco: experto
Aunque la Presidencia de la República aún no ha presentado un programa de seguridad pública nacional, en lo que va de la presente administración el esquema que ha dispuesto en la materia "no está funcionando", y "no parece haber coordinación real" entre las procuradurías de justicia locales, Los Pinos y los funcionarios federales, evaluó Pedro Isnardo de la Cruz, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en temas de seguridad nacional y narcotráfico.
"Se podría hacer una evaluación de los operativos, pero es importante señalar que el Ejecutivo parece tener una estrategia en la que no se están agrupando los gobernados con el Presidente, los procuradores van por un camino y éste y los funcionarios federales por otro", destacó.
El académico e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios expuso que muestra de las deficiencias de coordinación entre las fuerzas federales y estatales han quedado evidenciada en algunas ejecuciones, como la del periodista Amado Ramírez, y en la carencia de sistemas de protección para los procuradores estatales.
"Es evidente que están desorganizados y que no hay comunicación y un sistema de prevención real", destacó en entrevista. Descartó que pese al alto número de ejecutados en los cuatro meses de gobierno, éste haya perdido la brújula en el combate al crimen organizado.
"Lo que la Presidencia tiene que evaluar es si es una estrategia adecuada, contundente y suficientemente firme como para lograr mejores resultados, no los raquíticos que ha obtenido al momento", recomendó.
De la Cruz Lugardo apuntó que la fuerte ofensiva de los grupos de narcotraficantes en contra de diversos sectores sociales se mantiene "cada vez más virulenta" ante la competencia interna que enfrentan estos núcleos criminales por los mercados de consumidores y el trasiego de narcóticos, y por el afianzamiento de sus plazas operativas y liderazgos.
Este fenómeno, apuntó, también se alimenta con medidas intimidatorias y persuasivas que ejerce el crimen organizado en contra de funcionarios estatales de primer nivel.
La guerra de los cárteles en México "está más allá y por encima de lo que haga Felipe Calderón. Es decir, tienen su propia lógica, sistemas y manejo de sus negocios, por lo que no es posible que el gobierno, con el tipo de estrategias que desarrolla, pueda no sólo resolver los conflictos, sino reducir la guerra de los cárteles".