En Nuevo León hubo dos ejecutados más, con lo que suman 57 en el año
Cobró ayer el narco otras once vidas; tres policías de Durango, entre las víctimas
Uno de los agentes fallecidos fue levantado y luego arrojado desde un auto en marcha
Ampliar la imagen Dos hombres fueron ejecutados en Guadalupe, Nuevo León, luego de impactarse contra un árbol la camioneta en que viajaban Foto: Notimex
Tres balaceras ocurridas ayer en diferentes puntos de Durango dejaron un saldo de tres policías y dos narcotraficantes muertos, entre ellos un comandante de la Dirección Estatal de Investigación (DEI), cuyo cuerpo fue arrojado por los sicarios de un automóvil en marcha.
En tanto, cuatro personas fueron ejecutadas en Nuevo León, Sinaloa y Guerrero, y se encontraron los cuerpos sin vida de dos personas en una fosa clandestina de Michoacán, con lo que suman 11 los muertos ayer en hechos relacionados con el crimen organizado.
Los enfrentamientos entre agentes de la Unidad contra el Crimen Organizado de Durango (UCCO) y presuntos integrantes de la organización de sicarios Los Zetas empezaron luego de que éstos levantaron a un comandante de la DEI. El jefe policiaco, de nombre Sergio Muñoz, fue secuestrado por el grupo armado afuera de su domicilio, ubicado en la colonia Carlos Luna de la ciudad de Durango, lo que provocó la movilización policiaca.
Una patrulla de la UCCO se dirigía al municipio de San Juan del Río, donde se creyó que habían huido los matones, pero fue atacada por sujetos armados que iban a bordo de una camioneta Suburban. En la agresión perdieron la vida los policías Jesús González Acosta y Alfredo Monárrez Valverde, y la comandanta Sandra Luna resultó herida. Media hora después, un helicóptero de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) estatal localizó el vehículo de los presuntos narcotraficantes en el municipio de Rodeo. Los elementos de la dependencia dispararon desde el aire contra los sicarios.
Más tarde, en el municipio de Santa María del Oro se suscitó una tercera balacera, dejando un saldo de dos narcotraficantes muertos. El resto continuó su huída al municipio de Indé, en los límites con el estado de Chihuahua. En su escape, los delincuentes aventaron el cuerpo del comandante Sergio Muñoz.
Trascendió que el secuestro del jefe policiaco se debió a que el pasado viernes elementos de la DEI decomisaron 758 kilos de mariguana y detuvieron a Sabino Adame Adame, Delfino Ponce Valles y Catarino Zacanitzin Chútale.
En tanto, en Guadalupe, Nuevo León, al menos 10 sicarios ejecutaron con rifles de asalto AR-15 a dos sujetos aún no identificados, mientras que el director de la policía municipal, Candelario Juárez Ríos, salió ileso de un atentado.
Los asesinatos ocurrieron en la madrugada, cuando las víctimas, quienes viajaban en una camioneta Pathfinder, eran perseguidas por los pistoleros, y en el cruce de las avenidas Eloy Cavazos y Xochimilco, de la colonia Sierra Morena, chocaron contra un árbol.
Los delincuentes bajaron de dos camionetas y dispararon contra los ocupantes de la unidad impactada, adentro de la cual arrojaron un artefacto explosivo, al parecer una granada que detonó.
En las manos de los occisos se encontraron dos pistolas calibre 9 milímetros, con las que trataron de repeler el ataque. Con estas ejecuciones suman 57 en lo que va del año en la entidad, dos menos que las ocurridas en todo 2006.
Más tarde, varios individuos con armas de grueso calibre atacaron la camioneta en que viajaba el director de la policía municipal, Candelario Juárez Ríos, cuyos escoltas repelieron la agresión. Uno de los sicarios resultó lesionado y el restó logró huir.
En Jiquilpan, Michoacán, fueron hallados los cuerpos de dos personas, aún sin identificar, en una de dos fosas clandestinas que fueron localizadas en un inmueble abandonado en el predio denominado Las Ordeñas. Se desconoce la causa de los fallecimientos.
El hallazgo ocurrió luego de que policías estatales que se encontraban en un filtro de revisión sobre el tramo carretero Jaripo-Jiquilpan fueron informados que en el citado terreno habían ocurrido movimientos extraños. Uno de los cuerpos fue envuelto en una colchoneta.
En Sinaloa, dos sicarios ultimaron a balazos a Ricardo Carillo García, en la colonia Rosario Uzárraga, de Culiacán. Los sujetos viajaban en una cuatrimoto y dispararon en contra del joven cuando se dirigía a su casa.
En Ometepec, Guerrero, la Policía Investigadora Ministerial encontró el cuerpo de Jorge Vargas Santiago, quien fue ejecutado de un disparo en la cabeza, en el callejón El Calvario. Se presume que el hombre fue asesinado en otro lugar.
A 10 kilómetros de Chetumal, en Quintana Roo, dos elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) sobrevivieron al ataque de tres sicarios. En el lugar de la agresión se encontraron 32 casquillos percutidos de rifle R-15 y de escopeta calibre 12.
Los hechos ocurrieron cuando los suboficiales Héctor Smith Villanueva y Julio Vargas Velásquez efectuaban un recorrido de rutina en la frontera con Belice y fueron baleados por sujetos a bordo de una camioneta Ford Lobo, con placas de Veracruz.
Por otra parte, un centenar de policías estatales y ministeriales, así como efectivos del Ejército detuvieron a seis personas en Tabasco, presuntamente vinculadas al atentado contra el secretario de Seguridad estatal, Francisco Fernández Solís, ocurrido el pasado 6 de marzo.
En Veracruz, familiares y amigos de Javier Alejandro Marcos Rocha, desaparecido luego de una balacera entre dos comandos armados, solicitaron la intervención del presidente Felipe Calderón para ubicar su paradero.
El pasado sábado, Marcos Rocha viajaba con amigos a bordo de una camioneta y fue interceptado por un comando armado en la autopista Veracruz-Jalapa. En total son cinco personas desaparecidas.