Rechaza la cultura de la muerte "que descubrimos en nuestra patria"
Impulsará el Episcopado campaña para promover "la dignidad de la persona"
La Iglesia católica considera la eutanasia como "una forma de homicidio o de suicidio" que si llegara a legalizarse como lo pretende una iniciativa de ley en el Senado de la República, tendría, advierten varios obispos, enormes repercusiones sociales al desconocer el límite impuesto por el valor sagrado de toda vida humana, "con lo cual la justicia quedaría relativizada y la confianza en los médicos quedaría comprometida" al pretenderse implicarlos en acciones de muerte.
La jerarquía católica mantiene un sólido rechazo a cualquier intento de aprobar la eutanasia en México, pues considera que es testigo del "amor de Cristo a la vida", frente a los signos de la cultura de la muerte que "descubrimos en nuestra patria", como la mentalidad favorable a la eutanasia, el aborto, los secuestros, los asesinatos, la drogadicción, el narcotráfico, el mal uso y abuso de la naturaleza, la miseria y la falta de solidaridad para con los más desprotegidos.
La Conferencia del Espiscopado Mexicano aprobará en su 83 asamblea general impulsar una campaña de difusión, en todos los niveles y por todos los medios adecuados, de lo que llaman "el Evangelio de la vida", que les ha sido confiado, y difundirán en los próximos días iniciativas para promover la dignidad de la persona, así como la defensa del ser humano no nacido.
Considera que hablar de muerte digna es hablar del derecho que tiene todo ser humano de ser asistido en sus últimos momentos con los cuidados paliativos y espirituales para evitarle un sufrimiento innecesario.
"No son eutanasia en sentido verdadero y propio acciones u omisiones que no causan la muerte por su propia naturaleza e intención. Así, no es eutanasia el dejar morir a tiempo, con dignidad y en paz, sin el uso de medios desproporcionados o extraordinarios", precisa la jerarquía católica mexicana.
La Iglesia católica hace una diferencia entre "dar la muerte" y "consentir el morir": lo primero, asegura, es un acto supresivo de la vida, "matar"; lo segundo es aceptar el padecimiento hasta la muerte.
Por ello, precisa, no se debe confundir la eutanasia, acción u omisión que tiene como intención procurar la muerte a otra persona a fin de evitarles dolores o padecimientos, con la ortotanasia, acción u omisión que respetando la vida del paciente y su autonomía, le ayuda a afrontar la muerte natural.
La Iglesia está de acuerdo con esta última, con los cuidados paliativos, y condena el prolongamiento terapéutico de la vida cuando médicamente ya no hay ninguna esperanza, lo que se conoce como distanasia o ensañamiento terapéutico. La eutanasia, según la propia Conferencia del Espiscopado Mexicano, es un golpe al más básico de los derechos humanos, el derecho a la vida.