Usted está aquí: viernes 13 de abril de 2007 Mundo Atacante suicida se hace estallar en el Parlamento iraquí; 8 muertos

Poco antes la voladura de un puente en Bagdad provocó 10 decesos y 20 desaparecidos

Atacante suicida se hace estallar en el Parlamento iraquí; 8 muertos

Un guardaespaldas, posible autor del atentado; burló ocho retenes en el custodiado inmueble

Bush: "el enemigo, dispuesto a matar a inocentes"

La Zona Verde, lejos de ser un resguardo

PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Imagen de la televisión muestra la salida de personas que se encontraban en la sede del Parlamento iraquí luego del estallido en la cafetería provocado por un atacante suicida, en el corazón de la Zona Verde de Bagdad Foto: Ap

Ampliar la imagen Secuencia de la reacción de Jalaluddin Saghir, diputado iraquí, al momento del estallido en la sede del Congreso Foto: Ap

Bagdad, 12 de abril. Ningún lugar está a salvo. Insurgentes golpearon este jueves el corazón de la Zona Verde, una de los lugares más fuertemente defendidos en Bagdad. El simbolismo -y el mensaje sangriento- quedó claro con este ataque en el lugar que alberga a la democracia impuesta por Estados Unidos.

Un atacante suicida libró al menos ocho controles de seguridad para hacerse estallar en el Parlamento iraquí, matando a ocho personas, incluidos tres legisladores que estaban comiendo, y dejó 23 heridos. Fue el ataque más mortífero dentro de los límites de la Zona Verde.

En otro ataque, la capital iraquí quedó partida en dos cuando en uno de sus principales puentes sobre el río Tigris estalló un camión bomba, más temprano en el día.

El ataque en la Zona Verde no fue sólo un asalto contra la democracia. Tenía la intención de restarle autoridad al incremento de operaciones militares estadunidense que sustentan el "plan" de seguridad para Bagdad que muchos iraquíes consideran un engaño.

Pero incluso los iraquíes curtidos por la violencia quedaron impactados por la sangrienta escena en el Parlamento. "Vi una bola de fuego y escuché una enorme y estruendosa explosión", dijo un testigo. "Había trozos de carne humana volando por los aires".

Se sospecha que el guardaespaldas de un miembro sunita del Parlamento detonó un chaleco retacado de explosivos en el restaurante que está a un lado de la cámara en que se reúne el Parlamento. El que un atacante suicida tuviera éxito en penetrar uno de los edificios más resguardados del mundo sólo pudo ocurrir si contaba con la ayuda del personal de seguridad.

El Parlamento iraquí está en el centro de la fuertemente fortificada Zona Verde, y está protegido por ocho controles de seguridad, incluidos tres puestos en que se verifica que nadie traiga explosivos.

El presidente George W. Bush condenó el ataque: "Esto nos recuerda que el enemigo está dispuesto a atacar con bombas a gente inocente, y dentro de un símbolo de la democracia".

El atentado seguramente incrementará el escepticismo hacia la campaña de dos meses que Estados Unidos ha implementado para lograr el control de Bagdad, y constatará que el "incremento" de tropas no está logrando gran cosa.

El ataque suicida de hoy es una de las más dramáticas demostraciones del grado en que los insurgentes sunitas se han infiltrado en los aparatos de seguridad gubernamentales. Otros ejemplos recientes incluyen las graves heridas que sufrió el primer ministro iraquí adjunto, Salam Zubaie el 23 de marzo pasado, a causa de un atacante con bomba que logró acercársele con la complicidad de uno de los guardaespaldas del funcionario.

El Parlamento iraquí de 275 miembros se reúne en el primer piso de un cavernoso edificio construido originalmente por Saddam Hussein para sostener reuniones con naciones islámicas. Justo afuera del recinto de la asamblea hay un restaurante. Fue ahí, junto a la caja registradora, que el atacante se hizo estallar.

La sensibilidad que tenían Estados Unidos y el gobierno iraquí hacia el hecho de que se burló a su seguridad fue evidente: todas las cámaras de televisión y cintas de video que mostraban los primeros efectos del estallido fueron confiscadas y entregadas a las autoridades estadunidenses.

Las únicas imágenes que fueron mostradas aparecieron en el canal Al Hurra, captadas segundos después del ataque. Podía verse un pasillo polvoriento con gente pidiendo ayuda a gritos. Había también un hombre tumbado en medio de la polvareda.

Mohammed Abu Bakr, el jefe del Parlamento encargado de los medios declaró: "Vi dos piernas en medio de la cafetería. Ninguno de los muertos o heridos perdió las piernas, lo que significa que deben haber sido del atacante suicida".

De los tres miembros del Parlamento que murieron, dos eran de partidos sunitas y otro más de una alianza chiíta.

Khalaf Ilyan, uno de los líderes del Frente Iraquí por el Acuerdo, dijo que la explosión "subraya el fracaso del plan de seguridad del gobierno".

"Este plan es ciento por ciento un fracaso", señaló Ilyan. "Es un total malogro. Esta explosión implica que la inestabilidad y la falta de seguridad han alcanzado a la Zona Verde, por más que el gobierno alardee que el área está totalmente reforzada".

Durante mucho tiempo los miembros chiítas y kurdos del Parlamento han denunciado que los cuerpos de guardaespaldas de los políticos sunitas están infiltrados por insurgentes.

Cerca de 92 por ciento de la comunidad sunita, de 5 millones de personas, dicen apoyar la resistencia armada contra Estados Unidos.

En sí, la Zona Verde tiene 6. 43 kilómetros cuadrados en el centro de Bagdad y está fuertemente resguardada, pero unos 5 mil iraquíes viven dentro. La seguridad está a cargo de una mezcolanza de soldados, personal de seguridad privada y guardaespaldas de lealtades inciertas.

Hace unas semanas, el ejército estadunidense dijo haber encontrado dos chalecos explosivos dentro de la zona. Ante esto, funcionarios en Estados Unidos trataron de dar la impresión de que las "operaciones" marchaban según lo planeado y que, en todo caso, el plan de seguridad se encontraba apenas en su fase inicial.

"Habrá días buenos y días malos": Rice

"Hemos dicho que habrá días buenos y días malos en el plan de seguridad", dijo la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice.

El senador John McCain, el candidato presidencial republicano que visitó Bagdad a principios de este mes, dijo que el plan de seguridad estadunidense había empezado a mostrar modestos resultados. También opinó que ataques "espectaculares" como el del jueves en el Parlamento tenían como finalidad acaparar los encabezados. Antes aseguró que los medios han exagerado el colapso de la seguridad en Bagdad.

Además del ataque suicida en el Parlamento, un camión bomba estalló espectacularmente sobre el puente de Al Sarafiya, sobre el río Tigris, que unía el este y el oeste de Bagdad.

"Una explosión sacudió nuestro hogar y creí que se iba a caer la casa", declaró Farhan Sudani, un hombre de negocios chiíta que vive cerca del puente. "Mi esposa y yo saltamos de la cama inmediatamente, agarramos a nuestros tres niños y los llevamos afuera".

Unas 20 personas que viajaban a bordo de automóviles que cayeron del puente están desaparecidas, además de 10 que murieron y otras 26 que resultaron heridas.

Entre los muertos figuran cuatro policías cuya patrulla cayó al río.

Todo lo que quedó del puente fueron barras retorcidas de acero, mismas que las autoridades británicas usaron para construir el puente hace 75 años.

A pesar de que el presidente Bush ha tratado de culpar a Irán de apoyar a la insurgencia iraquí, hay muy poca evidencia de ello. La gran mayoría de los ataques contra las fuerzas estadunidenses son obra de guerrillas sunitas en distritos sunitas. Ha habido batallas con las milicias chiítas pero éstas han sido intermitentes.

El clérigo Moqtada Sadr, líder del Ejército del Mehdi, la mayor milicia chiíta, ha controlado a sus hombres, ordenándoles que eviten entrar en confrontación con los soldados estadunidenses.

Estados Unidos está incrementando sus fuerzas gradualmente con cinco nuevas brigadas como parte del nuevo plan de seguridad. Pero existe muy poco que indique que tropas adicionales lograrán alterar el equilibrio político y militar en Irak.

La rebelión sunita continúa y aún es altamente eficiente. Mientras tanto, los chiítas son cada vez más hostiles a la ocupación de estadunidense y el fin de semana pasado, Sadr encabezó una gran manifestación antiestadunidense en la ciudad santa de Najaf.

Hasta ahora, Estados Unidos ha evitado cualquier confrontación de magnitud con las milicias chiítas en Bagdad.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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